Mason.

Capítulo 6.

Llegamos al lugar de la fiesta, Mad un poco asustada miraba por la ventana y de reojo a mí, no le conté el plan porque sabía que intentaría detenerme, pero hey, casi me matan, es obvio que no se quedaría así. Estacioné el auto en un espacio oculto y un poco alejado de todo, en estos sitios se roban hasta el alma. 

-¿de verdad no me dirás nada? -habló Mad

-no, te dije que no

-¿y cómo pretendes que te ayude si no sé que planeas hacer?

-serás la distracción del amigo, ese es tu trabajo, nada más

-oh gracias, me encanta ser la puta en tus geniales planes de asesinato-dijo sarcástica 

-no llegas a tanto Mad-reí, mientras recibía un empujón que casi me tira al suelo.

-el momento oportuno para hacerte la graciosa

-no sé porque estás tan nerviosa tú, no tienes que hacer absolutamente nada peligroso

-precisamente no soy la mejor coqueteando ni distrayendo

-solo lánzate y deja que te toquetee un poco el trasero, además es una fiesta, debería estar ebrio

-no dejaré que me toquetee, ahí me las arreglaré-asentí. Entramos al bar y la música era el típico hip hop que no se podía bailar, sin embargo todos se las arreglaban para poder moverse al compás de las canciones. Divisé al amigo de Mason a lo lejos, con una cerveza en la mano y una chica sentada en sus piernas.

-te están quitando tu trabajo

-¿de qué hablas?-le señalé con el dedo-oh Dios, no puedo creer que tengo que hacer lo mismo que hace esa chica

-tú puedes, simplemente dile que vayan a un lugar más tranquilo y así Mason se queda solo, y pues no lo sé, lo amarras a un árbol y lo dejas ahí tirado, que se yo Mad, piensa en algo, es tu parte.

-si, okey, te haré una señal

-no la necesito, te estaré observando-rodé los ojos 

-mi señal será...-se tocó la nariz con el dedo pulgar-¿la captaste?

-que señal más disimulada, cualquiera a mil kilómetros podría darse cuenta Mad

-vete a la mierda-caminó por entre las personas que bailaban y se acercó al tipo, se paró en frente y se agachó a darle un beso en la mejilla de la manera más seductora, me acerqué para poder ver a Mad en acción y escuchar lo que hablaban, obviamente evitando que alguno de los dos me viera

-vete perra, es mío-le dijo la chica a Mad

-si no sales, te saco-le sonrió

-wow, chicas, tranquilas, hay mucho Ethan para ambas-dijo el amigo, que ahora tenía el nombre de Ethan.

-¿te vas a ir?-dijo Mad

-intenta sacarme, pulga estúpida-Mad rió, alargó la mano y la tomó del cabello tirándola al suelo

-te saqué, ahora vete si no quieres una golpiza de parte de esta pulga-la chica se levantó e intento darle un puñetazo a Mad, sin embargo esta lo esquivó, Mad agarró el brazo de la chica y se lo puso en la espalda-deberías irte después de esto, no quiero hacerte daño 

-wow wow, chica, suéltala, soy tuyo, soy tuyo-dijo Ethan 

-ya eras mío desde que llegué aquí-Mad soltó a la chica y ésta corrió y se perdió entre las personas. 

-soy Ethan, ¿tú eres? 

-Madison, disculpa la presentación, pero fue inevitable

-te manejas bastante bien en esto de pelear

-sí, sé algo-que mentirosa es, podría pelear con un tipo 2 metros más alto que ella y le ganaría-¿te gustaría ir a un lugar más tranquilo?

-depende

-¿de qué?

-de lo que haremos en ese lugar-Ethan tomó a Mad de la cintura

-oh, ya sabes-Mad pasó sus manos por el cuello de Ethan-¿vamos?

-te sigo linda-Mad miró en mi dirección-que no lo haga, que no lo haga-se tocó la nariz con el pulgar, que mierda de señal. Vi a ambos salir del bar, okey hora de iniciar mi plan. Me acerqué a una de las chicas fáciles del lugar

-¿quieres dinero?-le dije

-¿acaso crees que soy prostituta?-me miro horrorizada

-una gran suma y solo debes hacerme un favor

-no soy lesbiana

-no esa clase de favores-puse los ojos en blanco

-escucho

-debes ir donde ese chico  y convencerlo de salir afuera contigo, yo estaré afuera con tu dinero 

-¿sólo eso?

-si-sonrió

-consideralo hecho-la chica caminó hacia Mason mientras yo me dirigí hacia afuera, caminé hasta mi auto y saqué dinero y mi preciosa arma y mi paralizadora, las oculté en mi abdomen y me senté a esperar. 

-sólo será un momento es que hay unos tipos y necesito ir a mi auto, pero me da miedo, se ven muy malos-vi a la chica salir con Mason

-claro, no hay problema-me acerqué por detrás de ellos-¿y dónde está tu auto?

-lo siento-dijo la chica

-¿lo siento?¿sientes qué?

-¿creíste que matarme iba a ser tan fácil?-Mason se giró, le sonreí para luego enterrarle mi paralizadora en el costado-esto será divertido-dije mientras él caía inconsciente. 

-mi dinero-dijo la chica-me quiero ir lo más pronto posible de aquí, no seré cómplice de asesinato

-aquí nadie va a morir

-dijiste que él intento matarte

-él lo intento, yo solo quiero venganza, matarlo sería muy fácil

-bien, no me interesa, solo dame el dinero y me largo-le di el dinero-esto es bastante por un simple favor, adiós-dijo la chica y entró al bar nuevamente.

Tomé mi celular y le marqué a Mad:

-¿todo bien?-pregunté

-voy devuelta hacia el bar

-¿qué hiciste con él?

-lo amarré a un árbol como dijiste

-Mad estaba bromeando con eso

-bueno, de todos modos el nudo quedó resistente, estará ahí por un largo tiempo, además ebrio total

-regresa ya, necesito que me ayudes aquí

-voy llegando, recuerda que no vine en el auto

-sisi, adiós-corté

Comencé a arrastrar a Mason de los pies para acercarlo a mi auto y sacarlo de la entrada del bar donde cualquiera podría vernos, abrí mi auto e intenté subirlo yo sola, pero que pesado es el idiota.

-ya llegué, mierda, ¿qué le hiciste?-dijo Mad ayudando a levantarlo

-la paralizadora-Mad asintió y juntas logramos meterlo en la camioneta-tengo esposas en el porta maletas, tráelas-Mad las sacó y me las pasó, espose sus manos y pies-súbete, nos vamos

-¿a dónde?

-a la fábrica donde conocí a Roger por primera vez, queda mucho por hacer-nos subimos a la camioneta y arranqué. El camino estaba libre y despejado, era entrada la madrugada, no se veía nadie por la calle. Al llegar arrastramos a Mason hasta una silla donde lo amarramos justo al tiempo que comenzaba a recuperar la consciencia y abrió los ojos.

-despiertas justo a tiempo, hay mucho que quiero hacer contigo y no sé por donde empezar-reí, mientras que en su cara se formaba una expresión de miedo.