PARTE 7

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Mi meta central es esa; limpiar mi nombre. En eso, puedo encontrar quién es el asesino, y ya sé que mi madre murió por suicidio y pastillas, eso está resuelto; le muestro las pastillas y frascos a la chica, busco los certificados de mamá con sus citas de psicólogos, psiquiatras y tratamientos médicos.

Hecho, entro al cuarto de mis padres, encuentro esos papeles raros, guardo los frascos, me encierro en mi cuarto y leo cada receta médica.

Ninguna de ellas receta estas drogas y medicamentos.

Pienso de qué forma o formas mama consiguió estas cosas.

Robadas, pedidas y recibidas por parte de alguien que no le importaba verla peor, dadas por papá o encontradas. Por ahora tengo esas opciones, voy a comenzar a tachar las que sé que no son correctas.

Estoy a punto de salir de mi habitación, y de casualidad mi padre y sus compañeros amigos íntimos comienzan a hablar el tema de porque mama presentaba estar completamente drogada antes de la muerte. Mi padre afirma, fuertemente que él jamás le daría tales cosas; eso solo empeora.

-Sé que Susana estaba muy, muy mal, pero; ¿empastillarla?, nunca, jamás tomó cosas así, ella sabe, sabía que no era lo correcto, estaba mal, solo empeora todo. Para ella, fue ese momento de agonía, en el que la persona se siente mejor y piensa que se libera de todo dolor.

Tachamos una opción: papa no le otorgó esas cosas a mama. Queda que las robó,  que se las pidió a alguien o simplemente las encontró.

Salgo de la habitación, haciendo de cuenta que me acabo de despertar de una siesta y que no escuché nada. Me siento a comer, hablan de un montón de cosas que no tienen que ver con mamá. Le digo a papa que debo salir, necesito cosas para el liceo, finalmente me retiro de la mesa, me apronto para salir a la ciudad para averiguar más.

Viajo, alrededor de una hora y llego a la ciudad.

Llego y me siento bastante perdida. Llegue sin haber pensado que hacer, que pancha. Recuerdo que antes de este "incidente" mama había venido a la ciudad dos días antes. No sale poco, así que obviamente que vino a buscar estas cosas. Entro a una farmacia, y comienzo a hacer preguntas, como si es legar vender una de las drogas que mamá consumió o en donde se pueden conseguir estas cosas. Entro a cinco farmacias más. Todas me contestan lo mismo; son "drogas psiquiátricas"; se necesita una sesión y una receta médica por parte del psiquiatra o una recomendación autorizada por parte del psicólogo. No se venden en farmacias, son cosas demasiado fuertes; se venden en los centros de psicología o algo así, no entendí mucho.

Solo sé que son cosas difíciles de conseguir; caras. Entro a uno de estos centros, y voy hacia la parte de farmacia. No tengo forma de sacar una orden y retirar tales medicamentos, no los necesito. Tengo que averiguar que se necesita para poder retirar estas drogas. Si hay que pedirlas o si la persona que va a utilizarlas debe venir y llevárselas. No puedo ir al mostrador y esperar a que me respondan, soy de edad muy pequeña; y van a sospechar.

Me acerco a un chico; luce algo dormido, cansado. Lleva un uniforme muy peculiar, nunca lo había visto, es una especie de traje, pero diferente a los trajes formales. Era azul, con líneas amarillas, y tenía un escudo en algo así como un gorrito, no recuerdo el nombre de ese gorro, ni reconozco el escudo. Tiene ojeras muy marcadas, su color piel no es tan pálido, ni es morocho, también usa lentes, es joven, pero más grande que yo, y físicamente es muy robusto; alto, brazos y piernas anchas, de aspecto serio. Quizá pueda ayudarme.

-Necesito ayuda.

-Que coincidencia, yo también la necesito.

-En realidad, necesito tu ayuda.

Lo que en verdad sucedióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora