Capítulo 2. X-Men pero sin Lobezno

313 26 5
                                    

   La Academia Hudson se encuentra en pleno corazón de Nueva York, una de las ciudades más turísticas del mundo. No es un lugar demasiado bueno para ocultar a raritos como nosotros, lo sé, pero la protección que envuelve al edificio mantiene a cualquier humano fuera de aquí. Como mucho entran hasta el vestíbulo.

   En esta Academia -que técnicamente es un hotel pero, en fin, academia suena mejor- todos los profesores son especiales, como nosotros. El Sr. Turner por ejemplo, puede hacerse invisible, y la Sra. Mason tiene una habilidad increíble para poner ceros, además de traspasar objetos... lo que da muy mal rollo cuando se pone a atravesar tu mesa durante un examen para comprobar que no estés copiando.

   Entre los alumnos, hay algunos que tienes poderes bastante guays, como Rachel, que puede crear portales para pasar de un lugar a otro, o David, que puede correr a una velocidad increíble. 

   Aunque para mi, el poder que más mola es el de Matt. No sólo puede entrar en tu mente, también puede mover objetos y crear pequeños campos de energía telequinéticos... Que no tengo muy claro qué son, pero suena a poderoso, en plan Profesor Xavier -mote que, por cierto, él odia y a mi me encanta-.

   Si por algún casual os estáis preguntando qué poder tengo yo, Crystal Evans, os vais a llevar una pequeña decepción: aire. El viento, vaya. Y vosotros pensaréis "¿Qué clase de poder mas inútil es ese?" Pues os equivocáis, amigos míos. De inútil no tiene nada. 

   Vale, no puedo correr súper rápido o trasportarme de un lado a otro cuando quiera, pero si que puedo crear torbellinos, muros impenetrables, o lanzar a una persona a veinte metros de distancia con un solo movimiento. Quién dice veinte dice cinco, pero oye, algo es algo.

   La Jefa de este gallinero es Anastasia, Anastasia Jackson, y su poder es... bueno, la verdad es que ni yo lo tengo claro, pero es la que se encarga de que ningún humano nos descubra, así que tiene que ser algo importante. También es la persona que media con el Gobierno para que siga subvencionando a la Academia. Y para que la proteja, claro. 

   A parte de eso, nadie sabe más sobre ella, pero se rumorea que una vez estuvo casada con un espía ruso o algo así... Pero no es más que un rumor así que, por supuesto, aquí todos creemos que es verdad.

   Los mayores de dieciocho años tienen permiso para salir cuando quieran y durante un tiempo indefinido. Además, pueden usar legalmente sus poderes en caso de extrema necesidad. 

   Es de ahí de donde viene tanto alboroto por mi pequeño incidente del otro día. ¿Me encontraba en un caso de extrema necesidad? Si. ¿He cumplido ya los dieciocho? No. Así que, técnicamente he infringido las normas. Habían pasado ya tres días del incidente, y todavía había algunos profesores que me echaban la bronca cuando me los cruzaba en los pasillos. ¡Tres días!

   Resumiendo, somos muchos niños con habilidades fuera de lo común que viven en amor y harmonía en un lujoso de hotel de Nueva York. Lo que viene siendo X-men pero sin Lobezno.

   Luego están 'los Otros', y no, no son los mismos 'Otros' de Juego de Tronos, nuestros 'Otros' son distintos a esos 'Otros', por que no son los mismos 'Otros' que los 'Otros' de los Siete Reinos... ¿Soy yo, o la palabra 'Otros' está empezando a sonar rara? Es como cuando pronuncias una palabra muchas veces, en plan: bol. Bol. Bol, bol, bol. Bol. Bol. Bol, bol, bol. ¿Véis? Es 'bol' la que no tiene sentido ahora.

   En fin, que me desvío.

   Los 'Otros' son aquellos que pertenecen a la otra academia de raritos, la Academia Stinson. Son nuestros rivales a muerte. En plan Cambridge y Oxford, o Stark y Lannister. Como el agua y el aceite, vamos.

    Su director se llama... Bueno, no me acuerdo de su verdadero nombre, pero se dice que antiguamente perteneció al bando de los malos y se hacía llamar Señor de las Tinieblas.

   Pero a nosotros, los de la Academia Hudson, nos gusta llamarlo Señor Cabeza de Bombilla: el tamaño de su cabeza es desproporcionado al de su cuerpo. Es decir, tiene una cabeza gigante. Es tan grande que creemos que puede tener satélites orbitando a su alrededor. Aunque claro, no son más que suposiciones —basadas en hechos reales—. Además está calvo. Y la calva le brilla bajo el sol... Así que para abreviar le llamamos Bombi.

   Bromas a parte, siempre hemos considerado a la Academia Stinson como nuestra 'enemiga'. No sé por qué, pero yo cuando llegué ya estaba todo así, así que ¿para qué cambiarlo ahora? Esa rivalidad es lo que le da más morbo a nuestros enfrentamientos.

   Por que si, cada cierto tiempo nos enfrentamos. Dicen que es para 'evaluar nuestros avances en el arte del combate'. Vamos, que eso parece un anfiteatro romano. Ya sabéis, cuando lanzaban a los gladiadores para que lucharan ente ellos mientras los demás vitoreaban a sus favoritos. Pues algo parecido: combatimos en un recinto preparado para que podamos utilizar nuestros poderes a nuestro antojo, mientras que en una pantalla enorme se va reflejando la puntuación de cada uno durante el entrenamiento.

   Lo cierto es que es bastante guay. Es la única vez en la que nos dejan usar los poderes con total libertad. Aunque lo que de verdad mola es cuando lo hacemos por grupos. En el recinto recrean virtualmente escenarios ditintos en los que tenemos que enfrentarnos, muy del rollo Los Jugeos del Hambre pero sin las trágicas muertes.

   Por mucho que tanto Anastasia como los profesores nos digan que no, creemos que los de la Academia Stinson tienen ciertas... Inclinaciones malignas. No por nada en especial, si no por el hecho de que cada vez que nos vemos nos miran con odio e intentan matarnos deliberadamente, ya sea en los cuerpo a cuerpo o en las simulaciones. Pero eh, que serán cosas nuestras.

   Sólo estamos con ellos en ese tiempo, después no tenemos del todo permitido interactuar entre nosotros... No es una norma explícita, pero tampoco está bien visto. Es algo así como confraternizar con el enemigo. Y nadie quiere que le traten como a un traidor, así que simplemente nos ignoramos mutuamente hasta el día de la Evalución y todos contentos.

   No sólo no sabemos el auténtico nombre de Bombi, sino que tampoco sabemos donde está su Academia -y ellos tampoco saben donde está la nuestra-. Cuando llega el día de la Evaluación, vamos a una antigua instalación secreta del Gobierno, que han actualizado y adecuado para nosotros, que está cerca de la costa... Así que damos por hecho que su Academia está en Nueva York también.

   Aunque a algunos les pueda parecer que no, vivir en la Academia Hudson no está tan mal. Al fin y al cabo, somo como una familia grande y... Peculiar.

Academia de SuperhéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora