Cuento Uno: Nunca Podrás escapar.

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Había una vez dos chicas, una se llamaba Isabella, la otra; Blancanieves, ambas se conocieron en un grupo de superación, ambas asistían al mismo psicólogo, se comenzaron a conocer mutuamente, poco a poco, comenzaron a salir y a superar lo que había vivido, ninguna se preguntaba de su pasado, no querían abrir una vieja herida. Bella empezaba a dudar de sus sentimientos estando a lado de Blanca, pero no quería admitir que se estaba enamorado de ella, pero se notaba por la emoción al escuchar su nombre y sentirse feliz a su lado, era 2017 y pronto el dieciocho, no quería arruinar su amistad, pero lo que se propuso fue a un mejor le preguntaría a Blanca de su pasado y Bella también le contaría en suyo. La invito a su casa, a ver una película, entonces a la mitad de la película, la tomó de la mano y agarro el valor para preguntarle por un segundo pensó que se iría, pero Blanca soltó una sonrisa. -Esperaba que me preguntara, estaba ansiosa por el momento. - Blanca le contó que fue vendida por sus padres, a siete hombres con problemas mentales, que comenzaron a abusar de ella sexualmente cuando sólo tenía seis años, todos los días la violaban; un hombre por cada día de la semana. La usaban como sirvienta; como vendedora de drogas y mensajera sexual. Durante años. Después un chico llego y creyó que era su salvador, pero resultó ser un estafador que la utilizó. Blanca no mostró dolor ni se inmutó parecía orgullosa de haberlo superado. Bella decidió contar su historia: Fue raptada por un hombre, no, una bestia, -Cosa imposible de creer.- Le obligó a ser su mujer, y casi siempre la torturaba y la violaba le obligaba a que viera como asesinaba a sus víctimas, que solo eran mujeres y le daba de tarea limpiar la sangre y que cocinara los intestinos de las muertas: esa era su comida a diario, por la noche la violaba mientras mordía su hombro: siempre en el mismo lugar. Él eyaculaba dentro de ella, creció con el olor a muerto y al semen de su raptor. Le sorprendió que no soltará lágrimas, con Blanca se sentía segura y aliviada. Aprovecho el momento, para confesarle su amor, se echó a llorar, cuando escucho que su sentimiento era correspondido; decidieron ser parejas, ambas se comprendían, nacieron para estar juntas, ya no necesitaban un príncipe, se tenían entre sí y cerraron su amor con un beso. Ya habían pasado tres largos años, era dos mil veinte, ya tenían una relación estable y nada la podrían separar vivían juntas, en un departamento en un edificio de seis pisos todo era tranquilo, hasta que un nuevo vecino llegó. Bella trabajaba en un Steren y Blanca en un restaurante, todo les iba bien, hasta que el vecino con la perfección de príncipe encantador comenzó a querer ligar a ambas chicas, pero más con Bella, ella trataba de evitarlo no quería que Blanca se pusiera celosa en vano. Él insistía demasiado, así que Nieves le propuso a Isabella que salieran en una cita con él. Bella fue la primera, la llevo a un bar, muy tranquilo, él le contó de sus obras, de sus estudios y lo que haría por ella si le diese una oportunidad de conocerla y enamorarla ella sólo reía, pero se cansó y decidió terminar la cita diciéndole que buscará a otra chica y que la dejará en paz. Al otro día, le toco a Blanca a ella la llevo al parque y después al zoológico, ella era más sensible así que se li hizo saber con pena en la voz, él se despidió con un beso en la mano. A la semana comenzaron a recibir regalos fuera de sus puertas, eso ya era acoso excesivo, pero lo que nadie se imaginaba era que a Bella le empezaba a gustar, pues recibía lo que tanto deseaba; objeto que tanto deseaba. Poco a poco se interesaba por el vecino, perdiendo el miedo a los hombres y comenzando a tener atracción por él. 

Un día descanso y Blanca, había salido de viaje de negocios, así que invitó al vecino a cenar. Él se sentía honorable por la invitación.
- ¿Qué te hizo cambiar de idea? - Le pregunto él a ella, acariciándole la mejilla.
-Sólo quiero agradecerte por los regalos, sabes muy bien lo que me gusta mucho, eres la segunda persona que lo sabe, me sorprendes.
-Soy muy observador con esos mínimos detalles. Además, tú eres hermosa.
-Gracias eso me hace feliz.
Él le contó lo que había vivido, sus grandes hazañas que no le contaba a cualquiera ella escuchaba atentamente, cada palabra. Al acabar de cenar, ambos se besaron era la primera vez que besaba a un hombre después de tanto tiempo. Ella se arrepintió tiempo después. Esas citas sucedían en la ausencia de Blancanieves, Bella no podía dejarla, pero tampoco a él. Se comenzó a sentir mal por lo que hacía, pero se volvió adicta al sexo con el vecino, y también a los apasionados besos de su pareja, tiempo después él le comenzó a llenar de ideas a ella, de que terminará con Blanca y empezará una vida con él, que le sería fiel ella agarraba confianza con facilidad.
Blanca la invito ir a Alemania, Isabella acepto contenta, quería visitar un nuevo país, a había olvidado al vecino, con la maravilla del país, era como estar en un cuento o recorriendo la historia. Entonces Nieves a la mitad del trayecto en el museo se puso de rodillas, y con un cofre pequeño con un anillo dentro le pidió matrimonio a Bella, que acepto emocionada. Al llegar de nuevo al departamento se topó con el vecino barriendo el pasillo, las saludo. En la noche, cuando Blanca se marchó él la visitó y ke pidió una explicación acerca del anillo, ella le exigió que ya no lo quería ver. Él la comenzó a manipular diciéndole que ella no tendría una familia y que nunca serían aceptadas por la ciudad y que la estaría esperando. Tiempo después, comenzaron las discusiones porque Blancanieves se había enterado del antiguo romance de Bella, la desconfianza creció hasta que decidieron poner un fin a la relación de una manera brusca. Bella comenzó a salir tiempo después, con el vecino, se enamoró. Blanca se había mudado. Isabella era feliz con él, todo era felicidad, ni había de que preocuparse. Hasta que tiempo después ambas mujeres chocaron muy estúpidamente ese momento creo una emoción en Nieves, pero Isa acabo saliendo corriendo de ahí, no quería sentirse culpable por las cicatrices que tenía Nieves en la muñeca, no le contó a su enamorado. Blanca comenzó a dejar regalos, cartas y fotos un día él se dio cuenta así que tomo la rienda y se mudaron a una cabaña muy lejos de la ciudad, lo único que había era bosque y siete casas vecinas, todo muy tranquilo. Pasaron meses, ella comenzó a chatear con blanca en secreto, recuperando viejos sentimientos, así que un día aprovecho la ausencia de su pareja y se escapó a la ciudad a ver a Nieves y comenzaron a llevarse bien de nuevo. Al volver se encontró con él, casi en pánico no pudo mentirle y le confesó todo, le pidió disculpas y que entendiera la situación, él le contesto con una cachetada la primera vez que hacía algo así, le ofreció una disculpa, entrando con excusas tontas, ella a gritos le dijo:
-Amo a Blanca, ella nunca me tocaría un pelo, es más hombre que tú en la cama, así que me iré de tu casa en cuanto antes.
Él se mantuvo callado, se dio la vuelta y se marchó de la casa. Bella aprovecho para conocer más la cabaña, no se había interesado en un tour. En el cuarto de invitados vio una puerta subterránea debajo de la cama, entro en curiosidad, así que encontró un martillo con el que rompió el candado y cuando lo logro vio unas escaleras, bajo con delicadeza, encendió el foco y no pudo creerse lo que se encontró. Vómito, comenzó a llorar y a traumarse. Vio cuero de chicas, órganos colgados en el techo, cerebros en botes, cuerpos con pieles; sin pieles, sangre en las paredes; un corazón aun latiendo en un congelador. Olía mucho a oxidado por la sangre, ella quería salir corriendo, escapar, pero acabo vomitando más cuando vio los rostros más bien dicho la piel del rostro en maniquís, los cuerpos de las mujeres estaban abiertos del estómago dejando ver el otro lado del cuarto, salió corriendo a la sala de estar con la intención de llamar a la policía, pero lo último que vio fue el techo. Despertó en la cama vestida como el día anterior, pero sin una gota de sangre, se miró al espejo y no noto nada, era como si no hubiera pasado nada, olía a carné friéndose, así que bajo con delicadeza, vio a su pareja cocinando y la mesa arreglada con nueve platos, una cazuela invertida grande, ella lo vio sonriendo.
- ¿Qué pasó ayer? - Pregunto ella desorientada.
-Llegaste ebria tuve que darte un té y te dormiste.
Ella se aclaró que era una simple pesadilla y que estaba muy alterada.
- ¿Quiénes vendrán?
-Los sietes vecinos.
Le sirvió de comer, la comida sabía bien, pero aún no llegaban los vecinos, pero no tardaron en llegar, daban miedo. Se sentaron contentos, acosando a la chica, el novio le sirvió a cada uno, mientras mantenía una sonrisa, le causo miedo. Los siete vecinos comieron con rapidez. Al acabar todos, él con entusiasmo dijo -: Ahora vienen los postres. - Levantó la cazuela ella pego un grito de desesperación al ver la cabeza de Blanca, vio como aún se movían sus ojos, y la boca intentando pedir ayuda. Unos de los narizones hombres le arrancaron el ojo y otro una mejilla completa.
-Nunca te he dicho mi nombre, ¿Verdad? - No recibió respuesta alguna así que continuo. - Soy Bastián y ellos los Sietes Sádicos los dueños de Nieves. Tú me conoces muy bien. Yo soy...- Se convirtió en un espectro enorme oscuro. -Soy la bestia, he vuelto por ti, mi pertenencia. - Fue lo último que vio a su antiguo raptor, sintió como los tenedores le arrancaban la piel, y como era violada por la bestia... Nunca encontró un final feliz.

Los Cuentos Bizarros Jamas Contado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora