Neighbor

#3 Noche de chicas

Tres días, tres días habían pasado desde que habíamos ido al gimnasio, Nathy se logro incorporar con gran éxito en el grupo, mientras que yo aun seguía practicando box. Ese día habíamos llegado a casa un poco tarde porque nos quedamos hablando con los demás y le presente a algunas personas para que se integrara mas al sector y no tuviera tanto miedo. Aparte, de que Jhon había estado con nosotras en todo momento por si es que pasaba algo, ya que, aquí siempre había peleas de barrio con los chicos que iban a hacer desmadres para llamar la atención o solo para creerse unos chicos malos, pero como la mayoría de las veces pasaba era que ellos no sabían en qué lugar se estaban metiendo. Muy pocas veces llegaba la policía. A veces a buscar cuerpos sin vida cerca del comienzo del barrio, como adultos mayores que mueren por un infarto o cosas por el estilo. Pero nunca han ido más allá de los apartamentos viejos, debido a que siempre la mayoría terminaban muertos, aquí no estaban permitidos y ninguno de ellos tenía las agallas para ver que sucedía en el interior del lugar.

Aquí te podrías encontrar con ladrones o asesinos, violadores o estafadores, drogadictos o esquizofrénicos. Pero todo tiene su razón. Pero si eres conocido por todos y sabes guardar silencio, te querrán como una familia y jamás te harán daño, en cambio, te protegerán. Así como lo hicieron conmigo, cuando yo llegué aquí tenia trece años y fue porque me perdí, no sabía muy bien por donde iba y llegue a parar aquí. Recuerdo que estaba caminando de noche por una calle totalmente sola, se veía un solo farol que alumbraba las afueras de un callejón, lo demás era solo oscuridad y yo ya tenía los pelos de punta.

 Cuando ya había pasado por los apartamentos empecé a escuchar música proveniente de un lugar desconocido. Seguí la música con paso más apurado para asegurarme de que no estaba sola, hasta que llegué a un lugar muy grande, con un letrero que señalaba las palabras ‘gym’, vi por las ventanas de la puerta de entrada y me encontré con un lugar igual o más grande de como se veía de afuera. Al fondo había unos sacos de arena, al centro había un ring de boxeo, al lado izquierdo habían muchas colchonetas ordenadas correctamente, por el lado contrario habían unas pocas personas bailando zumba de espaldas a mí, todo se veía bastante acogedor y sin dudarlo entre tratando de no hacer ruido pero en cuanto abrí la puerta hizo un sonido chirriante y las personas se dieron vuelta en seguida sobresaltadas. Pararon la música y me disculpe por eso, el entrenador Fitzgard era el que dirigía el baile y se acercó a mí, yo le conté que me había perdido y que no sabía dónde estaba y él me ayudó.

Y así fue como conocí a todas las personas que vivían ahí, aquí me sentía segura, ¿qué harían ustedes si su padres hubieran muerto hace menos de un año, tu estas en un país que no conoces, tu familia no sabe que sigues con vida, y todavía tener el trauma de la peor experiencia de tu vida; ser violada a los ojos de tus padres mientras éstos se desintegran por el fuego?

 Yo me hubiera quitado la vida hace ya rato, pero no lo hice porque se lo prometí a mi psicóloga y a Patty que no lo haría, y yo siempre cumplo mis promesas. Siempre se los agradezco por haber estado allí para mi, sin ellas no se que hubiera hecho. También  se lo agradezco a las personas que me estiman en el barrio.

Bueno, cambiando de tema, hoy venia Nathy a ver una película con migo porque no quería estar en su casa, ya que, creo que Nathan cuando era pequeño era muy buen amigo de James Prinslo, si, el cara de mono era su amigo. Que digo, ¡su mejor amigo! Y eso es muy malo. Porque quiere decir que Nathan es un cabeza hueca.  Nathy también me comento que el día de la cena era solo una fachada para verse encantador. Odio los tipos así. Creen que con solo tener una cara bonita y un cuerpo de muerte obtendrán un buen polvo.

En el barrio hay tipos así, pero con la diferencia de que no se meten con nosotras sino que con chicas de su instituto o de algún lugar, pero nunca he visto a alguno de los chicos estar con las pocas chicas de allí. En cambio, son como nuestros hermanos mayores.