Me sentía desconsolado, de verdad, por fin la había encontrado, bueno, casi, sentía que era ella, que ella sería esa parte de mí que desde niño creí perdida, que siempre... siempre (aunque sea de forma inconsciente) buscaba.
Mi pecho se oprimió, y un dolor insoportable se instaló en mi corazón, las lágrimas no tardaron en aparecer y sentía la impotencia de no poder hacer nada para impedir su partida. Miraba mi dedo meñique con rencor, si tan solo no le hubiera respondido... si tan solo no le hubiese contado mi secreto, nada de esto pasaría.
No hubiese sentido ese horrible dolor, mi alma sangrante anhelaba la cercanía de Tae, y yo no podía hacer nada. Y dolía, demonios que dolía, era desesperante, asfixiante... quise morir.
Si tan solo no la hubiese conocido.
Pero entonces quise patearme el culo.
Los mejores momentos de mi vida los tuve gracias a ella.
La soledad terminó gracias a su compañía, y eso había sucedido incluso mucho antes de saber que era mi destinada.
La alegría había vuelto a mi vida gracias a cada una de sus ocurrencias, a cada uno de sus comentarios graciosos, a las rarezas que decía.
Ella desde mucho antes me había sanado, no podía, no podía culparla del dolor que sentía,maldita sea, debía a hacer algo.
Y lo hice.
Lo había hecho.
Sin pensarlo mucho busqué entre mis pertenencias alguna maleta pequeña, en donde guardé algo de ropa, unos zapatos, mi cámara, mi notebook, la tablet, todo lo que considerara valioso, puesto que lo usaba para mis fotografías, tome todo el dinero que tenía ahorrado y salí de casa.
Ya era muy entrada la noche, casi las once, eso facilitaba mi huida, me sentí uno de esos adolescentes dramáticos y desesperados.
Pero yo era un adolescente dramático.
Y estaba desesperado.
Subí al primer bus que pasó y me dediqué a ver por la ventanilla, el paisaje nocturno se veía oculto por nubes de lluvia, envidiosas de la belleza de la luna, sí, era un paisaje muy triste, e incluso me ponía poético. Pero por alguna razón no podía tranquilizarme.
Temía llegar tarde, llegar y no encontrarla.
Enterarme de que ya se había marchado y sin saber a dónde.Era lo que más temía, no volver a verla.
Durante todo el camino en tren recibí mensajes de Tae, pero con lo nervioso y acelerado que me encontraba; solo los leía, temía responder algo mal. Que ella se enojara y se fuera antes, fue un poco egoísta. Quizás también muy doloroso para ella, pero debían entenderme, iba a viajar seis horas en un tren a Daegu para intentar detenerla en el aeropuerto, no todos los días hacía algo de esa magnitud.
Ella era perfecta.
Perfecta para mí, no quería arruinarlo con alguna de mis torpezas.
Por primera vez quería arriesgarme.
Arriesgarme a ser feliz.
Pero cuando el tren se detuvo sentí los nervios a flor de piel. Sentía mis piernas temblar, mi corazón acelerado, mis manos sudaban a pesar del frío clima.
Saliendo de la estación de trenes tomé un taxi directo al aeropuerto.
Apenas serian las ocho de la mañana, no había dormido en lo absoluto, nada que un cafe no pudiera arreglar. Fue entonces que nuevamente el inolvidable tonito de gatitos se escuchó y con dedos temblorosos abrí el mensaje de Tae.
@AlienV: De verdad lo lamento, en serio, no sabes cuánto lo siento.
@Namie:
Yo también lo lamento...
Quiero verte Tae.@AlienV: Yo también quisiera, pero mi avión sale a la una de la tarde.
Volveré lo prometo.
@Namie:
Estas segura.de ser capaz de prometer aquello?@AlienV: Muy segura.
Sabes que te amo.
@Namie:
También te amo.
Ven pronto.Si ella entendió el último mensaje, no lo supe, pero a medida que la hora llegaba, el hilo de meñique se hacía más y más brillante.
Hasta que lo vi.
La primera vez pensé que solo era mi imaginación, pero entonces lo volví a ver e incluso lo sentí.
Un pequeño tirón de mi hilo, y entonces no dude en seguirlo, corría por el aeropuerto, chocando con la gente a mi alrededor, disculpandome en el proceso, llamando la atención de muchas personas, a medida que me acercaba, mi hilo brillaba más, se hacía más grueso, y entonces...
Entonces vi el final del hilo.
Y no era como imaginaba.
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HILO -NAMV-
FanfictionEsta es una historia como las demás, común y corriente hasta cierto punto, probablemente es bastante cliché si te lo pones a pensar profundamente, en fin... La historia trata sobre mí. ¿Un poco presuntuoso? Supongo que sí, pero es la verdad. La hi...