f i n a l

1.4K 97 17
                                    

Ya habían pasado 3 semanas y no sabíamos nada de ella. No había comido; solo quería morirme. No había visto a Michelle más que una vez y casi muero en frente de ella, me dio un tipo de ataque emocional y no hice más que llorar, lo que provocó que ella se asustara y llorara también. No había dormido más que, a lo mucho, dos horas por día; cada vez que cerraba los ojos, soñaba con la llamada de Camila. Me imaginaba lo que realmente había pasado aquí en el apartamento, me imaginaba estando al otro lado del teléfono. Cada vez que dormía, despertaba gritando y empapada de sudor.

Me asustaba dormir.

Roger ha estado muy atento conmigo desde que todo esto empezó. Siempre estconmigo y sé que pone su mayor empeño en encontrar a Camila y él también estaba involucrado. Habían encontrado pistas mínimas, pero no las suficientes para averiguar donde está. Y yo ya me estaba deseperando.

—¿No vas a comer?— Roger me miraba con ojos duros, sentado en frente de mí con un plato de sopa en medio de la mesa del comedor de mi apartamento. Negué con la cabeza gacha, como una niña pequeña que no se quiere comer sus vegetales.

—¡Joder, Lauren! Entiendo que esto es duro, pero tienes que dejar de actuar como si fueras una niña.— en otro momento, talvez me hubiera levantado y le hubiera replicado lo que me dijo, pero ahora no tengo fuerzas para eso. Solo me quedé sentada.

Me encogí de hombros.—No tengo hambre.— susurré. Roger se enfadó más y se levantó bruscamente de su asiento. Se pasó las manos por la cara y suspiró frustrado.

—Si sigues así, solo conseguirás morirte de hambre y es lo que menos necesitamos ahora.— me miró con una mirada que no supe decifrar.

Le quedé mirando por unos segundos y luego, sin decir palabra, me levanté para ir a mi habitación. Escuché a mis espaldas como Roger reprimió un grito y luego, abandonó el apartamento. Entré a mi cuarto y cerré la puerta con seguro. Caminé hacia mi cama y me recosté en ésta, tomé la almohada a mi lado, la acerqué a mí y la abrazé. Aún olía a ella. Pude sentir como lágrimas en mis ojos comenzaban a formarse. La extrañaba. La extrañaba a morir.

Como casi todos los días, hundí mi rostro en la almohada y lloré. Lloré a más no poder. Mis esperanzas se estaban agotando, ya no tenía ganas de vivir. Creo que lo único que me ha mantenivo viva hasta ahora, ha sido la poca esperanza que todavía tengo y Michelle. Ella me hace más fuerte.

Y tengo que verla.

Después de un rato de llanto desahogante, me decidí a ir a verla. Pensé en llamar a Roger y decirle que me llevara con mi hermana, pero él es el que me prohibe verla. No quiere que pase por lo mismo frente a ella. Me cambié de ropa y traté de arreglar un poco mi rostro. Misión fallida. No me importó como me veía, solo quería ir a ver a mi bebé.

Salí de mi apartamento con mi abrigo, mis llavesy mi celular y bajé a la recepción.

—L-Lauren.— Sarah llamó. Me volteé hacia ella y caminé hacia su escritorio.

—¿Sí?— contesté amable con una sonrisa, la cuale espero luzca real.

Ella abrió la boca muchas veces pero no supo que decir, la miré alzando las cejas. Finalmente, bajó la mirada y habló. Suspiró.—Supe lo de Camila  y-y yo quería decirte que lo siento. Sé que fue hace tiempo pero no sabía como decirte esto. Y-yo solo te deseo lo mejor y espero que la encuentren.— me miró y sonrió dulcemente.—Y espero que tu estes bien.— le sonreí.

—Lo estoy.— la mentira más grande que he dicho en toda mi vida. Mi voz salió un poco ronca por el llanto, supongo. Su sonrisa forzada me hizo darme cuenta de que no me creyó.—Gracias por preocuparte. Ahora, ¿podrías llamar un taxi por mí?

save me ➳ camren {mini-fic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora