Enséñame a ser padre.

3.-Aprendizaje.

Buenas y hermosas noches.

Tercer capítulo de esta pequeña entrega de mi fic " Ojitos" y " Pequeños", aunque el calor esté insoportable en mi ciudad, paso dándoles este cap que espero les guste.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Semanas después.

-espérate Camus-pidió Dégel mientras terminaba de pegar el adhesivo del pañal-¡ que no te muevas!

Casi con dos meses de vida, el bebecito se removía en la cama de su padre rodeado de útiles de aseo, ropa y varias revistas cuyo tema principal eran bebés y padres primerizos. La tarde anterior había llegado la última revista en cuya portada mostraba a un pequeño sonriente y ligeramente cubierto por una manta dándole un tierno aspecto, la suscripción a la revista llamada " Le Petit's" valían tres mesadas del adolescente.

-ahora déjame leer estas páginas-pidió al pequeño al que dio un biberón para posteriormente acostarlo en su cuna.

Antes de sentarse a leer el número de esa semana, Dégel recogió el desbarajuste de su alcoba, guardó los pañales desperdigados por la cama, cerró los cajones abarrotados de prendas de bebé y finalmente abrió la ventana dejando que la luz natural alegrara su habitación que hasta hacía unas semanas era sombría.

Advirtiendo que el nene se acabó su biberón, lo retiró a la vez que el sueño lo arrullaba sin premura, en poco tiempo aprendió que en la vida todo tenía solución si se pensaba con cabeza fría y ahora que tenía sus pensamientos en orden no quería cometer el error que por poco lo encarcela en el oscurantismo movido por la cruel desesperación.

Había estado ciego, caminando en dirección a un abismo el cual lo recibiría con los brazos abiertos si aquella vocecita no le hubiese echo recapacitar, un abismo que no tenía regreso en el cual sería devorado por el mounstro del remordimiento, culpabilidad que comería hambriento su alma.

Pero fue él.....Su inocencia, esas iris con tonalidades de tormenta, mezcla de un día calmo y un día tormentoso que lo devolvieron al camino que aunque sería estrecho, con espinas y difícil sería un camino que le enseñaría a ser mejor padre, persona; en vez del fácil..... el cual tomó Charlotte y que probablemente tendría sus consecuencias.

Vigiló durante escasos segundos alguna reacción de Camus, ahora que se detenía un poco más notó la pelusilla que reinaba en su cabecita y las peculiares cejas, herencia DuPont.

-creí que serías castaño como tu madre, bueno cuando te vi por vez primera no supe si alegrarme o llorar-admitió en voz baja-aunque no descarte que aparte ese lunar tengas un extra traducido en su carácter difícil-se inclinó por sobre la cuna para estampar un beso en la frente del niño-eres lo único hermoso que me dejó....

Cumplido esa labor, procedió a leer la revista con suma atención. De vez en cuando interrumpía su lectura echando cortos vistazos a su hijo que inconscientemente comenzó a chuparse el dedo indicador de que tenía el mejor de los sueños.

-me gustaría saber que es eso que sueñas.

Leyó hasta cuando los ojos le picaron, apartó la revista en tanto doblaba una de sus esquinas indicando que hasta ahí se había quedado, Camus aún dormía por lo que tuvo a conveniencia bajar a la sala a tomar algo y esperar a Krest para contarle lo que aprendía día tras días con los artículos interesantes. Complementaba su aprendizaje como padre con las instrucciones de Elia y las esporádicas retadas por parte de Krest por la forma en que administraba los pañales y las onzas de la leche de fórmula.

Con el paso de los meses, Camus fue creciendo para dicha de Dégel que veía cómo la genética de su familia ganaba terreno, la pelusilla fue reemplazada por una corta mata de cabellos aguamarinas, el gris de sus orbes dio paso a un azul zafiro y su tez era blanca como la leche.