Hola n.n
Este es el último cap de esta pequeña precuela de " Ojitos grandes" y " Pequeños".
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Temeroso, Dégel seguía al pequeño que bajaba despacito las escaleras al oír el lastimero quejido de un pequeño perro en la puerta de la casa. En los últimos escalones, el nene casi de va de boca por lo que tuvo que agarrarlo de la manga de su abrigo.
Molesto el chiquillo por la interrupción de su andar, se sacudió y pataleó provocando una risita en Dégel que lo mantuvo aferrado hasta que calmara la pataleta, los quejidos continuaron desesperando más a Camus que no tuvo más remedio que usar la táctica infalible....
-¡ ouch! ¿ por qué me muerdes?-se quejó el joven soltando la manga-¡ eres un tramposo!
-le lele muco-señaló hacia el frente-papa lele.
La voz indignada de Krest llegó a sus oídos, alguien más estaba con él porque escuchaba que hablaban también con indignación. Elia venía del otro extremo de la casa alarmada por los quejidos y el huracán de palabras que recriminaban por el estado en que se hallaba el pequeño perro.
-¿ Qué clase de seres humanos son?.... el pobre está en huesos....¡ Por dios, Jules si no me dices que lo que oía desde hacía días era un perro abandonado, no me daba cuenta...!
Dégel llegó con Camus en sus brazos, el joven quedó conmocionado al ver al canino en tan deplorable condición, más quién tenía la última palabra era Krest que decidiría si se quedaban con el perrito o lo llevaban a un refugio. El canino tenía un pelaje color marrón que semejaba a un abrigo con capucha sobre un pelaje blanco en sus patas, panza y pecho.
-becito-murmuró el niño con tristeza-lele papa, belo lele.
-si mi niño-concordó sintiendo un coraje sin límites, quién tuvo primero a aquel ser de cuatro patas no tenía corazón.... tenía que haber sido un insensible, con corazón de piedra, alguien que no tenía respeto por la vida animal....
-¿ qué piensas hacer Krest?-preguntó el vecino Jules.
Krest bajó la vista hasta donde el pequeño perro se había echado por sus zapatos, hacía un sol sofocante y la temperatura podía debilitar aún más al canino, luego la alzó y la posó en su hijo y nieto que tenía un gesto angustiado casi a punto de llorar. Su mayor temor era que Camusito cogiera alguna enfermedad por la presencia de mascotas en la casa. Difícil decisión. Pero pecaría de insensible si no hacía algo.
Aparte de su severa desnutrición, el perrito presentaba espacios donde el pelo había sido reemplazado por unas llagas horrorosas, necesitaba ser alimentado, curado y vacunado contra todas las alimañas que afectan a los perros. Técnicamente Krest ya no tenía responsabilidades, Dégel podía sostenerse por si mismo y era mayor de edad con un hijo que lo mordía, jalaba cabello y refunfuñaba si no le daban de comer a tiempo.
-belo.....-gimió al borde del llanto-belooooooooo
-papá si no te cojes a ese perro, Camus armará una tercera guerra y yo seré el único perjudicado-se quejó mientras cogía las manos del niño que pugnaban por alcanzar al abuelo que fingió no verlo-¡ papá, no me ignores!
-no voy a criar a tu hijo, enséñale quién manda....
-mada, mada, belo mado, papa, pelito.
-a mi no me mires así-se defendió el joven al oír que el abuelo era malo-no digo esas cosas delante de él....
Jules miraba divertido la escenita de Krest y vástago, más lo que le llamó la atención fue un par de ojazos que lo observaban curioso, si bien sabía que Dégel era padre adolescente desconocía cómo era el peque fisicamente. Seguramente su esposa, que era fan número uno de los niños gritaría como posesa al verlo y sin esperar nada se abalanzaría a estrujar los cachetitos y apretaría la pequeña nariz.
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Enséñame a ser padre.
Fiksi PenggemarCon quince años y medio, Dégel se convierte en padre primerizo. Sus miedos, dudas y temores se acrecentan cuando lo tiene en sus brazos generándose situaciones que no siempre son bonitas. " Enséñame a asumir tu cuidado, muéstrame que soy digno de se...