26 de enero de 2018

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Hola

Vine a decirte que yo no puedo soportar haber terminado mal contigo. No puedo soportar no tener una despedida, de nuevo.

Jamás me diste la oportunidad de defenderme, creíste lo que te convenía y punto. Esta vez quiero que me escuches.

Si pensé que utilizaste lo de aquel tipo como una simple excusa para alejarme ahora lo confirmo porque lo vuelves a hacer. Jamás me preguntaste nada, simplemente decidiste creer las mentiras que ella te dijo y declararme culpable.

Por favor comprende, yo estuve para ti siempre; estuve para ti a las 3 de la tarde, las 10 de la mañana y por supuesto cada hora en la madrugada, simplemente para hablar o cuando te sentías realmente terrible.

¿De verdad me crees capaz de hacer aquello por lo que fui acusada? Sé que no. Sé que te sirvió para dejarme de hablar y yo lo respeté; más que eso, me sentó perfecto porque yo tampoco tenía deseos de continuar pero aun así me dolió.

Me dolió que prefirieras sus mentiras a mis verdades; sus chantajes a todas las veces que yo estuve ahí. Me dolió que te bastara un día, una estupidez para alejarme. Me dolió muchísimo que una vez más la prefirieras a ella cuando sabías que yo era más. Porque lo sabes.

Estoy escribiendo esto con la sinceridad del mundo y probablemente este momento en que te lo lea, me arrepienta pero quiero que lo sepas; lo necesito. Porque fuiste alguien especial. Porque fuiste alguien a quien amé. Porque fuiste un gran amigo. Porque no planeo volverte a ver y no quiero que te quedes con una cosa mala de mí que ni siquiera es verdad.

Te deseo lo mejor. Hoy y siempre. No sé qué vaya a ser de tu vida, académica, social, amorosa, deportiva, pero en cada una de esas te deseo lo mejor. Y ojalá, si algún día nos cruzamos, nos miremos a los ojos y sepamos que dimos lo mejor de nosotros cuando pudimos.

Te quiero.

Te amo.

Marcaste mi vida y jamás te voy a olvidar. 

Antología de corazones rotosWhere stories live. Discover now