Capítulo II

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Luego de darle un par de vueltas al asunto, se decidió por su atuendo. Reemplazó sus shorts por un par de vaqueros desgarrados ligeramente de las rodillas, se puso una blusa (holgada al igual que la anterior) gris con la manga de un lado caída y dejando el hombro contrario al descubierto, un par de botas negras y un collar el cual tenía una plumilla roja de guitarra a modo de dije. Se miró en el espejo del baño de su habitación, en el fondo no se sentía muy segura ni con su apariencia, ni con asistir siquiera.

Miró el reloj que tenía en su mesita de noche, eran las 6 de la tarde y faltaba bastante para que la fiesta iniciara oficialmente. Fuera de su habitación se escuchaba algo de ruido proveniente de los pasillos, al parecer las demás estaban corriendo, subiendo y bajando escaleras constantemente y riendo de vez en cuando.

La noche poco a poco comenzó a apoderarse del cielo, las horas habían transcurrido como nunca antes y Kyouka era carcomida por los nervios cada vez con más intensidad. Enredaba el dedo índice con el lóbulo de su oreja, sabía que más de uno había salido ya en camino al salón donde era el evento; la duda la estaba matando ¿podía combatir contra villanos, pero no ir a una boba y aburrida fiesta de clase? Era patético, ella era patética.

Las 9 en punto. Silenciosamente abrió la puerta de su habitación, mirando por todo el pasillo para cerciorarse de que estaba sola. Una vez confirmado esto, cerró su habitación y bajó por las escaleras, dirigiéndose al que consideraba su infierno.

Entre más se acercaba, más nerviosa se sentía. El salón parecía un lugar donde hacían presentaciones, conferencias y, efectivamente, fiestas; las luces de todos los colores que pudiera imaginar alumbraban el perímetro de la edificación, un ritmo electrónico sonaba a lo lejos y, para su sorpresa, parecía que la fiesta no era exclusiva de la clase 1 – A.

Ya en el lugar logró confirmar ese último hecho. Alumnos de la clase B, el equipo de soporte e incluso chicos de grados mayores se encontraban ahí. Solo unas cuantas personas permanecían afuera, charlando y bebiendo algo en compañía de amigos, la mayor aglomeración de gente estaba dentro. Kyouka apretó ambos puños, de haber sabido que no era una fiesta solo de sus conocidos no habría asistido, ahora sí que se sentía una tonta.

"Habrá que ver..." pensó, adentrándose al lugar.

Tal como había imaginado, las luces eran más intensas en persona, la música electrónica resonaba dentro y fuera de las paredes que acogían a los chicos y chicas presentes; en el centro del lugar había gente bailando, en las orillas se colocaban los que simplemente querían beber o comer algo. Muchas personas no le resultaban familiares, cosa que le hizo preocuparse hasta que alguien tocó su hombro.

– ¡Kyouka! No puede ser, has asistido. – Era una voz masculina, gritando gracias al ruido del ambiente.

– ¿Sero? – Dijo Kyouka, dándose la vuelta y encontrándose con el chico. Sero era un chico de la clase al cual podía considerar como un amigo, un colega. Su apariencia era bastante común: cabello negro ligeramente despeinado, una sonrisa enorme casi todo el tiempo, lo único extraño era su particularidad en los codos, parte del cuerpo de donde sacaba una cinta muy pegajosa y resistente.

– No me esperaba verte por aquí, me alegra que vinieras. – El chico agregó con su característica sonrisa, dándole un par de palmaditas en el hombro a modo de felicitación.

Por un momento Kyouka se sintió a salvo, hasta que Sero se despidió de ella no sin antes decirle "Que te diviertas, Jirou". ¿Cómo podría divertirse así? Tenía la ligera esperanza de que Sero permaneciera con ella el resto de la noche, tal vez se juntarían con Kirishima y los demás, en esos momentos hasta el ruidoso y fastidioso de Bakugou le parecía una posible compañía agradable.

Still into you (My Hero Academia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora