4.- Almuerzo y romance griego.

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Buenas noches n.n

Demasiado ocupada para mi gusto, inglés me ha tenido fuera de la órbita de la escritura, lectura, etc.

Bueno como les comenté al inicio iban a ser pocos caps, este es el penúltimo capítulo, así espero les agrade.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Pocos años después.

Sin mucho entusiasmo, Dégel caminó por todos los locales en busca de algo para almorzar. Estaba harto de merodear como gato vagabundo, ya que a su parecer, no había nada "decente para comer". Llevaba dos años más o menos trabajando en una empresa llamada Zodiac S.A dedicada a la venta de seguros para bienes inmuebles.

Krest moviendo influencias y averiguando con clientes y amistades logró conseguir un puesto en la mencionada empresa como asistente de nómina de Recursos Humanos y aunque el joven no tenía experiencia previa encajó y aprendió en un dos por tres las obligaciones adherentes a su puesto. 

El primer sueldo lo destinó a comprar ropita para el bebé que poco a poco aprendía a reconocer a los miembros de su familia, cuando se ponía caprichoso Krest lo disciplinaba argumentando que Dégel no se hallaba presente por lo que no reclamaría nada. Claro Camus ya entendía a su corta edad que el abuelo era de cartas a tomar y ni loco le armaba los pequeños berrinches cuando quería que lo cargaran cosa que a su jovencísimo papá hacía.

-porque no hice caso a Sisifo-reprochó a su necedad-ni modo me tocará hacer de paracaidista....

Fue entonces que oyó una tosca voz zaherir a alguien que maldecía en otro idioma, más concretamente en griego, el cual a veces oía usar a Sisifo cuando le tocaba atender a clientes de nacionalidad helena como él. Reconoció las palabras que empleaba el otro sujeto, eran brutales, crudas que a veces Sisifo las empleaba cuando algo no salía como quería.

-mire señor-habló el sujeto tratando de calmarse aunque la cólera lo dominaba-el echo de que vista así no significa que sea un pillo-señaló a su vestimenta estrafalaria-soy un puto turista como los muchos que vienen a gastar sus euros o dólares aquí.

-cuida tu boca delincuente-el tipo de habla tosca se salió de su local dispuesto a tranzarse a golpes con el otro que a simple vista era veinte años más joven quien se preparó para el primer round, no obstante Dégel juzgó intervenir para evitar un percance mayor.

-diculpe señ.......

El foráneo volteó el rostro aún enfurruñado, Dégel enmudeció presa de una conmoción que no fue fácil de explicar, ese hombre.....ese hombre cuyo espíritu lo percibió un alma libre, esas orbes mágicas y traviesas lo embriagaron cual dulce vino francés. Jamás pensó en su corta vida que quedaría flechado por otro hombre.

Por el lado del griego, la contrariedad inicial desapareció, sus pupilas se dilataron con tremenda belleza que alguna deidad aburrida en esos momentos envió a salvarle la campana, Dégel no pasó por alto el echo de que el sujeto estudiaba con mucha curiosidad cada rasgo provocándole un violento sonrojo que disimuló con un carraspeo.

-¿ conoce a este sujeto?-habló con desprecio el dueño del local que hasta esos momentos quedó al margen de todo.

Con el ceño fruncido, Dégel dirigió una terrible e intimidante mirada que paralizó al tipejo y que cautivó más al heleno cuyo nombre desconocía.

-no y aunque lo conociera.... usted no debería de tratar de esa forma a un turista, creerá que todos somos así.

-pero mire esas fachas-atacó sin miramientos-parece un delicuente recién salido de la penitenciaría.

Enséñame a ser padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora