Capítulo 2.

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Esta vez, al despertarme me sentí aliviada ya que no había tenido ninguna pesadilla con el hombre sin cara. Lo que si que me confundió fue que me despertara tan pronto, eso no era muy normal en mi. Ni si quiera había escuchado el despertador. Y de repente comenzó a sonar la canción de ACDC, 'High way to hell'. Estiré el brazo y lo apagué. No era tan pronto como yo creía. 

Salí de la cama y decidí darme una ducha rápida para despejarme. Cuando acabé me vestí. Me puse unos vaqueros ajustados, con un suéter de manga larga azul marino con las palabras 'Dare to be daring'  y mis martens granates. Dejé mi melena suelta, como siempre, y bajé abajo con la mochila. La coloqué junto a la puerta y me dirigí a la cocina. Mi madre ya me había preparado el colacao así que solamente me senté y me lo fui tomando a traguitos. 

Mientras desayunaba pensé en hablarle a Michael sobre lo del campo. Quería comprobar si todo aquello era real o simplemente me estaba volviendo majareta. Tampoco sabía como iba a reaccionar ante eso. Nunca le había hablado del campo ni de que iba allí en mi tiempo libre para pintar. Ni si quiera de lo de mi galeria. 

Metí la taza en el fregadero. Me acordé de que le tenía que llevarle la ropa de ayer. Se la lavé ya que yo se la había manchado. Cogí la bolsa con su ropa y miré el reloj. Era hora de salir de allí. Me colgué la mochila en la espalda y sin poder despedirme de mis padres me fuí cerrando la puerta detrás de mi.

Al cabo de cinco minutos ya estaba sentada junto a Michael que no estaba dormido como otros días. Cogí valor para contarle lo que había pensado esta mañana.

-Michael, tengo que hablar contigo... -dije mirandome las manos.-

-¿Que pasa? -dijo extrañado.-

-Hay algo que no te he contado... -le miré.- Hace un tiempo, cuando acabamos la ESO, descubrí un campo que está a las afueras del pueblo y lo nombré como mi lugar secreto o como quieras llamarlo. Allí voy a pintar principalmente pero desde que murió mi abuelo ese sitio me ha ayudado a aclararme la cabeza, a relajarme y tranquilizarme cuando más lo necesitaba, ya que ahí no va nadie, y también a hacer unos cuadros preciosos...

-Vale -me contestó.- ¿Qué problema hay con eso, Alice?

-Espera, que aún no he acabado -suspiré.- El otro día estaba allí, tan tranquila pintando y al acabar noté que no estaba sola, que alguien estaba allí y me estaba observando, pero no ví a nadie. Después comenzó a llover y conducí hacia casa y a mitad del camino una figura negra se me cruzó pero cuando salí del coche para comprobar si había alguien, no lo había... Luego, ayer volví, después de que te fueras, y esa sesanción volvió a mí. Al irme apareció un tulipán en el parabrisas y me asusté. Y entonces ví a alguien y salí corriendo tras la figura, pero luego lo perdí de vista...

-¿Me estás diciendo que crees que alguien te espía?

-Si... La cosa es que no sé si es imaginación mía o es real y por eso quiero que vengas conmigo esta tarde para comprobar que no estoy loca o sí. 

-Tu no te preocupes, que yo te acompaño sin ningún problema. Pero me da mala espina lo que me acabas de contar...

-Muchas gracias Michael -le sonreí.- Imaginate a mí, hasta me provocó una pesadilla... 

-¿Quedamos después de comer? Hoy mi hermano tiene una hora más en el cole, nos dará tiempo.

-Pasate sobre las tres y media por mi casa.

-Pues perfecto -dijo mientras se levantaba. El autobús ya había llegado.- Venga, que ya hemos llegado.

Bajamos del autobús y cada uno se fue por su camino. 

Pequeño tulipán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora