Recuerdo la primera vez que me quedé despierta toda la noche hablando contigo, me pareció algo increíble, me sentí invencible. Ya no quería dormir nunca porque no quería dejar de hablar contigo.
Ahora es algo común que no duerma; y no es por hablar contigo. Simplemente te llevaste mi sueño así como muchas otras cosas y ahora me toca quedarme despierta viendo la nada, tratando de matar el tiempo en internet, en el juego que tú me enseñaste o en lecturas que te traen a mi mente aunque no tengan nada que ver. Y comienzo a preguntarme, ¿estarás despierto? ¿o simplemente me diste tu insomnio y ahora tú duermes con completa tranquilidad? Y, de vez en cuando, aparece un mensaje que responde mi pregunta: interrumpes mi noche como proclamándote dueño de ella. Lo eres. Lo eras.
Me cambiaste, sabes que lo has hecho y sabes que no soy la única. Haces lo mismo con cada persona. Te conviertes en un vampiro del sueño, llegas y conviertes nuestras noches en los momentos más bellos y esperados, ansiosa de hablar contigo de cualquier cosa pero sabiendo que es más real, más sincera debido a la hora.
Solía preguntarme qué hacías despierto tan tarde antes de hablar conmigo. (¿Se lo preguntarán ellas?). Recuerdo una vez que discutimos y por el único medio que en ese entonces era completamente nuestro escribiste un mensaje que sabías que leería: "mis noches vuelven a ser horribles". Y yo me sentí soñada, era la única, al menos eso creía, eso creo. Pero nunca has pasado la noche solo, ¿cierto? Nunca te has tumbado en la cama con la mirada en la nada preguntándote qué puedes hacer a esas horas. Siempre había cómo matar el tiempo, siempre tenías algo que hacer hasta que te diera sueño y fueras a dormir o simplemente te quedarás dormido en medio de lo que fuera que estuvieras haciendo: jugando Xbox, viendo alguna serie, hablando con alguien, tocando o cantando. No te detuviste a las 4:22 am a pensar en que tenías que dormir pero no parecías ser capaz y no había nada que hacer más que esperar a que el sueño se apoderara de ti.
Quizá no esté tan segura de qué hacías esas noches/madrugadas antes de conocerme pero sé muy bien qué hacías cuando me sacaste de tu vida. Sé quién me reemplazó y quién le siguió después. Sé a quienes más les corrompiste los horarios justo como a mí. Y lo sé por ti. Porque aún no decides si has acabado conmigo y entonces aquí estoy, esperando en la madrugada si será mi día de suerte y aparecerás en mi pantalla; si es un maravilloso día y podré escuchar tu voz hablar de cualquier cosa antes de que te quedes dormido y finja hacer lo mismo para por fin quedarme dormida también.
No soy la única, ni la primera ni la última en tus llamadas a media noche y mensajes todavía después. Tampoco eres el único para mí. Me he encontrado antes escribiendo sobre esto pero de otra manera, no puedo decidir si mejor o peor. Pero diferente.
Así que probablemente pronto dejes de ser dueño de mis noches pero mientras tanto te escribo esto como te he escrito muchas veces más. Sabiendo que no lo leerás. Dejando que el sueño se apodere de mí. Y al fin, a las 4:30am, yendo a dormir y soñando contigo.