Habían pasado dos días desde el colapso de Kyle, quien aún seguía preocupado por lo que hizo a su maestro. Steph le había aconsejado descansar, ya que forzó demasiado su cuerpo al pelear contra Marshall y sería doloroso para el muchacho volver a entrenar. En la mente del chico se repetían una y otra vez las palabras "No quiero ser débil". No dejaba de dar vueltas en la cama, no tenía casi apetito y se quedaba horas y horas mirando a la nada, preguntándose por qué perdía el control cuando sus poderes se activaban. Marshall no le había contado lo que había pasado durante el colapso, pero Kyle podía intuir que le habría atacado salvajemente, dejándole esa terrible cicatriz que cubría la mayor parte de su mano derecha.
En la mañana del tercer día, Kyle se quedó sentado al borde de la cama, con su colgante en una mano, mirando otra vez la foto de sus padres.
-Pajarito... Pajarito... -Comenzó a tararear la canción que su madre siempre le cantaba de pequeño- La princesa te llama... La princesa te llama...
Recordaba que la dulce voz de su madre al cantar esa canción siempre le calmaba, sin importar las ganas que tuviese de llorar, siempre se relajaba completamente al oír esa melodía.
-Pajarito bonito... Pajarito dorado... -Pasó el dedo por el sensor táctil del colgante, ocultando la imagen- La princesa... Te llama...
El silencio cubrió toda la habitación. Kyle se levantó sin prisas, se acercó a la mesa que tenía enfrente con su ropa allí colocada y se cambió. Al cabo de unos instantes alguien llamó a su puerta.
-Chico... ¿Estás despierto? -Era la voz de Marshall, algo más seria que de costumbre.
-Sí... -Respondió Kyle, algo apagado.
-Cuando acabes, ven a mi despacho...
-E-Entendido...
Oyó los pasos de Marshall alejándose. Acabó de vestirse y salió de la habitación. Estaba algo distraído, se sentía muy culpable por haber herido a Marshall de esa manera. Llegó al depacho de su mentor, la puerta estaba entreabierta y de dentro sonaban las voces de Steph y Marius charlando.
-Ho... Hola... -Dijo el joven entrando en la habitación.
-¡Kyle! -Steph se alegró al verle- ¡Qué bien que estés despierto! Empezaba a preocuparme.
-Bueno... me encuentro mejor... -Apartó la mirada- Creo...
El chico dirigió su vista hacia el brazo derecho de Marshall, donde ahora había una marcada cicatriz que cubría casi toda su mano.
-Marshall... yo... -Kyle se entristeció.
Todos quedaron en silencio.
-Chico... no hace falta que te pongas así, solo es un rasguño.
-¡No lo es! -Apretó sus puños y agachó la cabeza- Fui... demasiado desconsiderado... No fui capaz de controlarme...
-No fue tu culpa -Marshall se acercó al chico y le posó una mano en el hombro- Tu colapso hizo que liberases una gran parte de tu poder. Amplificó tu rabia al mostrarte alguna imagen dolorosa para tí, pero no fue por tu culpa.
-Yo... Quiero que me ayudes... -Sollozó- Ayúdame a controlarlo... Por favor...
Marshall se acercó a Marius y Steph.
-Durante esa pequeña... "prueba", pude obtener toda la información que necesito sobre ti. -Se acercó a su escritorio- Kyle... ¿Tú conoces algo acerca de las Fases?
-¿Fases?
-Las personas que nacen con habilidades deben pasar por diversas etapas para poder controlar sus poderes. -Explicó Steph- Todos comenzamos en un mismo nivel, lo que se conoce como Fase Básica; de ahí en adelante existen cuatro fases más, la fase Progresiva, Semi-adaptada, Adaptada y Final. Cada una de estas fases está relacionada con el nivel de equilibrio entre el portador y el poder.
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La llama de la Venganza (復讐の炎)
AdventureEn un futuro lejano, el Imperio Negro, el cual controla toda la galaxia conocida, creó un programa para mejorar genéticamente a sus soldados y otorgarles poderes sobrehumanos. Estos nuevos seres se fueron expandiendo y crearon nuevas generaciones de...