Domingo

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Intenté quitarle el sobre de las manos, pero lo guardó en su bolsillo y se fue de mi habitación, lo seguí, pero cuando llegamos a la puerta de su casa cerró con cerrojo. Me fui avergonzada, ya que, aunque de todas formas iba a leerlo, no era como lo había planeado, entonces, fui a mi cuarto, me desvestí y luego me puse el pijama. 

Al otro día, me levanté y me puse mis pantuflas, me dirigí a la cocina y me senté junto a mis padres para desayunar:-Hola mamá, hola papá, buenos días.-Saludé a mis padres como lo hacía todas las mañanas, comenzamos a hablar sobre lo que haríamos ese domingo:- ¿Que cocinarás para ti y para Ewan?- Me preguntó mi madre con ilusión, ya que mi madre, y la de Ewan, nos querían ver juntos, yo también, en fin, solo faltaba que Ewan me correspondiese... aunque de eso me enteraría esta noche.- Haré Coulibiac, el favorito de Ewan.- Contesté mientras ponía algo de mantequilla en mi rebanada de pan.- ¿Y ustedes? ¿A que hora regresaran?- Pregunté para no perder el hilo de la conversación.- No sé, como mañana tienen clases, probablemente tendrás que quedarte a dormir en su casa.- Contestó mi madre riéndose picaramente.- Mamá... vivimos en frente.- Dije algo molesta por su comentario infantil.- Pero solo hay una llave, no hay copias, y como la tendremos nosotros, ya que volveremos muy tarde, es más conveniente que te quedes en casa de Ewan.- Realmente me sorprendía como confiaba en el "solo somos amigos", es decir, tenemos 16 y 17 años, muchas cosas podrían pasar, aunque en realidad, creo que confían en el hecho de que Ewan no me corresponda nunca. 

Luego de terminar de desayunar, me fui mi habitación a peinarme y humectar mi cara con una de mis cremas, no crean que es una de esas cremas especiales, ni nada de eso, era una crema humectante mezclada con otra de dos cremas que había usado mi madre, luego de cepillarme los dientes y poner un pendrive conectado a un parlante con música que utilizo para no estresarme cuando limpio o cocino, así las cosas me salen mejor. Limpié mi habitación y la ordené, luego me puse a ver televisión durante una hora, entonces me dirigí a la cocina a preparar mi almuerzo de ese día, y después de comer, la cena de esta noche. Estuve un par de horas preparando el relleno del Coulibiac, luego lo dejé en el refrigerador y fui a prepararme para la cena, me puse lo que había comprado con Davina, me puse corrector, delineador, un poco de sombras, y me enchiné las pestañas; de paso, preparé la mochila para quedarme a dormir en casa de Ewan, puse una remera la cual era muy grande, la cual era gris y me quedaba como un vestido, por así decirlo, además de unos shorts súper cortos de color negro, que eran imperceptibles gracias a la remera, puse mi estuche de maquillajes; mi uniforme, el cual consistía en una falda corta cuadriculada, unas medias de lycra que son sobre la rodilla, una camisa blanca y un lazo negro fino, además de una chaqueta negra, el típico uniforme de colegiala escocesa con tonalidades en rojo, blanco y negro; además, puse un desodorante, peine y cepillo de dientes, llevé otra mochila, ya que de la casa de Ewan iríamos a la escuela, así que, tomé mi mochila de la escuela con todas las materias que tendría mañana. 

Llevé mis mochilas a la casa de Ewan, y luego traje el Coulbiac y lo puse en el refrigerador, ya que dentro de un rato lo metería en el horno. Mientras tanto, estabamos sentados en la mesa hablando con mis padres y los de Ewan. Cuando nuestros padres se fueron puse el Coulbiac en el horno, mientras se cocinaba, puse la mesa, Ewan estaba en su cuarto. Cuando se terminó de cocinar, algo nerviosa lo llamé a comer, vino con mi carta en la mano, mis nervios eran cada vez más potentes. Empezamos a comer; cuando dio el primer bocado me dijo que estaba bueno, se veía despreocupado, eso me asustaba, pero creo que si se hubiese puesto nervioso hubiese sido peor ¿No? No lo sé, simplemente sé que tarde o temprano me dará la respuesta a esa vergonzosa confesión. 

Mientras estaba lavando los platos, sentí como alguien me tomaba por la cintura y acercaba sus labios a mi cuello, no podía creerlo, Ewan... no, era imposible, y ¿Saben por qué? Porque el adora hacerme bromas. Me di vuelta inmediatamente y le pregunté:-"¿¡Qué haces!?"- El riendo contestó:-"¿No era que te gustaba? Que lastima, creí que me amabas desde cuarto grado"- Odio su tono burlón, no lo soporto.- Era una broma.- Solté, se notaba mi mentira, él también lo notó.- ¿Crees que soy idiota? ¿Por qué no lo admites?- Dijo riendo.- Efectivamente, creo que eres idiota.- Me acorraló contra la isla de la cocina.- ¿Vas a seguir negándolo?- Preguntó acercando su rostro al mio. Lo empujé y contesté.-"¡No! ¿Ok? ¿Estás feliz? Si, me gustas ¿Y qué? Al menos podrías decirme si te pasa lo mismo o no."- Nuevamente se acercó a mi.- ¿Tu que crees?- Me alejé de él.- No lo sé, ya perdí siete malditos años de mi vida persiguiendo y anhelando algo que nunca voy a tener.- Se sentó en uno de los banquillos y aclaró su garganta.- Pues ¿Qué crees? Tampoco lo tendrás ahora.- Me dolió, pero al menos tenía una respuesta, aunque sabía que tendría que olvidarlo, me negaba a hacerlo, o tal vez, simplemente, no podía.- De acuerdo.- Me levanté y me fui a su cuarto, porque si, no se podía entrar a la habitación de sus padres, por lo tanto tendríamos que dormir juntos. Me senté en el regazo de su cama mientras veía las fotos que tenía de nosotros, desde cuando eramos pequeños, hasta de las más actuales, estaban colgadas y enmarcadas en su cuarto, entonces él entró.

Mi NO romance en EscociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora