Capítulo 2: Llama interior

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Los dos bandos saltaron al combate. Para Marius parecía ser un simple juego de niños; esquivaba rápidamente los golpes de sus contrincantes o los bloqueaba con su defensa pétrea mientras reía y les invitaba a intentar golpearle más. Marshall prefería marear a los rivales moviéndose de un sitio a otro en cuestión de un parpadeo y golpeándoles con potentes descargas eléctricas que despedían sus manos. Pero los Cazadores tampoco eran débiles; sus movimientos eran muy veloces y coordinados, como si leyesen los movimientos de sus enemigos y se adaptasen a su forma de pelear.

-¡VAMOS! -gritó Marius al chico del bastón- ¡¿Es todo lo que tenéis?!

El chico gruñó y se abalanzó sobre Marius saltando, tratando de asestarle un golpe aéreo de frente. Pero su rival consiguió parar el bastón con las dos manos.

-Tsch... ¿Creías que me tragaría ese golpe?-sonrió- ¡Deja que te enseñe a pelear!

Pero el chico parecía que lo había calculado todo; esbozó una sonrisa y cambió su posición de manos, usándola para impulsarse hacia detrás de Marius y asestarle una patada por la espalda. Marius rápidamente giró la cabeza, buscando al chico.

-¡AGH! Eso ha dolido -soltó el bastón y trató de girarse para agarrarlo.

-¡Ahora! -gritó el chico.

El Cazador con poderes de hielo se realizó un movimiento rápido con los brazos, como si hubiese disparado algo hacia Marcus; de pronto, todas sus cuchillas se dirigieron hacia él, quien no tuvo tiempo para cubrirse y las recibió todas de pleno.

-¡MARIUS! -gritó Marshall, quien provocó una onda expansiva a su alrededor para dejar inconscientes a los dos Cazadores que enfrentaba.

Kyle decidió actuar, dió un paso adelante, dispuesto a pelear, pero una serpiente de humo, sólida como el acero le golpeó desde un costado, arrastrándolo fuertemente.

-¿Acaso olvidaste que yo también estoy aquí? -dijo la Cazadora- Un grave error por tu parte.

Kyle gruñó, las llamas de su ojo aumentaron de tamaño y de sus brazos surgieron otras llamas más pequeñas. Se incorporó y miró a los ojos a la Portadora.

-Eso ha dolido...-dijo mientras crujía sus nudillos- Ahora me toca a mí...

Se lanzó de un salto hacia su enemiga, dispuesto a golpear de frente, pero ella lo esquivó convirtiendo su silueta en un humo negro. "¡Mierda! ¿dónde se ha metido?", musitó. Pero una algo agarró su cuerpo fuertemente en un instante. La cazadora lo había agarrado con su serpiente de humo y no parecía tener intención de dejarle escapar.

-¿Cómo puedes ser tan ingenuo y lanzarte de cara contra una Portadora de humo? -soltó una carcajada- No parece que hayas peleado mucho en tu vida, chico.

Kyle forcejeó, pero aquel humo parecía el acero más fuerte de todos.

-Por más que lo intentes no lograrás escapar -hizo un movimiento circular con su dedo índice, la serpiente se retorció más y la chica soltó una risa sádica- ¡Pero yo me voy a divertir mucho disfrutando tu agonía!

Marshall, aún peleando contra sus dos rivales, los cuales no podían siquiera tocarle, se fijó en la situación de Kyle y su expresión cambió a una mueca de enfado.

-¡Chico, te dije que te quedases dentro!

Pero Kyle seguía intentando escapar. "Necesito salir de aquí o acabaré muriendo, y no quiero". Trató de concentrarse, aún siendo presionado con fuerza. "Vamos... No puedo... No puedo... ¡NO PUEDO PERDER AHORA!".

Dentro de su mente, Kyle pudo observar cómo un pilar de llamas tomaba el control de todos sus pensamientos, dando forma a un gigantesco fénix, que se alzaba triunfante ante el chico, extendiendo sus alas gloriosamente y rugiendo majestuosamente. Kyle se quedó fascinado ante aquel espectáculo; "¿Eso... es mi poder?¿Mi Rama?". El fénix se posó delante de él y le miró fijamente.

La llama de la Venganza (復讐の炎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora