004 - 2/3 Maratón.

1.2K 67 0
                                    

Apretó mi mano fuerte y dio un beso en ella, limpió mis lágrimas y al momento entró mi hermana.

-¡Hermana, Ange!, gracias al cielo despiertas-. Sonrió.

-Voy a la cafetería a tomar algo porque tengo burda de sed, ¿Quieres algo fresa?-. Me preguntó Gustavo. Negué. -Bueno, ya vengo-. Salió de la habitación.

-Él pasó toda la noche aquí contigo, no me dejó quedarme, los muchachos le insistieron pero él no quiso irse-. Me comentó mi hermana.

«Es más que imposible que Gustavo se haya enamorado de mí, apenas tenemos días de conocernos, tal vez sólo se preocupa como un buen amigo que es; me cuida como su hermanita... Creo. Es muy dulce de su parte, el odioso ese en el fondo tiene un lindo corazón». Pensé.

Mis pensamientos se esfumaron de un momento a otro, haciendo ver en mi mente su mirada, otra vez, sentir sus manos, otra vez. Ese sentimiento de miedo me recorrió el cuerpo.

-Dani... ¿Y qué pasó con... Ya sabes?-. Me atreví a preguntar.

-Ange, ese tipo está loco. Se escapó de las manos de Gustavo y de los guardias, no sabemos cómo. Y, después de que Gustavo le diera tantos golpes empezó a reír como desquiciado, repetía tu nombre y trataba de volver a tocarte cuando te desmayaste-. Me dijo Daniela sentándose. -Lo siguen buscando, lo mejor es mantenerte segura y no dejarte sola, por ahora.

Asentí, en eso llegó Gustavo.

-¿De qué hablan?-. Preguntó.

-Le estaba contando Ange lo de ya sabes-. Respondió mi hermana agachando la cabeza y bajando poco a poco el tono de voz.

-Ah...-. Pude notar que se molestó un poco pero mantuvo tranquilo. -Angélica, mientras yo esté cerca de ti, nadie te hará daño. Ya hablé con tu hermana y tu mamá, sé que ella y su esposo se van de viaje por un año, me quedaré a dormir en tu casa los días que pueda-. Lo miré un poco mal. -Y no digas que no, ya lo dije ya fresa-. Rió, me picó el ojo y se sentó a revisar su teléfono.

Ya para más tarde me dieron de alta, los chicos; Adso, Jeeiph, Trainer y Micro me habían venido a ver, me hicieron alegrarme mucho la verdad. Ya estaba terminando de recoger mis cosas de la habitación y Gustavo me estaba ayudando. Sin querer, su mano rozó mi brazo, volteé rápidamente y me alejé, él me vio extrañado pero siguió acomodando lo demás.

Me sentía rara, no hablaba, casi no comía y no podía sacar de mi mente ese maldito momento, no puedo olvidar eso, no puedo maldita sea. Quiero, pero sólo consigo recordarlo más, como si estuviera pasando otra vez.

No quería que Gustavo pensara que lo quería lejos de mí, pero en serio, no me sentía bien cuando otro hombre me tocaba así fuera por error, inclusive otra persona.

-Gustavo... Lo siento, es que sigue siendo incómodo para mí y...-. Me interrumpió.

-Tranquila, esto lleva tiempo superarlo, pero poco a poco irá pasando-. Me lo dijo tan profundo y sin rodeos, mirándome fijamente a los ojos, aún no puedo explicar lo bien que se siente cuando Me mira...

Sólo asentí y salimos de la habitación.

(...)

Hoy mi mamá y Edgar se habían ido por la mañana, Gustavo empezaría a dormir en mi casa esta noche. Últimamente había tenido unas pequeñas pesadillas, pero sé que iba a estar bien y más si él estaba bajo el mismo techo que yo.

Llegó a las 7pm y nos pusimos a ver películas con mi hermana, nos reíamos y yo lloraba en algunos momentos.

Ya eran las 10 y Daniela tenía sueño, se despidió y subió a su cuarto. Gustavo y yo decidimos ver una más, ambos estábamos en el mismo mueble, a distancia, él no intentaba hacer ni el mínimo movimiento por estar cerca de mí. De un momento a otro, me dormí.

Me Mira; Big Soto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora