Capítulo 9

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Caminamos durante mucho tiempo cuando por fín conseguimos salir de el barrio pero todavía nos quedaba mucho hasta llegar a mi casa.

-Ya puedes dejar de acompañarme si quieres-dije borde.

-¿Pero que te ocurre?no te entiendo-soltó colocándose delante mía haciéndome parar.

Rodé mis ojos y suspire.

-Me vas a responder¿Que te ocurre?-me dijo levantandome el tono de voz.

-Que me dejes de seguir¿Que quieres?seguirme para poder robar en mi casa-dije y me arrepentí en ese momento.

Las palabras salieron casi sin pensarlo,las ideas que me habían metido desde pequeña me afectaban más de lo que creía,me estaba volviendo alguien superficial y él no lo merecía,pero me daba miedo,todo,lo que había y estaba pasando con él.

-¿Eso piensas?-dijo y se formó una sonrisita pequeña en su rostro-eres igual que todos-dijo dándose la vuelta.

-No Erick,para,de verdad-dije caminando detrás de él-no soy así.

-Martina,vete a la mierda-dijo siguiendo su camino mientras me cruzaba una puntada de dolor en el corazón que no usara el apodo

-Por favor Erick-dije agarrándole haciendo que me mirara-no soy igual,pero me han metido esos ideales desde pequeña-dije suplicando.

-Son sus pensamientos,no los tuyos-me miró y me quedé sin palabras.

-Si a ti te hubieran metido ideales desde pequeño,ahora pensarías así-dije poniéndome a la defensiva,aunque no llevara la razón.

-Desde pequeño me han dicho que yo no tenía derecho a la vida y que siempre viviría en la calle,y estoy luchando para que no sea así-me sentí realmente culpable al escucharle.

De pronto subió su mirada a mis espaldas y me agarró fuerte de los hombros quitándome del camino de golpe.

-¿¡Que ocurre?!-grité y vi como un carro de caballos pero mucho más grande de lo habitual paraba justo a nuestro lado.

-Corre-me agarró del brazo y empezó a correr pero unos hombres que salían del carro no tardaron nada en alcanzarnos y atarnos.

-Otros mugrientos más-dijo un guardia tirandonos dentro de el carro y nos pegó con una especie de latigo en la espalda.

-¡Ah!mierda...-me queje por el fuerte latigazo.

Erick reprimió su queja y simplemente apretó su mandíbula.

Yo me quedé casi llorando en silencio y sin entender que hacíamos alli,sentados en el suelo,apoyados en la pared del carro y maniatados.

-¿E..Erick qué ocurre?-dije asustada.

-Piensan que somos vagabundos-dijo sin expresión en su rostro.

-¿Y a donde nos llevan?-pregunté y él agacho la cabeza.

-A veces los ricos se creen superiores y secuestran por un par de días a los vagabundos o gente del barrio pobre.

-¿Y que os hacen?¿os matan?¿alguna vez te han secuestrado a ti?-pregunté bastante alterada.

-Tranquilizate coño-dijo elevando el tono y baje la cabeza.-Si,una vez,te maltratan,a algunos hasta la muerte, te violan por placer o te venden como esclavos-susurró con un nudo en la garganta.

Al escuchar sus palabras todo mi cuerpo tembló y pude sentir un escalofrío por mi cuello.

-Lo..Lo siento-lamente.

-Callarse por allí-gritó uno de los hombres y me quedé callada.

-Oye y que hacemo—casi ni pude terminar mi frase cuando un hombre gritó enfadado y se levanto camino hacia mí.

El hombre me miró resignado y me dio una fuerte bofetada haciéndome quedar tumbada en el suelo.

-¡Déjala!-gritó Erick pegándole una patada lo suficiente mente fuerte como para alejarlo.

-Putos niñatos-gritó enojado el hombre dándole una fuerte patada en la cara y Erick simplemente agachó la cabeza.

Lo vi alejarse y por fín pude respirar un poco tranquila.

-E..Erick-susurre,no podía ayudarle pues tenía las manos atadas a mi espalda.

Él no me respondió por lo que suponía que estaba inconsciente,me alarme pero no podía hacer nada en esos momentos.

-Lo siento,juro sacarte de esta-le susurre en su oído y cerré los ojos intentando relajarme pero al poco tiempo caí en un profundo sueño por culpa del cansancio.

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El chico prohibido«Erick Brian Colón»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora