Cuando ves al abismo.

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Este libro sigue en progreso. Los personajes están sujetos a cambios como también la trama. Todo cambio será notificado. 


El Corazón de los Magos

Todo comienza con una palabra que esté fuera de nuestro vocabulario regular. Una palabra que cambia cómo vemos nuestro entorno, una palabra que cambia los sonidos que cubren el silencio del mundo, una palabra que nos deja sentir cosas que no hemos sentido nunca, una palabra que deja a tus sentidos, entender más de lo que debemos. Esa palabra es Magia.

Durante mi vida, he escuchado esta palabra, como todos, miles de veces, en la televisión, en videojuegos, en libros, en shows en algún cumpleaños cuando era más joven, pero nunca imaginé, que dependiendo de la persona que lo dijera, podría darte un regalo o una maldición para cargar contigo y por el momento, no estoy seguro de cual me dio esa persona.

--------------------------------------- Un Caballero con armadura desgastada y con espada en mano.

Capítulo 1

Era un miércoles como cualquier otro, Arturo y su compañero de la Universidad, Daniel, caminaban juntos a la parada del transporte público antes de separarse, ya que Daniel tomaba un camión al otro lado de la ciudad y Arturo sólo tenía que caminar unas cuadras más para llegar al departamento donde rentaba durante el semestre.

Arturo y Daniel se despidieron como de costumbre una vez que Daniel subió al camión repleto de los alumnos de la Universidad. Arturo sólo se quedaba unos segundos, viendo como Daniel peleaba por un lugar en el camión, de ahí sacaba su iPod, se ponía sus audífonos y comenzaba su travesía a su Departamento.

Arturo, un joven de complexión que no llamaba demasiado la atención. Medía alrededor de 1.78cm y pesaba 80 kg. Usaba el cabello un poco más largo de la moda que se usaba en esos días y se peinaba todo el cabello para atrás, causando que el ondulado de su cabello se centrara en la parte de atrás, causando que se levantara un poco. Tenía barba corta, de una semana o dos de no rasurarse por pereza. La tez de su piel era morena y su cabello, negro. Sus ojos eran cafes oscuros, grandes, con unas ojeras de un tono más oscuro que su piel, las cuales tenía por herencia, más que por desvelos. Estaba en sus 21 años de edad, estudiando Literatura en la Universidad, carrera, que todo mundo le decía no tendría un buen futuro para ganar dinero, pero no le importaba mucho si podía ganar miles y miles de pesos, sólo quería ganar lo suficiente para poder comer 3 veces al día, comprar libros y comprar videojuegos. Sus padres lo dejaban ser. Ellos sólo querían que fuese feliz y desde siempre habían notado que una vida tranquila, sin lujos excesivos era lo que más feliz hacía a su hijo.

Arturo era de carácter noble. Desde pequeño mostraba un sentido por lo justo y siempre intentaba evitar conflictos que no tuvieran una razón justa. Intentaba ayudar a quien pudiera y defendía a quien no pudiera. Si en la escuela, alguien era acosado o lo querían hacer menos, él les ayudaba o los defendía, no soportaba que se metieran con la gente que no podía hacer más. Varias veces se metió en problemas por ello y aunque sus padres le llamaron la atención también, no podía evitar hacerlo. Algo dentro de él lo motivaba hacer lo correcto y ayudar a quien necesitaba ayuda. Pero entre más creció, Arturo empezó a notar que la gente lo necesitaba menos o a veces reaccionaban de forma hostil a su ayuda y eso le dolía, pero intentaba no perder su sentido de justicia, aunque después de tiempo, Arturo comenzó a sentirse alienado de su mundo. Nadie quería un héroe, nadie quería ayuda y aunque Arturo veía que su mundo necesitaba su ayuda, no podía hacer más. Uno no puede obligar a quien se resiste, pensaba Arturo.

El último caballero: El corazón de los magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora