💤2

798 116 34
                                    

Hyungwon apenas le habló a su madre cuando ésta le llamó esa mañana. Ella no le cortaba hasta que él estuviera de pie y sintiera la ducha desde el otro lado de la línea; por lo que estaba obligado a levantarse, aunque no quisiera. Y esa mañana, como todas, no quería.

Las mañanas eran la peor de las torturas y nadie podía decir lo contrario. No había nada más horrible que despegarse del calorcito de sus suaves sabanas de algodón e ir al terrible frío del baño. El trayecto de la cama a este era como caminar descalzo sobre vidrios mientras era atacado por agujas de hielo clavándose en su espina dorsal.

Los parpados se sentían como toneladas de piel cayendo sobre sus ojos, como si estuvieran derritiéndose sobre sus pupilas y le pesaba la cabeza, manteniendo el mentón sobre su pecho y haciendo su camino a ciegas por el departamento que tan bien conocía.

En la ducha durmió un poco más, mientras dejaba que el shampoo cayera solo de su pelo, y luego se enjuago rápidamente antes de salir y sentarse en el retrete a esperar que la mayoría de las gotas se secaran y la toalla envuelta en su cintura absorbiera algunas más.

Esa era su rutina de todos los días. Aunque a veces, cuando estaba muy cansado no se bañaba para aprovechar esos minutos extra en la cama, minutos valiosos que podía disfrutar no tan seguido como quisiera.

Se apresuró cuando vio la hora y tomó solo un puñado de cereal que se echó en la boca antes de salir atareado con sus cosas y masticando forzosamente el seco grano de maíz sin azúcar que siempre le llevaba su mamá cuando lo iba a visitar, porque son bajos en todas las cosas no saludables que te gustan y debo cuidarte.

Hoseok estaba poniéndole llave a su puerta cuando se encontraron. El mayor sonriendo tan grande que todo el sueño se fue cuando vio sus hermosos ojos desaparecer ante el gesto.

De pronto sintió azúcar deshacerse en su lengua.

—Buenos días Hyungwon-ah— Dijo el chico, la sonrisa notándose hasta en su hermosa voz.

—Bueno... —Aclaró su garganta para pasar los cereales y se sonrojo un poco al verlo reír— Buenos días hyung.

Tan, tan lindo.

—¿Vas a acompañarme esta mañana?— Hoseok siempre preguntaba, a pesar de que era una rutina de 4 meses. Hyungwon amaba ver el brillo de anticipación en sus ojos brillantes cuando formulaba las palabras y esperaba por su respuesta.

—Sí... Vamos— Se acomodó la mochila en sus hombros y caminó detrás del mayor, aspirando el aroma que desprendía de su cabello.

Hyungwon era un par de centímetros más alto que Wonho, pero era mucho más delgado y debilucho que su hyung. Varias veces había visto al mayor en el ascensor de vuelta del gimnasio que había en el primer piso, con una sudadera sin mangas y una toalla colgando de sus hombros, el cabello húmedo cayendo por su frente y algunas gotas de sudor en sus sienes. Tan sexi.

Hyungwon estaba enamorado.

El camino a la universidad no era tan largo como le gustaría, tenían que salir del edificio y un par de cuadras hacia el norte estaba la entrada al metro, donde se demoraban 5 minutos en llegar a la siguiente estación, de ahí caminaban 3 cuadras y estaban en su destino.

En total no eran más de 20 minutos juntos, pero a Hyungwon le encantaban y los atesoraba como lo más importante en el día. Si tuviera un diario- y no lo tenía, en serio- escribiría cada uno de esos minutos para releerlos los fines de semana que era cuando no se veían.

Cuando llegaban a la universidad Kihyun hyung y Shownu hyung siempre estaban esperando al mayor y él se despedía rápido antes de ir con ellos. Esa mañana no fue diferente, ambos chicos estaban esperando por Hoseok, pero a diferencia de las otras veces él se volteó para verlo y con una sonrisa tímida, rascándose la parte de atrás de la cabeza dijo rápidamente: —¿Quieres que comamos juntos hoy? En el restaurante de siempre podemos... uhm... sentarnos todos, si no te molesta. Shownu hyung, Kihyun, tus amigos y... tu y yo, obviamente.

La forma en la que dijo tú y yo sdljfsldfjsfa... el corazón se le aceleró y las mejillas se le pusieron tan rojas que pensó que un volcán estaba haciendo erupción dentro de él, la lava iba a salir en forma de corazones por los ojos e iban a inundar el campus.

Dios, se iba a desmayar.

Se dio un golpe mental y asintió rápidamente sin poder creerlo en realidad. Wonho sonrió y luego de mirar el suelo asintió también y se fue, dejándolo en medio del camino, con estudiantes empujándolo sin importarle nada.

Cuando Changkyun llegó a su lado y lo vio mirando a la nada con los ojos bien abiertos y la sonrisa más tonta del mundo le dio un golpe en la espalda— Respira ¿Qué acaso quieres morir?

—Hoseok hyung acaba de invitarme a comer con él esta tarde. Bueno a nosotros, a todos... Con sus amigos.

—¿Bromeas? — Changkyun bufó— Tendré que ir a ese asqueroso restaurant una vez más, con un gran grupo de homosexuales enamorados entre ellos y sin nada que hacer además de atragantarme con esas papas sin sal.

—Puedes invitar a alguien si quieres ¿Y desde cuándo tan homofóbico?

—No estoy en el tema homófobo— Se quejó— Es solo que ustedes son tan cursis y Dios...

—Tu estás tan solo— Se burló— ¿Por qué no solo consigues una novia? ¿No eres el típico chico recto que puede con todas?

—Sí, pero después de ver a Jooheon y ese mesero, no quiero nada de relaciones— Le dijo rodando los ojos— Por cierto, ese tal Minhyuk es un descarado. Solo le gusta hacerse el tímido.

—¿De verdad?— Hyungwon enarcó amabas cejas en su dirección.

—Sí. Llevé a Jooheon luego de nuestra última clase y pues... Me quedé en el auto esperando, por si acaso... uhm... y lo vi. Ese chico le coqueteó con todo el cuerpo y luego estuvieron tomados de la mano.

—¿Los espiaste? — Hyungwon se rió, concentrándose en la conversación con su mejor amigos, antes que en el temblor que le causaba pensar en su almuerzo con Wonho.

—Sí, pero eso no es lo importante ¿Escuchaste lo que te dije?

—Sí, pero ellos ya se habían estado coqueteando con sus sonrisas y sus pestañas ¿Que importa?

—Arrgg... Lo dices porque no compartes departamento con él. Anoche estuvo hasta las dos de la mañana riéndose como idiota. Le dije que lo dejaría durmiendo en el pasillo si volvía a hacerlo.

Hyungwon se rió mientras seguía escuchando los desvaríos de su mejor amigo y caminaba hasta sus propios salones. A esas horas Jooheon y Changkyun tenían clases de composición y Hyungwon Formación valórica.

Vieron a Jooheon esperando fuera de su salón, apoyado en la pared y sonriéndole a su teléfono como un adolescente. El menor lo apunto con un ¿Ves lo que digo? Y Hyungwon solo pasó de largo hasta el siguiente edificio.



<3 

『De chicos dormilones, vecinos sexis y comida desabrida』 » 2wonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora