«Sé que tengo muy poco de tu tiempo
apenas unas horas de tu amor
ayer tu fuista mío
pero hoy tienes tu vida
y somos sólo amantes de ocasión.»De nuevo soy testigo de cómo se levanta de mi lado tratando de ser lo más cuidadoso que se pueda, no sabe que siempre estoy al pendiente de cada uno de sus movimientos; le observo tomar cada una de sus prendas que la noche anterior no le importaba dónde se encontraran pero por desgracia ahora que debía regresar a su vida "de ensueño" en su búsqueda alguna que otra mala palabra se escapaba de sus labios, al final se da por vencido y decide irse sin sus boxers me imagino la excusa que le tendrá que dar a Talita al llegar a casa y que esta se percate de que su chico a llegado sin calzoncillos. Su rutina después de vestirse es entrar y cerciorarse de que no he dejado alguna marca en su cuello, tengo bien sabido que a pesar de que el chico diga lo mucho que me quiere este simplemente no quiere que deje marcas en él para no levantar sospechas, al descubrir que he cumplido con sus pedidos este sonríe levemente antes de salir de mi habitación, aquella que se habia convertido en nuestro escondite y también en el buen lugar que utilizó como guarida cuando el llanto me gana al descubrir que le amo pero que este simplemente no puede amarme.
Nunca me imaginé que seria la amante del chico que por mucho tiempo me gustaba, se podría decir que fui su mejor amiga antes de convertirme en su amante pues ciertamente lo eramos y es que le conocía tan bien desde pequeño y él me conocía también (solo las partes que deseaba conociera) cuando crecimos me percaté de que el cariño que sentía por él no solo era como de hermanos sino como de algo más, jamás me atreví a confesarle lo que sentía y según yo estaba bien con ello hasta el día que este se había presentado ante mi para confesarme que habían roto su corazón, nada más y nada menos que Talita Jones la hermosa chica de cabellos dorados y perlas azules con curvas perfectas y el corazón más calcinado del mundo pues mientras mantenía una relación con Harry esta se acostaba con todo chico que se le cruzara. El chico se dio cuenta de una de sus tantas infidelidades pero este decidió darle otra oportunidad a la chica que le juraba cambiaría por nada más y nada menos que por él porque también le amaba, antes de que ella decidiera hacer y decir eso el castaño me había propuesto ser amigos con derecho, lo cual me pareció una extraña idea pero este me hizo cambiar de idea sin pensarlo, una noche se convirtieron en diez y sin pensarlo había dejado de ser la amiga con derechos para pasar a ser la amante.
-Entonces es todo- solté, evitando soltarme a llorar al escuchar que Talita deseaba continuar con Harry, pero esta vez de la mejor manera.
-No tiene porqué terminar - respondió el chico acercándose a mi, tomando mi brazo que se encontraba cruzado hizo que lo mirara.
-Ella...
-No tiene porque enterarse- intervino, logrando que deshiciera mi cruce de brazos para estrecharme finalmente entre sus brazos.
Todo estaba tan bien hasta aquel día en que pude ver lo feliz que la chica le hacía, aquello rompió mi corazón y me hizo regresar a la realidad; no quería ser la razón por la que alguien más saliera con el corazón herido aunque esta lo mereciera, él era feliz con ella tanto que podría decir que era mucho más feliz de lo que era conmigo; lo peor de todo aquello era que precisamente estos habían llegado a desayunar en mi establecimiento, tal vez Harry lo olvidó o simplemente no escuchó lo que le dije aquel día. El verlo cerca a ella me hizo cuestionarme sobre tantas cosas ¿la tocara como a mí? ¿Cuando despiertan este le da un beso en la frente antes de salir del lugar y es por eso que no se despide jamás de mí? ¿Le cuenta todo lo que llega a contarme a mí o simplemente lo que me dice a mi son solo mentiras? Porque soy consiente que a ella no le negara jamás el que le deje marcas porque es precisamente ella su novia. Dolía tanto percatarse de aquello pero dolía más el decidir alejarme de él, por el bien de los tres.
-Jefa ¿se encuentra bien?- cuestionó James con preocupación al notar que no me encontraba en mi mejor momento.
-Yo, estoy muy bien- respondí dedicándole una pequeña sonrisa en espera de que este me creyera.
-Sabes que a pesar de, ya sabes ser tu trabajador también puedes confiar en mi y, bueno yo...
-¿Por qué tardan tanto en traer la cuenta? - escuché como reprochaba la rubia que acompañaba a Harry- ¡Oye tú! - apuntó señalandome- ¿dónde está tu jefe? Pues quiero quejarme por el mal trato y porque he visto desde que llegué que no has hecho nada- añadió con molestia.
Aquello sin duda me enfadó bastante, tanto que podría decirle toda la verdad a cerca del chico que se encontraba al frente de ella y el cual había fijado su vista en mí, tirando todas mis defensas.
Esperé que este dijera algo o susurrará un "lo siento" pero esto jamás sucedió.
-Yo me encargo de esto ¿de acuerdo?- dijo James al notar mis ojos llenos de lágrimas mientras continuaba con mi vista fija en el castaño, el cual había preferido girarse y volver a prestarle atención a la rubia.
No fui capaz de volver a mirar a la pareja una vez hubieron pagado y se marcharon, tampoco escuché lo que James les dijo y aunque parezca extraño quería saber lo que les había dicho para que la chica gritara que jamás regresaría al establecimiento de todas formas; mi cabeza en todo momento se mantuvo fija en el piso hasta que fui tomada de la muñeca para ser arrastrada fuera del ojo público y estrechada por quien reconocí como James, su colonia era inolvidable y es que desde que formó parte de la cafetería fue lo que llamo mi atención, su exquisito olor; sin dejar de lado sus ojos azules y su cabello ahora entonces castaño, el cual le resaltaba mucho más sus celestes dejando a cualquiera sin aliento, incluida a mí antes de comenzar lo sea que tenia con Harry.
-Debes parar, esto no te esta haciendo bien- susurró cerca de mi oreja.
Tenia tanta razón pero no sabia cómo comenzar a dejar de estar para el rizado por lo que no pude soportar más y me puse a llorar sobre su pecho el cual estaba protegido por su mandil.
-Sé que será difícil pero estarás mejor- aconsejó dando suaves caricias a mi espalda, permitiéndome llorar sin quejarse.
Aquel chico me demostró que se puede estar conmigo más tiempo del que deseaba Harry pasar conmigo, se quedó hasta el momento en que dejé de llorar y solo para encontrarme con que este me dedicaba una sonrisa tan sincera que me dejó simplemente anonadada.
-Prometo que tendré listo tu mandil para mañana- dije una vez estuvimos fuera de mi casa pues este se había ofrececido a llevarme pues según él no estaba en condiciones de conducir porque una mujer con el corazón roto era bastante peligrosa.
-Te he dicho que yo puedo encargarme de eso- renegó, quitando el mandil de entre mis manos.
-¡Oye! Regresame eso- exigí, tratando de quitárselo de las manos.
-¿Que te parece si me pagas no pagándome?- sugirió justo en el momento en que su rostro y mi rostro se encontraban a centímetros de distancia.
-Has hecho mucho por mi, es lo menos que puedo hacer- confesé, regresando a mi lugar; viendo de reojo como el chico guardaba el mandil cerca de él.
-Solo prometeme que intentaras dejar aquello que no te hace feliz- pidió, mirándome fijamente y regalándome una leve sonrisa.
-Lo prometo- respondí sonriente.
Esa noche fui feliz, hasta que al bajar del auto me encontré con el chico que horas atrás no había hecho absolutamente nada por defenderme un poco.
-Cassi, lo siento tan...- el chico fue interrumpido por el sonido de la puerta siendo cerrada justo detrás de mí, impidiéndole la entrada a lo que alguna vez dijo era su refugio.
-No quiero seguir con esto- confesé a través de la puerta- no podemos continuar con esto- añadí.
-Cassi, no lo hagas- pidió, dando gracias dejé salir un suspiro por no poder ver su expresión en esos momentos
-Talita te ama y tú la amas a ella- solté sin derramar ninguna lágrima- son felices juntos y yo no quiero continuar entrometiéndome en lo que tienen- añadí.
-Te necesito a ti Cassiopea- confesó, dejandome sin aliento.
-No me necesitas tanto como yo lo hago, no me extrañas tanto como dices hacerlo y aceptemos de una buena vez que esto no funcionará – respondí, tragando el nudo que se había formado en mi garganta.
– Vas, podemos solucio...
–No sigas por favor, Harry– supliqué al borde del llanto– aceptemos que no piensas abandonar a Talita si te lo pido ahora mismo, no me amarás de la misma manera en la que yo te amo, no tienes idea de lo mucho que te extraño cuando te marchas y sé que soy patética al pensar que eres mío cuando la realidad es que no puedes estar a mi lado porque verdaderamente te encuentras al lado de la mujer que amas, duele aceptarlo pero esa es nuestra realidad y no quiero seguir así – añadí entre sollozos.
Nunca me consideré una mujer fuerte, de hecho era la chica más emocional que jamás se podría ver, por lo que encontrarme haciendo esto simplemente me sorprendía y es que era tanto lobque amaba a aquel chico de ojos esmeraldas que jamás creí que podría dejar lo que fuera que tuviera con él. Eran tantas mis ganas de estar con él que me había olvidado de mi propia felicidad.
Costó tanto olvidar a Harry Styles, incluso aún me cuesta trabajo saber que quien creí seria el amor de mi vida, ya no estaba a mi lado; sin embargo una vez más comprendo que la vida (a pesar de todo lo malo) esta, nunca deja de sorprenderte; perdí al hombre que una vez amé y ahora tengo a mi lado al hombre que me ama tanto como yo lo amo. Y, no somos solo amantes de ocasión.
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Lᴏᴠᴇ Sᴛᴏʀʏ·ꜱ [Oɴᴇ Sʜᴏᴛꜱ] |H.S|
Fanfiction-Nada de salir con alguno de nuestros familiares- sentenció el rizado con firmeza -Estoy de acuerdo, Styles- presumió la castaña sin tener idea de que su historia apenas comenzaba y que el rizado lograría enamorarla. Ninguno de los dos sabía lo que...