"But I'm still haven't found what I'm looking for"
Caminando como siempre. Iba por una de las tantas calles de Sydney que queda frente a un colegio de chicos con mucho dinero, paseaba mi block de dibujo pensando en cómo podía mejorar mi nuevo cuadro cuando un grupo de niñas muy arregladas y sonrientes pasaron a mi lado, iban muy alocadas, sin importarles que un grupo de chicos tras ellas, los cuales no dejaban de silbarles y gritarles cumplidos ordinarios, le tomaran fotos a sus traseros.
—Definitivamente el dinero no es correspondiente a la inteligencia o al respeto que se tenga por uno mismo -pensé, asqueada. Lo malo, es que pensé en voz alta.
—Vete a ocupar a ocupar de tus propios asuntos, chica. Con tu ropa y cara jamás conseguirás a alguien -dijo una alta pelinegra con la nariz en alto.
—No necesito tus consejos, amiga -respondí.
—Entonces no te preocupes tanto de lo que hacemos -dijo una de sus amigas.
—No puedes saber que me refería a ti, el mundo no gira alrededor tuyo -respondí cortante y me largue con paso firme a la siguiente calle.
Nunca me han agradado las personas que nacen teniendo mucho dinero, no conocen la realidad general de la sociedad.
Tomé el transporte y llegué a mi antiguo colegio, me acerqué y en la esquina se reunían todas mis amigas. Nos habíamos encontrado en las vacaciones de invierno, pero aun así sentía que me quedaba atrás de las situaciones que vivían juntas.
— ¡Hola! -exclamé emocionada mientras abrazaba a todas.
— ¡Sydney! -gritaban las cuatro chicas en mi oído.
— ¡Déjenme respirar chicas!
—Hubieras visto al resto, pero llegaste una hora tarde -me señaló acusadora con un dedo Issa.
—Tenía que terminar un trabajo del colegio -hice un puchero y todas rieron. No se resistían a mi ternura. — ¿Qué hicieron mientras llegaba?
—Disfrutábamos de la "vista" -señaló Jessica mientras reía con las chicas. Yo nunca participaba de sus juegos sobre chicos, así que solo sonreí.
—Tenemos un nuevo compañero -apuntó Katherine. —Están todas vueltas locas.
—De hecho, creo que se parece a ti -repuso Barbara. —No habla nada.
—Pero... ¿Has visto sus ojos?
— ¡Es un caballero! Les abre las puertas a los profesores cuando llegan a la sala...
—Y siempre hace cumplidos. Como tú.
— ¡Hoy me dijo que le gustaba mi cuaderno! El que tiene la imagen de Sherlock.
—Sherlock... de la BBC? -preguntó Kath.
— ¡Sí! -chilló Barbie.
—Apuesto a que tiene un blog en Tumblr… -susurró Jess.
—Ayer lo ví tocar guitarra con Thomas...
—Chicas... ¡cálmense! -reí al ver sus rostros encendidos por la locura.
—Si lo vieras... -suspiró Issa.
— ¿No es ese chico de allá? -lo señalé porque no reconocí su rostro. Bueno, hay que reconocer que la emoción de mis amigas no era en vano.
Era guapo, no lo voy a negar.
Tenía un pelo negro desordenado, y podría jurar que era a propósito así. Hombros anchos y relajados, con la mochila descansando sobre uno de ellos. Era alto y se veía despreocupado con las manos en los bolsillos. La distancia que nos separaba no era suficiente para que no pudiera distinguir el color de sus ojos: cafés, los que siempre me habían gustado tanto por su sencilla gama de anaranjado y amarillo. Pude ver que se formaba una sonrisa en su rostro y podría haber jurado que iba dirigida a mí.
—Te sonrió, Sydey -susurró Jess. Me voltee rápidamente.
—No digas tonterías, Jess. -pero también estaba creyendo que me había sonreído. — Emm... Chicas, ¿Vamos a...? Me iban a acompañar a comprar mis pinturas.
—Si - rió Barbie.
—No es necesario que te pongas nerviosa - se le unió Kath
—Cállense - reí con ellas
— ¡Isabella! Prometiste darme el chocolate ayer... estuve esperando aquí hasta que te acordaras... pero al parecer no lo hiciste -escuché una profunda y divertida voz a mis espaldas.
Mis amigas miraban por detrás de mis hombros y me giré suponiendo lo que me iba a encontrar. Al chico mirando a Issa. No fallé. Sus ojos eran de un café achocolatado asombroso, me hacían desear tomar mis pinturas y mezclarlas hasta lograr un tono parecido al que en este instante miraba expectante.
— Aaahh... Emm... Calum, perdón. Te lo traigo mañana. Lo juro. - se disculpó Issa.
—Está bien. - rió despacio —Mañana... ¿Quién es su amiga? -preguntó, reposando sus ojos de hermoso color en mí y sonriendo.
—Es Sydney, nuestra amiga que se cambió de colegio este año. -aclaró Kath.
—Ya recuerdo, hablan de ella todo el tiempo.
—Si... mmm ya nos vamos, nos vemos mañana, Calum. -dijo Jessie.
— ¿Sydney no habla? -dijo con tono divertido.
—La verdad es que no mucho. ¡Adiós Calum! -dijo Barbie tironeando de la manga de mi abrigo.
— ¿Volverá por aquí? -sonrió de lado.
—Lo más seguro. -le contestó Kath.
—Está bien. Adiós chicas y Sydney. -hizo gestos de despedida con la mano mientras nosotras avanzábamos calle abajo.
—Wow, le gustas. -dijo Issa.
— ¡No te dejaba de mirar! -saltó Barbara.
—Chicas... no me importa. Además, lo acabo de conocer, ni siquiera le he dicho hola.
—Estoy segura de que le gustas. -insistió Issa.
—Pero a mí no me gusta él
— ¡A ti nunca te gusta nadie! -acusó Jess. —Dinos, si quiera, ¿Lo encontraste atractivo?
Yo nunca admitía cuando un chico me parecía guapo. No me gustaba, y, con el tiempo, me costaba cada vez más que alguien me impresionara hasta el punto de gustarme. A veces me preguntaba si tenía alguna especie de problema... pero esta vez me resultó imposible. Imposible pasar por alto las largas pestañas que enmarcaban los ojos de impresionantes color...
— ¿Syd? -preguntaron risueñas mis amigas.
—Ya, tal vez si me pareció algo atractivo. -las complací con mi respuesta y seguimos caminando y hablando de nada el resto de la tarde.
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¡Hola! Aquí está el segundo capítulo
Besos :)
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Dreamed Love (Calum Hood y tu)
Fanfiction"La vida es un libro y hay un millar de páginas que aún no he leído." - Cassandra Clare, Princesa Mecánica