capítulo 3

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Donde yo vivo existe una ley "Sé normal", esa, es la única ley. Y gracias a esa ley todos debían hacer lo mismo desde pequeños. Los niños y niñas en la edad de preescolar debían hacer lo mismo, que era jugar en una especie de "corral" con pasto sintético y pelotas de tenis con sus respectivas raquetas. Todos debíamos entretenernos con ello, y siendo franca, después de diez minutos jugando al tenis me aburría y quería hacer otra cosa; al fin y al cabo tenía cuatro años y me aburría fácil.
Lo que a mi me gustaba era explorar, dibujar, jugar otro tipo de juegos con pelotas, bailar, cantar, correr, saltar todas esas clase de cosas. Pero no, eso estaba mal. Siempre que la maestra del jardín se distraía , Tobi, Tina y yo nos escapabamos del corral e íbamos a hacer otra cosa y cuando se daban cuenta nos sermoniaban.
Pero un día excedí los límites. Frente al jardín, en la entrada, había una chica hablando con la portera. La chica tenía tres cachorritos con ella. Y yo adoraba a los cachorritos, así que los quise ir a ver y al salir del corral,a me tropecé, provocándome un corte en el cachete... Lo peor no fue la herida, (que gracias a una crema que me dio mi tía no dejo cicatriz) si no, el reto de mi maestra, más el de mis padres.
Y lo peor es que hasta el día de hoy, a mis trece años, me siguen molestando con eso. Siempre, todos los benditos días, mis padres me repiten como loros "Sofía debes seguir la ley. Sé normal cariño", además de desearme un lindo día, claro. En fin, yo realmente Odio esa palabra, "normalidad", simplemente la odio. Conclusión, desde ese día hago lo que es considerado "normal", aunque debo admitir que me gustaría que alguien sé ponga en mi lugar y me entienda.

¿Que harías en mi lugar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora