X.

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Aria sentía ese vacío

otra vez

su madre le dijo una vez

"no puedes escapar de la muerte"

y ella por un momento,

un sólo momento,

se sintió feliz.

Y espero.

Los días pasaban,

los meses,

y los años.

Hasta qué un día llego,

llego como un rayo,

como una fuerza sobrenatural.

Algo repentino.

Algo inesperado.

Ella sonrió.

Y murió.

En una cama solitaria,

yacía una mujer.

Se llamaba Aria.

Y su vida nunca fue feliz.

Las noches solitariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora