CAPÍTULO TRES

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¡Y aquí tiene un capítulo más, espero les guste!

Abro mis ojos por los molestos rayos, ¿quién abrió mis cortinas? Anoche yo me asegure de cerrarlas, no creo que mi madre haya entrado y... Un minuto, sonrío un poco al recordar los sucesos de ayer.

Una linda tarde en compañía de todos y de Tori, no me quejo de eso. Me gustó mucho y el último momento en la rueda de la fortuna fue lo que más me encantó. Tener a Tori entre mis brazos fue de lo mejor. Como ahora, no supe ni en qué momento ella se abrazó a mí. Sus piernas están enrolladas en las mías, sus brazos me mantienen prisionera en su cuerpo. Ese cuerpo caliente y enigmático.

Me giro un poquito, intentando no despertarla y me dedico a observar su rostro. Se ve tan relajada, tan tranquila en su mundo. Nada la perturba, nada hace que su expresión se contraiga por miedo o angustia. Tan linda y tierna.

Quito un par de mechones de su rostro dejando libre la parte de sus ojos. Ella ni siquiera se movió o se despertó. Tori tiene el sueño pesado, pero así la prefiero. Quiero que siga dormida. Instintivamente mis ojos bajan hasta sus labios, ¿desde cuándo he deseado volver a besarlos?

Muerdo mi labio y suspiro, ¿si me acerco y dejo un suave beso ella se molestará? Debo considerar que la última vez que la bese, en una escena, ella salió corriendo y no hemos hablado de ese día, sólo su mención de que era buena para besar, ¿me debo tomar eso como que le gustó el beso?

Esto me tiene tan fuera de mí, no sé qué es lo que quiero, pero definitivamente quiero volver a besarla pero si es posible, quiero que esta vez no haya una escena de por medio. Quiero que sea algo real, algo que no lo dictamine alguien o algo. Sólo quiero besarla de sorpresa y que ella sonría o agacha su mirada para ocultar su pequeño sonrojo, ¿estoy pidiendo demasiado?

—¿Por qué tan pensativa? —Sonrío un poco al ver los hermosos ojos de Tori, me estoy perdiendo en ella y me aterra lo rápido que está sucediendo—. ¿Qué hora es?

Tori se sonroja al percatarse de su fuerte agarre en mí pero no hace nada para romper el abrazo y eso me agrada. No quiero que se aleje de mí, no quiero dejar de sentir su cuerpo junto al mío.

—Las ocho de la mañana, ¿tienes algo que hacer? —murmuro pasando mis dedos por su rostro.

—No, he terminado todos mis trabajos pendientes para el lunes, estoy libre —responde un poco adormilada y me deseo por besar sus labios aumenta, medio muerdo mi labio y subo mi vista a los ojos de Tori, creo que se dio cuenta de mi observación a sus labios pues ella se ha sonrojado.

Aclaro mi garganta y me levanto una vez que Tori dejo de abrazarme. Extraño su calor pero debo irme o haré algo que pueda ocasionar problemas entre las dos. Tomo mis botas y mi celular, ¡rayos! Mi madre va a matarme por no responder a sus llamadas.

—¿Ya te vas? —pregunta Tori incorporándose de la cama y colocándose detrás de mí, cierro mis ojos intentando alejar cualquier pensamiento subido de tono de mi cabeza.

Siento su pulso y sus pechos pegarse en mi espalda. Ella no está usando sostén. ¿Por qué estoy dejando que me toque? ¿Por qué permito que me toque? Bueno, creo que eso de tocar quedó respondido el primer día que la vi pero ahora su tacto es muy diferente. Produce algo en mí que ni Beck era capaz de hacer con sólo un toque.

Sus manos en mis hombros, sus dedos acarician mi piel desnuda y hace que toda mi piel se erice y que algo termine en mi ropa interior. ¿Acabo de mojar mi ropa interior? ¿Esto es lo que hace Tori hace en mí?

Ahogo un gemido cuando sus dedos rozaron mi espalda baja, ¡oh Dios mío! Esto puede terminar con Tori desnuda bajo mi cuerpo desnudo... No, no, eso no puede ocurrir, ¡alguien puede entrar!

Desde la primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora