Malena
Viernes 22 de septiembre
7:00am
Ya estaba mucho mejor, desayuné té y galletas de miel. No sabía que esta mamá podría hacer las galletas más deliciosas que he probado en mi vida.
ーVamos Mal, lleva tus cosas que ya encendí el autoー dijo mamá
No tenía ni la más miníma idea de que materias tenía que cursar hoy. Así que le pedi ayuda a Cloe por mensaje.
"Tarada, hoy tenemos historia y lenguaje musical, ¿Hiciste la tarea?"
Le clavé visto sin darme cuenta.
Después de llover por la madrugada hacia mucho frío. Soy demasiado sensible a las bajas temperaturas que me vestí capa por capa como una cebollita.
Casi se podría decir que volvió el invierno.
Tanto que al salír se me estaba helando los huesos de la mano. Las frotaba entre ellas hasta que llegué al auto.
Así que aproveché en hablar con Cloe. Estaba en el celular y se me dio por fijarme en los contactos, ya que este era otro mundo posiblemente tenga contactos de conocidos o algo por el estilo.
Contactos:
Abuela
Abuelo
Cloe
Mamá
Papá
Ay madre de Dios esto es tan triste, yo creí tener otros conocidos además de la familia. Al parecer sólo tengo a Cloe.
Me siento una persona cualquiera revisando un celular ajeno a pesar de que es MI celular.
Me fije en contactos bloqueados y apareció un solo nombre que me llamó mucho la atención:
Iván
Me quedé mirando la pantalla sorprendida. ¿Quién diantres era este ahora? Espero que no sea como Cristían, vaya a saber si es otro al que le debo no-se-que. Nunca voy a terminar de averiguar que he hecho yo en esta vida.
Tengo miedo de lo que podría haber sido capaz, digo, fumé marihuana. ¿También cigarrillos? ¿Habré estado alguna vez en la cárcel?. Bueno ya estoy exagerando...tal vez solo haya fumado marihuana y nada más...Si estaba ahí tal vez fue que algo pasó que lo habré bloqueado, y ya no está más en mi vida. Posiblemente no me moléste en la vida real.
Eso me tranquilizó un poco, dejé el celular y me dediqué a mirar las calles por la ventanilla del auto.
El cielo estaba cubierto por una enorme manta blanca/gris que hacía del paisaje uno melancólico y relajante.
En la radio sonaba "Californication" de Red Hot Chili Peppers, la instrumental encajaba perfectamente con el clima.
ーAwww este tema es perfecto para un día así ーexclama mamá.
Yo sonrío asintiendo con la cabeza. Recuerdo que le gustaba la música clásica. No pensé que le gustaran otros géneros.
La otra mamá es algo cerrada con otros generos de música..
~~~•~~~
ーMás tarde puede que llueva. Así que lleva un paraguas si vas a andar por el patio. ーcon su pulgar señala hacía atrás ーEstá en el asiento trasero.
No creo que dejen salir afuera si llega haber un aguacero.
Cuando estacionó el auto, obedezco, me quito el cinturón, salgo, y mamá se inclina para bajar la ventanilla de este. Agarro el paraguas que estaba cerquita de la ventana y mamá la sube.
ーBien, cuídate Mal, pasaré por ti cuando termine la hora de la escuela, ah y ーme señala con su dedo índiceーusa el paraguas.
ーSii mamá...ーrodeé los ojos.
ーTe quiero hija, nos vemosーcierra la ventanilla del auto y arranca.
Yo le saludo agitándo la mano y ella toca bocina dos veces. Me río por lo bajo ante esa acción que me pareció tierna de ella. Miro por inercia hacía la cafetería de enfrente y veo a unos cuantos adolescentes que aún no entran.
Meto el paraguas en mi mochila y consigue caber justo en ella.
Giro sobre mi eje a la entrada y una ráfaga de viento helado me llegó hasta el riñón. Me abrazo a mi misma y subo los escalones para entrar. Estaban mojados por lo que me resbalo, no había de donde agarrarme, no alcancé a sujetarme del fierro que estaba a un costado mío.
Iba a tocar el suelo, o eso creía por que unos brazos me atrapan y me sostiene de la espalda para impulsarme hacia adelante.
ーG-Gracias.. ーCuando estuve en pie me dí la vuelta y lo primero que vi fueron unos ojos grices y ligera sonrisa. Un chico demasiado alto me estaba incomodando con sus ojos.
No pude evitar azorarme por la maldita verguenza. »Oh caracoles, mira esos piercing en la oreja. Se la destrozó.«
ーDescuida, es normal que pase esto, el piso de aquí es muy resbaloso, cuando está mojado, ten cuidado la próxima. ーsu voz era gruesa pero suave, me da una palmadita en el hombro y se despide.
Me doy la vuelta para mirar mejor como se aleja. Ya que la puerta es transparente me permite verlo. Su pelo estaba rapado de un lado y teñido de rojo. Estaba vestido con unos jeans no tan ajustados de color negro y unas cadenas colgadas por el mismo, llevaba unas botas color café y una chaqueta de cuero con estampados de muchas bandas que no son conocidas para mí. Y un morral verde.
Entré y no le había prestado atención a la apariencia del pasillo. Las paredes eran un tono amarillo claro mientras que la ceramica del piso era gris. En las paredes tenía cuadros de pintura echo por alumnos.
Estaba algo lleno el pasillo de gente que no quería mojarse.
No veía a Cloe y no quería salir al patio que estaba lloviznando aún. Así que le envie un mensaje.
No está en línea asi que guardo mi celular, pero en el momento justo suena.
"Si, estoy en el patio del centro."Guardé mi móvil y fuí hasta el umbral de la puerta que daba al patio. No quería salir de golpe y andar buscando el árbol y mojarme feo.
No fue difícil de divisarlo, estaba a mi derecha en una esquina del patio, el árbol de sauce era gigantesco, casi se podría decir que tendria 100 años. Siempre me encantaron los sauces. Sus raíces enormes y fuertes brotaron de la tierra violentamente para posarse en el pasto.
Ah y allí estaba Cloe, sentada dibujando.
Y no estaba sola, habían muchos chicos cerca de ella. Ay no, ¿y si me conocen? No sabré como hablarles si no tengo idea que tipo de relación tengo con ellos.
De todas formas fui hasta Cloe corriendo, el piso era de piedritas pequeñas que resonaban a cada paso que daba, llamándo la atención de todos los presentes cerca del sauce. Cloe me ve y sonríe. Vestía con unos jeans azules ajustados, un buzo rosa pastel y unas botas blancas —algo blanco de su casa tenía que tener—.
ー¡Hola! Ven que te vas a mojar, acá está sequito ーle da palmaditas a la gruesa raíz al lado de ella para que me siente
Hago caso y la saludo con un beso a la mejilla.
ー¿Y no me vas a saludar a mí? ーuna voz conocida detrás mío me sobresalta.
Era el mismo chico con el que me topé en la entrada. Estaba recostado contra el tronco, mirándome con una cara de puchero fingida que hizo reir a Cloe, posando como un modelo.
ーAh em...hola..ーdigo con indiferencia.
ー¿Cómo te llamas pequeña?ーpregunta.
Iba a hablar pero me interrumpé Cloe.
ーSe llama Malena, la loca marihuaneraーMe da una palmada en la espalda, que si no fuera por que lo hizo despacio, ya hubiera escupido un pulmón.
Tocí un poco. Y Cloe se disculpa por la palmada. El chico al escuchar ese apodo lanzó una carcajada.
ー¡Ah! ¿Así que fumas? ーse interesa el chico con una sonrísa de oreja a orejaー Me llamo Jovikc, pero me dicen Jov.
ーU-Un placer...ーdigo con timidez— ah ehm, yo no fu-
ーClaro que lo haces, no mientas ajajaー interrumpe otra vez ella.
Iba a reclamarle pero me quedé con la palabra en la boca. El timbre sonó indicando el comienzo de la primera hora.
El grupo de chicos y chicas que estaban alrededor del árbol se levantaron yéndose a sus salones.
Jov se levanta, se estira y dice:
ーUhmmm yo ya me voyーnos guiña un ojoー. Nos vemos princesas.
Nos da besos de despedida en la mejilla. Sus labios eran muy fríos, uhg. Y se dirije a una parte del establecimiento.
Habian mas adolescentes merodeando por allí, y otros entrando a sus respectivos salones.
Madre mía entonces en el recreo va a ser un caos. Peor que una estación de trenes indú.
Cloe mira su móvil ーSon las siete y veinte en punto ¡Yei!. ーguarda su cuaderno de dibujo, estaba dibujando por lo que alcanzo a ver era un lindo colibrí en blanco y negro. Agarra su morral estampado de flores y unicorniosーVamos.
Nos dirigímos hasta nuestro salón, entramos en el mismo lugar por el que se fue Jov.
La escuela es enorme, no recordaba que tuviera tanto terreno, no me molesta es hermosa. Me pone nerviosa que haya tanta gente. Pero, ya que estamos en otro mundo es obvio que todo tiene...una contraparte. »Creo que ya se entendió«
Entramos y habían pasillos con salones de 4to año según los cartelitos en cada puerta. Este estaba decorado como el pasillo de la entrada. Las paredes eran color purpura y casilleros de un tono mas claro. Se escuchaba coros cantando. Guitarras, tambores de esos...tropicales creo, y flautas. Había gente aún en el pasillo hablando entre ellos. Me llamó la atención como algunos estaban vestidos, unas chicas eran hippies otros metaleros, ravers, punks y hasta emos. Y luego la gente que estaba vestida a la moda actual.
Llegamos al final, donde a nuestra derecha había una escalera que nos conducía a los otros pisos. Y comenzamos a subir.
ーDios, tienen que poner un maldito ascensor. ーSe quejó Cloeー ¡Y eso que tienen bastante presupuesto!
ー¿Y qué con la kermés? Era recaudarpara comprar computadoras nuevas. Significa que están cortos de dinero. ーañadí haciéndole la contra.
ーPamplinas, ellos invierten el dinero en cada cosa (se supone)ーgiramos a la izquierda para subir más escalonesー por ejemplo ahorran dinero para comprar pelotas y cosas de deporte. Tal vez no les alcanzó para computación y decidieron hacer esa kermés.
Solo asentí levantando los hombros como si diera igual la conversación. Y llegamos al primer piso. Un cartelito indicaba el que estabamos en el piso donde esta todo 5to. Cada piso es un año del secundario, wow. Fuimos al primer salón a nuestra izquierda.
Apenas entramos una voz nos sobresaltó y sobre todo a Cloe.
ー¡Clotilde, mi vida buenos días! ーUna chica pelirroja, alta y algo esbelta como modelo se acercó delante de Cloe. Tenía una sonrísa falsa y un peculiar acento en gallegoー Es un día bonito, ¿no?
ー¿Qué carajos quieres ahora? ーinquiere Cloe con un tono de voz que nunca escuché, uno bien enojado.
Levanté las cejas curiosa. Cloe estaba frunciendo el ceño sosteniéndose con ambas manos su morral, tensa. La pelirroja, cruzada de brazos la miraba expectante.
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¡Dáme un tiempo más! [BORRADOR]
RomanceEl invierno terminó y la primavera empieza. Pero la vida de Malena acaba. Las cosas nunca salieron bien y ella lo sabe. Desea con todas sus fuerzas volverlo a ver, aunque sea por última vez. Una lluvia de estrellas vienen del firmamento, una voz l...