CAPÍTULO CERO

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Alguien ha decidió resubir esta historia... Pensaré cual otra más voy a volver a subir, claro, corregida y agregando detalles extras.

JADE

¿Por qué razón debo ayudar a Harris con la presentación de la loca de Trina Vega? ¡Ella ni siquiera tiene talento! ¡No sé cómo demonios entró a Hollywood Arts! Ni siquiera baila o actúa bien, cantar menos. No puedo comprender a Harris y su total locura de aceptar a Trina Vega o la locura de los profesores por permitir a Trina seguir. Y fuera de todo eso, ¿por qué acepté? Oh ya, Cat.

Debo dejar de cambiar de opinión ante ese puchero y esa mirada de cachorrito medio muerto que Cat siempre me da cuando yo debo hacer algo bien y cuando no debo decir lo que realmente pienso.

Doy un par de golpes a la puerta de los Vega, ¿por qué no abren? ¿Acaso no está la loca y sin talento de Trina Vega? Y si resulta ser lo último, mataré a Harris usando mis tijeras favoritas y recreare una de las escenas de la película "El tijerazo" con él. Comienzo a impacientarme porque no me gusta esperar y la loca lo sabe.

Levanto mi puño para golpear nuevamente la puerta y hacer que la loca abra pero me detengo en seco al escuchar el clic de la puerta que me indica que la loca se decidió por abrir y que no me tendrá aquí esperando tanto tiempo.

—¿Sí?

Levanto mis ojos y me encuentro con la versión de Trina Vega pero hermosa y con lindos ojos, ¿Trina tiene hermanos? No sabía ese hecho o tal vez André lo comentó en alguna de sus conversaciones pero el prestarle atención no era mi prioridad.

—¿Está la loca de tu hermana? —exijo después de salir del pequeño trance y me abro paso al interior de la casa de los Vega.

No es precisamente como mi hogar, es mediano, acorde a una familia de cuatro, suponiendo que sean cuatro, muy llamativa, referente a colores y muebles, ¿por qué tanto color? Mi casa sólo hay tonalidades de gris y me gusta pero aquí es muy colorido pero acogedor.

—¿Disculpa? ¿Quién eres tú? 

Me giro hacia la versión hermosa de Trina. Sus lentes los trae ladeados, su cabello castaño lo trae sujeto en un moño desarreglado y su ropa es hogareña, de hecho creo que ella está usando la pijama pero de igual manera no pierde puntos en su hermosura, la prefiero a ella que a Trina.

—¿Tú quién eres? —respondo con una pregunta y me giro para entrar a la cocina para buscar algo para beber—, ¿tienes limonada o algo?

Me giro hacia ella esperando por su respuesta pero ella me mira un tanto extraña, m analiza con su mirada y su ceño lo tiene fruncido mientras que su boca está ligeramente abierta, igual me divierte la manera en cómo me mira y camina hasta la cocina.

—Hay limonada pero, ¿quién eres? Sé que eres compañera de Trina pero, ¿quién rayos eres tú y por qué entraste sin mi permiso? —Sonrío a la chica y me cruzo de brazos por sus preguntas tan insistente sobre quien soy. Alzo una ceja y me acerco un poco a la chica sin borrar mi sonrisa—. Oh y me llamo Victoria pero todos mis amigos me dicen Tori.

Ella sonríe ampliamente enseñando sus dientes mientras estira su mano hacia mí; miro su rostro y luego miro su mano para después levantar de nuevo mis ojos a su rostro.

—Jade —respondo deteniendo mis pasos y borro mi sonrisa—. ¿Y me consideras tu amiga para que te llame como tus amigos lo hacen?

La menor de los Vega borra su sonrisa, abre su boca y desvía sus ojos de mí, he dado en clavo. Logre ponerla nerviosa, justo como me gusta, poner nerviosos a los demás, ya se de miedo o por algo más que simple miedo, como ahora. Vega menor no me tiene miedo, es otra cosa y me gusta, aprovecharé esto al máximo.

—Yo no... Sólo dije que... ¿Qué quieres? 

Vega menor se cruza de brazos pero sigo notando su nerviosismo en esos ojos cafés. Sonrío y levanto una ceja, la pequeña de los Vega retrocede unos pasos para después tragar saliva con fuerza, ¡vaya, West, has puesto nerviosa a Vega!

—Por ahora sólo quiero observarte —respondo dando los pasos que me faltan para quedar de frente a ella y tenerla más cerca, Vega menor traga saliva con fuerza intentado alejarse de mí pero su espalada choca contra la barra y sonrío un poco sin apartar mis ojos de ella. Estiro un poco mi mano, sus ojos siguen el movimiento de mi mano y mi sonrisa se enancha al ver como ella traga saliva —. Tal vez acomodar tus mechones sueltos, tocar por aquí.

Rozo su mejilla con la yema de mi dedo índice y ella cierra sus ojos. Un pequeño roce puede provocar muchas cosas y lo pude comprobar con este simple toque sin malicia. Sonrío levemente y vuelvo a pasar mi dedo por su mejilla, ahora más como una caricia, una leve y pequeña caricia que hace reaccionar a Vega menor, un suspiro salió de sus labios pero sus ojos siguen cerrados.

Me aventuro y paso mis dedos por sus labios suaves, muerdo mi labio inferior en un auto reflejo. Busco su mirada pero sus ojos siguen cerrados y sus labios entreabiertos, ¿y si beso sus labios en lugar de pasar mi dedo? Me rio un poco y niego con mi cabeza e intento alejar toda clase de pensamiento sobre un beso, ¡apenas la conocí y no me gustan las mujeres!... O tal vez un poco pero ese no es el punto ahora.

Vega menor abre sus ojos y aprovecho para acercarme a su oído y rozar levemente su mejilla con mis labios, un cosquilleo nació ahí y recorrió gran parte de mi cuerpo.

—De tu hermana a ti, tú sí eres hermosa, Vega —susurro dando a mi voz un tono sensual y seductor; me alejo de Vega y noto sus mejillas sonrosadas y una pequeña sonrisa en sus labios.

Camino de regreso a la cocina, es pequeña, no es tan grande, el comedor para cuatro personas, la barra para desayunar, fregadero y lo que me interesa ahora, el refrigerador. Camino hasta él y saco la jarra de limonada.

—¿Está la loca de tu hermana o no?

Me giro hacia Vega menor y me doy cuenta que aún sigue un poco aturdida por mi acercamiento inicial Me rio por lo bajo y vierto un poco de limonada en el vaso que tome anteriormente, doy un sorbo mirando a Vega menor y ella vuelve a desviar sus ojos.

Ella sacude un poco su cabeza y después aclara su garganta desviando sus ojos de mí. Linda.

—Trina está... Ella mencionó algo de una cita con un tal Bet o no recuerdo bien. —Sonrío al imaginar a Beck con Trina de pareja, ¿en realidad quiere darme celos con ella? ¿Con Trina Vega? Beck haciendo cosas desesperadas para tenerme de vuelta.

—Entonces, ¿me puedo quedar contigo en lo que pasa mi tiempo para que Harris me pague lo acordado? —pregunto acercándome un poco a Vega menor, su rostro de confusión me parece algo tierno y divertido—. ¿Puedo Tori?

Intento hacer mi mejor sonrisa de niña buena y Vega suelta un suspiro y afirma muy lentamente mientras sonríe. Una hermosa sonrisa a mi parecer, sincera y sin rastro de maldad.

Ella me guía hasta el sofá y nos sentamos muy cerca de la otra. No conozco a Victoria Vega pero su compañía no me desagrada, en realidad, me siento cómoda a su lado, escuchando como estuvo su día en Sherwood, y como la loca de Trina la tiene vuelta loca con los ensayos para el día de la gran presentación. Aún faltan dos semanas para ese día y la loca tiene a su hermana como esclava, y a Harris estresado y adolorido de sus oídos. Yo le cerraba la boca con un puñetazo y así no sufro.

A mí no me molestaría venir aquí y pasar el día con Vega menor, ella es distinta a lo que es Trina, Tori me agrada pero no se lo diré... No por ahora.

—Y así fue como terminé aquí usando pijama. —Me rio tan sólo por escuchar la risa de Tori aunque no supe de que hablaba, me perdí en su mirada—. ¿Y qué me dices de ti, Jade?

Me acomodo mejor en el sillón, paso mi brazo por los hombros de Tori. No es que me guste hablar mucho de mí pero estando aquí con Tori me siento bien. Es como si la conociera gran parte de mi vida, como si ella fuera mi amiga de años, como Cat pero de una manera diferente, porque Tori puede poner su mano en mi pierna sin que yo la amenace, Tori puede tomar mi mano y jugar con mis dedos con mucha confianza.

Porque sin conocerla ella se ganó mi confianza.

Desde la primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora