Martes en la casa de Ken

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Fui hasta la casa de Ken, sabía donde vivía ya que en reiteradas ocasiones tuve que ir a buscar a Ewan allí cuando se iba a estudiar a su casa y se olvidaba de algo; como siempre el tenía a su perrito faldero que lo seguía a todas partes haciendo lo que el quisiera con tal de recibir algo de su atención, las cosas ya no eran así para Ewan, y no lo serían nunca más.

Estaba en la casa de Ken, hablamos un rato, vimos una película, hicimos tarea, todo muy bien hasta que se hicieron las seis y todavía seguía en su casa. Estábamos en su cuarto haciendo nada, solo estábamos recostados mirando el techo, entonces, tomó mi mano y comenzó a acariciarla, lo miré, me miró, estaba acercándose a mi cara, mi segundo beso...

Justo cuando nuestros labios estaban rosándose, Ewan entró a la habitación. Me di cuenta porque Ken se separó rápidamente de mi.

-¿QUÉ HACES EN MI CASA EWAN?-

-Vine a buscar a Jane, ya son las siete y si llega más tarde nos regañarán.-

-Métete en tus asuntos Ewan, es tema mio si llego tarde o si directamente no llego.-

-No es tema tuyo solamente, a mi es a quien luego molestan por no cuidarte.-

-No me importa.-

-Jane, estoy cansado, apúrate, no me apetece estar peleando con una niña como tu ahora.-

-Avísale a mis padres que me quedaré a dormir.-

-De ninguna manera.-

Se acercó serio a mi, me tomó de la muñeca e hizo que me levantara bruscamente de la cama. Me llevó arrastras hacia afuera del departamento.

-¡Suéltame!-

-Tenemos que ir a casa.-

-¿Por qué? No quiero irme, no quiero estar contigo, no quiero verte, no quiero escucharte y mucho menos quiero hablarte.-

-Ja, lamento decirte que eso no lo decides tu.-

-¿Desde cuándo?-

-Desde que me llamo Ewan Sinclair y soy tu mejor amigo.-

-Lo eres cuando quieres.-

-¿Qué quieres decir con eso?-

-Te "importo" cuando quiero alejarme de ti, pero cuando me tienes cerca me tratas mal. No pienso seguir aguantándote.-

Su mano que antes sostenía mi muñeca de forma tensa y algo dolorosa, ahora estaba a mi altura, seguía sujetándola. Se acercó lo suficiente como para que pudiese escuchar su respiración. No me soltaba y cada vez estábamos más cerca. Sus labios se acercaron a mi oreja y abrió su boca para decir:

-¿Acaso quieres volverme loco?, ¿realmente crees que no me importa que estés con él?-

Soltó mi mano y me abrazó fuertemente mientras empezaba a sollozar.

-Realmente no sé porque te trato así, no puedo controlarlo, no quiero hacerlo, no quiero hacerte sentir mal... yo, realmente disfruto de ser tu amigo ¿sabes?-

-Te he dado demasiadas oportunidades Ewan, ¿Cuántas más crees que te daré? ¿Cuán estúpida crees que soy?-

-Enserio, necesito que me ayudes, ayúdame a controlarlo. No quiero que te alejes.-

No puedo seguir haciendo de cuenta que no me importa. Realmente lo amo, realmente me hace mal ver que se siente así por esto.

-Esta bien, te daré una oportunidad.-

-¿Dejaras de intentar olvidarme? ¿Dejaras a Ken?-

-Pff, qué remedio, al fin y al cabo no eres solo mi mejor amigo, eres el chico que me gusta. No sé si te gusto, pero tu si me gustas. Olvidarte me está costando demasiado. Creí que tu también querrías tenerme lejos.-

De repente me soltó, y comenzó a reírse.

-¿Ves que no puedes olvidarme? No tengo que preocuparme, al fin y al cabo tu...-

Antes de que terminara de formular su frase le di una fuerte cachetada mientras comenzaba a romper en llanto.

-¿CÓMO PUEDES? ¿POR QUÉ NO ME DEJAS TRANQUILA? ¿NO VES QUE ESTOY HACIENDO TODO LO POSIBLE PARA QUE ESTO FUNCIONE? ¿NO VES QUE ME SIENTO MAL? ¿NO VES QUE CADA PALABRA QUE DICES, SOLO HACE QUE QUIERA ODIARTE? ¿Por qué no simplemente... desapareces?-

Me fui corriendo hacia el departamento de Ken.

Desde la ventana de la recepción pude ver como se iba.

Ken me asistió preocupado. Me consoló y dijo que tampoco iba a hablarle por un tiempo. 

Ewan nunca antes me había hecho tanto daño, él solía hacerme daño pero no era un completo patán como lo es ahora.

No entiendo qué le hice, ni porque me trata así.

Solo sé que estoy harta de él.

Y que ya no voy a ser la chica buena de antes. 

Le mandé un mensaje a mi madre diciéndole que me quedaría en la casa de Davina haciendo un trabajo.

Luego de que Ken viniese al sofá con un par de tazas de café me acerqué a su rostro.

-¿Sabes? Quiero besarte.-

Me senté sobre él y comencé a besarlo. Sus manos recorrían mis curvas y mis manos recorrían su cuello y sus mejillas. 

Kennedy es mi segundo beso.

Ewan fue el primero.

Tenía 14 años, algunos chicos me molestaban intentando besarme. Ewan se enojó y un día al frente de uno de los chicos que siempre intentaba hacerlo, me besó para que no me siguiese molestando. Ahora lo veo de otra manera. Pero en ese entonces fui muy feliz, porque sentí -ingenuamente- que eso era solo una excusa. Su beso fue duradero, pero algo inocente, se sentía muy diferente a Ken. Tal vez eso es porque no amo a Ken.

Esta noche me di cuenta de algo:

No necesito sentir algo por una persona para besarla. No necesito tener novio para tener un momento así con alguien. Y sobre todo.

No necesito a Ewan.

Luego de estar un rato besándonos, nos fuimos a dormir a su cuarto. Ken se quedó dormido abrazado a mi espalda. Yo no podía dormir, estaba inmersa en mis pensamientos.

Entonces me llegó un mensaje de NoSoyNadie00.

Hola

Hola

¿Cómo estás?

Lo odio.

Deja de mirarlo

no le prestes atención.

Eso intento, pero cuando 

no lo hago se las

amaña para que tenga que 

dársela.

Entonces desaparece de

su vida.

De esa forma no podrá

acercarse.

Algún día tal vez... 

Me despedí de NoSoyNadie00 y cerré los ojos para finalmente dormir. Mañana tendría que ir a la escuela y seguramente tendría que encontrarme con Ewan.


Mientras intentaba dormir, me llegó una notificación.


Un mensaje.




Un mensaje de Ewan.

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⏰ Última actualización: May 08, 2019 ⏰

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