Ruido. Ruido seco en su nuca. Luces fugaces cruzando por sus ojos.
El castaño podía escuchar crujidos consantes, pero no podía distinguirlos. Tuvo que batallar con su migraña para poder abrir los ojos.
Observó la luz de la habitación, y eso disparó una puntada que atravezó todo su craneo. Los crujidos seguían constantes, con su propio ritmo.
Tyler logró juntar la fuerza suficiente para sentarse y se aturdió cuando lo logró. Retuvo una arcada y su atención se fijo en la procedencia de los continuos crujidos.
A los pies de su cama, sentado sin cuidado sobre un mueble, se encontraba un chico de pelo castaño. Era bastante pálido, lo cual, combinado a la luz blanca de la habitación, resaltaban las bolsas moradas bajo sus ojos de manera espectral. Su mirada estaba fija en el recién levantado, observaba hasta sus más mínimos movimientos mientras comía un tazón con cereal.
—Espero que no te moleste, como ví que hace tiempo no despertabas tomé tu desayuno. La verdad estaba muriendome de hambre ¿Sabías que no te dejan repetir comidas? Son unos enfermos, ¿qué clase de clínica es así?—dijo casi sin respirar y con la boca llena de cereal, mientras hacia movimientos en el aire con la cuchara a la par que hablaba.
¿Clínica? ¿Cómo había llegado ahí?
—¿Cuánto... cuánto tiempo estuve dormido?
—Ni idea—respondió sin siquiera verlo, estaba bastante concentrado urgando el cuenco de plástico con la cuchara— ¿Una semana, tal vez?
—Una semana...—repitió Tyler para sus adentros, tratando de asimilarlo—¿Tienes idea de dónde está mi familia?
—¿Una señora rubia y un hombre de pelo marrón?—El castaño asintió esperanzado—. Los ví salir hace un rato, los doctores son bastante exigentes con el horario de visita.
El chico pálido pudo notar un destello de decepción en los ojos del más chico. Rápidamente se paró y le ofreció lo que quedaba de cereal, al cual el castaño negó con la cabeza.
—Si como algo no va a durar mucho en mí...
El chico solo se encogió de hombros y no insistió. Se levanto rápidamente del mueble y fue a sentarse en el extremo de la cama de Tyler.
—¿Por qué estás aqui? No, mejor dejame adivinar... ¿Suicida? ¿Bipolar? No, no... Habías dicho que la comida no iba a quedarse en vos... ¿Anorexia? ¿Bulimia? Estas flaco—preguntaba el palido chico mientras agarraba la muñeca de Tyler y la inspeccionaba—. No tienes cortes ni cicatrices, pero si eres bastante escuálido. Mi respuesta final es transtorno alimenticio.
El más chico sonrió levemente y nego con la cabeza.
—No recuerdo mucho, tengo una mierda en la cabeza que me come de a poco—dijo desviando la mirada y fijandola en algún punto del suelo—. Solo sé que ví algo, no..., alguien. Sí, alguien, que me susurraba cosas—. El chico escuchaba atentamente el relato del castaño. Se podía observar en sus dilatadas pupilas un interés puro—. Esa noche es muy confusa, siento como si me hubieran lavado mal el cerebro y se olvidaron de algunas cosas. Son como lagunas.
—Es normal, son todas las pastillas que te meten. Dejame decirte algo, eh...
—Tyler.
—Dejame decirte algo, Tyler. Estás jodido—, Tyler lo miró extrañado, a lo que el chico siguió—, pero todos aquí lo estamos. Si por algún momento crees que estás en la mierda, entonces no hay forma de que estés más equivocado. Si te sirve de consuelo, siempre va a haber alguien peor que tú, créeme. Aquí no hace falta pensar mucho, siempre y cuando no prendas fuego nada o intentes matarte todo va a estar bien.
El chico sonrió de forma sincera, gesto el cual Tyler no logró entender. Acababa de decirle que había gente peor que él. No se lo creía ni a chiste. No sabía ni su nombre y se atrevía a decirle que su enfermedad no era nada. El chico pálido al notar cómo lo había tomado Tyler concluyó:
—Tranquilo, todos aquí estamos mal. Nadie te va a juzgar por eso. Es más, hay gente bastante amistosa, solo que tambien están algo... Tú sabes, rotos. Pero no es algo que importe—dijo haciendo un gesto con la mano como si le restara importancia—. No te he dicho mi nombre, que idiota que soy. Me llamo Brendon—dijo mientras extendió su mano con una amplia sonrisa. Tyler la aceptó un poco extrañado e intentó sonreir como respuesta, pero no salió más que una mueca.
Brendon pareció darse por satisfecho con ese gesto y tomó el tazón con cereal disponiéndose a irse, pero justo entró un doctor y tuvo que hacer equilibrio para evitar que todo saliera volando.
Tyler soltó una risita y Brendon sonrió.
—Así me gusta, ya vamos a trabajar en ello—dijo apuntandolo con la cuchara para luego irse.
—Veo que ya conociste Urie—habló el doctor sonriendo de costado—. Es un buen chico, tal vez pueda mostrarte el lugar cuando ya te sientas mejor —. El hombre de bata blanca tomó una planilla que colgaba de la cama de Tyler y la ojeó un poco—. A lo que vengo, ¿Cómo pasó la noche?
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• SICK • [Joshler]
Fanfiction《Tal vez estemos enfermos, pero vamos a salir de esta juntos》 Cancer!Tyler >Trigger Warning: En el fic se tocan temas delicados como transtornos mentales, enfermedades fisicas, transtornos de la alimentación y automutilaciones. En ningún momen...