Capítulo 12

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Mi madre vino a recojerme y en el auto toqué el tema de la cafetería.

—Mamá...—le llamé a lo que ella asintió con la cabeza — Quiero trabajar...

—¿En dónde? —pregunta.

—En la cafetería, esa que está enfrente de la escuela. Dónde me recogiste.

—¿Por qué? —frunce el ceño.

»¡Malena, piensa en una excusa, por dios!«
—Es que quiero tener mi propio dinero mamá, creo que entiendes...—Bajé la cabeza incómoda.

—Si, bueno, hablaremos eso con tu padre y si ambos estamos de acuerdo, te acompaño al negocio, ¿Quieres?

»Tarde, ya me adelanté«
—Es que...,ya fui yo. —solté.

—¿Fuiste? ¿A qué te refieres? — su ceño se fruncía más y eso me daba  nervios.

Le dije que ya había ido porque había un puesto disponible, que hablé con la dueña y me entregó el papel con el permiso que tenía que estar firmado por mi madre o mi padre para poder trabajar. Mamá me miró raro por un segundo, y volvió su vista a la carretera.
—¿Por qué no nos contaste antes? —indaga con molestia.

Pensé en otra excusa.
—Lo tenía pensado cuando llegué a la escuela, le dije a Cloe y ella me dijo que su tía tenía un puesto libre como camarera...

Ella asintió y no volvimos a hablar hasta que llegamos a casa.
Al entrar papá estaba en el comedor, vestido con ropa cómoda, mirando el televisor. Su cara mostraba un gesto muy serio, totalmente distinto a como yo recor-...ahh ya se entiende.
Supuse que para estar así, estaría viendo el canal de noticias. Mamá le hizo señales para que dejara de mirar y nos preste atención.

—Tu hija ya quiere trabajar —dice mi madre.

—¿De qué?— pregunta alazando una ceja.

—Camarera. —contesto.

Él frunce el ceño.
—Aún eres joven para entrar en ese mundo —explica—, es estrés innecesario para tu edad  hija.

—A demás, estamos bien económicamente. No es necesario que trabajes—Agrega mi madre. Acariciando mi cabello.

Por un momento me quedé sin saber que más decir, hasta que se me prendió el foco.
—Pero gano experiencia para futuros trabajos, ¿No? A parte quiero tener mi propia plata..., para comprarme cosas...

—Ay mi niña — dice mi mamá y me abraza.

—Lo pensaremos con tu madre más tarde. —sentencia papá. Su ceño fruncido no se le iba de la cara mientras iba al piso de arriba.

Me dio curiosidad.
—¿Por qué papá está serio?

—Siempre está así cariño, no le hagas caso. — responde con cansancio mientras va a la cocina a guardar unas bolsas de compra que sacó del auto. Me extrañó, pero como es tan distinto todo...

Fui a mi habitación a recostarme. Me estaba preocupando un poco, ¿Y si los dos se ponen de acuerdo para no dejarme trabajar?. Suspire pesadamente y agarré el celular que estaba en mi mochila, la dejé a un lado y me acosté.

¡Dáme un tiempo más! [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora