El dia que la vi no fue ese clásico momento cliché en el que alguien descubre que otro alguien es el amor de su vida, inclusive se podría decir que nunca creí que ella era lo más parecido a ello porque simplemente jamás me detuve a pensármelo; siempre la vi como lo que siempre fue, la mejor de mis amigas, ella entendía lo que hacia y lo que era sin cuestionarle absolutamente nada, simplemente se quedaba al lado de mi sin decir nada cuando así lo quería y lo necesitaba.
No tome el tiempo para ver que era bonita o que sus ojos a pesar de ser de un color tan común como lo era el marrón eran lo más hermosos que jamás hayas visto, o que su cabello ondulado bailaba con el viento, logrando que tus fosas nasales se deleitaran con el aroma a cereza que desprendía de el.
No tome el tiempo suficiente para percatarme de que ella había estado junto a mi, incluso aunque yo la olvidará en cuanto entramos a secundaria y tenia ese problema por querer encajar con algún grupo, llevándome a dejarle de hablar en el instituto y volver como si nada cada dia a su casa y charlar de lo que a mí me pasaba. No fui capaz de ver que ella jamás se molestaba al escuchar sólo mis problemas y no los suyos.
No pude ver más allá de la que era mi mejor amiga, hasta el día en que cometí el error más grande del mundo y le lastime de la peor manera que alguien pudiese lastimar a alguien; conté uno de sus más grandes secretos a la chica que juraba amarme con locura y es que aquello lo sabia porque no estuve como ella había deseado cuando aquello pasó porque no fui lo suficientemente fuerte para decirle que todo estaría mejor en unos años, decidí no decir nada y jurarle que estaría con ella en cuanto aterrizara mi avión de Boston, fui tan malo que dure casi un mes escondiéndome de ella para al final comprender que lo único que ella deseaba era estar con su mejor amigo aunque este no dijiese nada, se suponía que debía estar con ella al igual que esta había estado conmigo tanto en los momentos buenos como en los malos; incluso cuando quería estar solo esta era mi mejor compañía, esta me acompañaba a estar solo cuando así lo quería a sabiendas que nunca me encontraría en esa situación.
No fui capaz de hacer un cambio por ella, olvidé lo que le hice como esta me lo había pedido y fingí que era feliz al hacerlo; sin embargo en algún extraño momento de mi vida descubrí que la quería más que una amiga, lo que me llevó a hacerla sufrir, aunque esto sonaría a una excusa para que esta pudiese perdonarme era completamente cierto y es que el temor de sentir algo mucho más grande por ella fue más fuerte que lo que pude sentir en ese momento.
Comencé a salir con Nancy, aquella chica de la cual mis amigos y yo solíamos hablar, obviamente no cosas buenas puesto que era la mujer más cínica e hipócrita que había conocido en mi vida por lo cual al comenzar a sentir algo por Freya lo que me resultó más fácil de hacer para que esta se mantuviera alejada de mi era mi novia.
Sin embargo aquello no funcionó, la castaña comprendió que el amor es tan extraño que te hace amar a la persona menos pensada, se quedó a mi lado y realmente no se bien lo que sucedió para que esta decidiera simplemente estar al lado de un chico tan cambiante como lo era su Harry y es que sin siquiera saberlo le pertenecía a ella y a nadie más.
Mi plan cambió al percatarme de que mis esfuerzos habían sido en vano hasta que recordé lo mucho que Nancy odiaba a Freya, no sabia realmente el porque de su odio hacia la castaña y es que esta no hacia daño a la gente, por lo cual le use a esta para alejarme de una vez por todas de mi mejor amiga, sin embargo eso dio resultado por un par de semanas hasta que comencé a echarle de menos y sin querer use una arma que ni siquiera había pensado usar hasta aquella noche en la que había decidido tratar de olvidarme de ella como a cada hombre se le facilita hacerlo, el alcohol dio como resultado que Nancy fuera por mi, me tildara de niño y yo no dejara de decir verdades al azar, fue allí donde esta se había percatado de lo que sentía por mi mejor amiga y además de todo eso sin querer le había revelado el secreto más grande que había jurado guardar respecto al padre de la chica y la situación que había vivido en su niñez.
Verla llorar ante tantas personas no era lo que más disfrutara en el mundo y más después de saber todo lo que aconteció cuando ella y su madre supieron la verdad, lo que me llevó admirarle aún más porque a pesar de aquello volvió a sonreír como solía hacerlo cuando su padre aún se encontraba a su lado, si tan solo aquello me hubiese bastado para regresar a su lado y así dejar de pretender que no sentís absolutamente nada por ella, fui un tonto que simplemente la dejó ir aquel día y uno de aquellos días que la vio lo único que quise hacer era abrazarla y no dejarla ir en mucho tiempo "si se podía para siempre" sin embargo la chica sólo huyó del lugar, dejándome helado y aun más vacío de lo que me encontraba "si eso era posible". Pase días y semanas anhelando que la cena de navidad ocurriera lo más pronto posible y es que había escuchado a Gemma decirle a Niall que a pesar de todo lo sucedido Freya y su madre asistirían como cada año logrando hacerme sonreír después de tanto tiempo, así quizá podría aprovechar para decirle a la castaña lo que me hacia sentir.
El día llegó y con ello mi tristeza se hizo mas profunda ¿quién diría que tardaría tanto en llegar la navidad? Mi relación con Nancy había finalizado y no había sido porque ella lo deseara "solo quería dejar esto en claro". Las Tingley habían hecho acto de presencia y durante la velada no pude despegar mis ojos de la chica que se encontraba justo enfrente de mi "gracias mamá" hasta que vi mi momento de llamar su atención y disculparme por todo lo ocurrido, todo iba tan bien hasta que para mi madre fue suficiente, haciéndome parar con lo que fuese que estaba diciendo, pidiéndole al mismo tiempo a la chica que si era tan amable de charlar conmigo aquello le haría feliz a lo que ella no pufo negarse u camino justo detrás de mi en silencio.
Era mi momento, al fin podría decirle lo que sentía por ella "o eso pensaba yo e incluso ella" hasta que la voz de Nancy nos interrumpió y lo peor de todo no era el que hiciera como si Freya no existiera para después fingir que le estimaba, aquella noche Sonreí porque pude admirar el rostro cómico que la castaña hacia cuando la rubia le abrazaba con todo el cinismo del mundo.
Nadie me había dicho que eso lo tomaría como algo que hacia por Nancy, lo supe hasta que sonrisa fingida había aparecido y me dejaba a solas con la chica incorrecta en el momento adecuado. Y, lo peor de todo es que esta había aprovechado mi distracción para hacer de las suyas y plantarme semejante beso que sin dudar no le seguí.
Después de aquel día no volví a hablar con la chica que amaba, dejé a Nancy pero esta por alguna extraña razón había pedido que nos encontrásemos una vez más en el café donde solía pasar la mayor parte del tiempo con la castaña.
Mis ganas de encontrarme con la rubia eran tan nulas que en primer lugar me desperté tarde y después olvide las llaves justo dentro del auto por lo que no tuve otra opción más que acudir a mi hermana y su novio, pero aquello sucedería justo después de decirle adiós para siempre a la rubia.
No me imaginé que vería cómo Nancy se burlaba de Freya por algo que no siquiera había conseguido, mire atento la escena hasta que la castaña salia del lugar con rumbo hacia donde le permitieran sus pies, aquel fue el momento oportuno para salir detrás de ella y dejarle las cosas claras respecto a todo y quizá así lograr recuperar lo que yo mismo me encargué de apartar.
Al final descubrimos lo tontos que fuimos puesto que ella me amaba tanto como yo le amaba a ella, sólo bastaba con que alguno de los dos lo dijera pero la cobardía no nos permitió hacerlo, logrando que dos corazones que habían hechos el uno para el otro lograran recuperarse al unirse de una vez por todas.-Entonces ¿ya esta decidido?- cuestionó por cuarta vez la chica que se encontraba en la taquilla comprando los boletos.
-Si tu ya lo decidiste no debes preguntar de nuevo Tingley- respondí con firmeza, esperando ver su reacción y es que la última palabra la había dicho yo al pedirle que viera conmigo el remake de It. Y, justo como lo esperaba su ceño se fruncio para después observarme con recelo al percatarse de que estaba culpándola por algo que ella no había elegido; sin embargo su semblante cambio por completo al recordar algo que sin duda me haría enojar.
-Bueno, si quieres ver otra película esta bien, cariño yo gozare sola de ver en pantalla grande a Bill Skarsdård- soltó con orgullo, recibiendo los boletos para caminar decidida hacia la sala en la que se proyectaría la cinta. Podría haber ignorado aquello, sin embargo el que mencionara que disfrutaría el ver a otro chico simplemente me helaba la piel, por lo cual antes de que siguiera avanzando logré cogerla de la muñeca haciendo que esta chocara de frente contra mi pecho.
-Es un payaso diabólico- confese- no puede amarte tanto como...
-Ya lo veremos- retó la castaña con burla, logrando que la estrechara más a mí.
-Eres mia Tingley y de nadie más- reproche.
-Quiero palomitas- anunció la chica, cambiando drásticamente el tema.
-No te dejare hacerlo hasta que te retractes- amenacé
-Quizá debamos comprar de extra queso o tal vez de mantequills- respondió ignorando mi amenaza
-Frey, lo siento ¿si? Pero ¡por favor! Cambiemos de película - pedí, haciendo pucheros como un pequeño a lo que ella solo pudo negar y reír frenéticamente.
-Te amo a ti, no a Bill ni a otro chico Harry "celoso" Styles- respondió entre risas, ganándose un inesperado pero muy ansiado beso en los labios. Y, es que sin duda alguno todo lo que había ocurrido entre nosotros había válido la pena para que hoy nos econtraramos de esta manera.
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Lᴏᴠᴇ Sᴛᴏʀʏ·ꜱ [Oɴᴇ Sʜᴏᴛꜱ] |H.S|
Fanfic-Nada de salir con alguno de nuestros familiares- sentenció el rizado con firmeza -Estoy de acuerdo, Styles- presumió la castaña sin tener idea de que su historia apenas comenzaba y que el rizado lograría enamorarla. Ninguno de los dos sabía lo que...