It's enough of child's play

1.2K 42 5
                                    

Luca Franccini se encontraba en un pub rodeado de amigos y chicas con las cuales solo debía de mirarlas para que cayeran a sus pies, era algo a lo que ya estaba más que acostumbrado como decía Nico la facha no la podía tener cualquiera y el por suerte la tenía, nadie absolutamente nadie podía resistirse a un par de ojos verdes y a un buen cuerpo cosa que el ambas poseía. Tomo un sorbo de su trago mientras miraba como una de las chicas se esmeraba en llamar su atención sin embargo aquella noche él estaba cansado de todo aquello. Si que era cierto que él era un pirata que amaba zarpar en la perla negra pero ya todo se había convertido en una rutina la cual no tenía ninguna diversión, antes el estar allí rodeado de chicas y siendo un playboy hubiera sido suficiente para olvidar aquella miserable semana que había tenido en el trabajo eso era lo habitual pero aquella noche no lo era, se sentía vació y aunque estuviera rodeado de gente la soledad había ganado la batalla aquella noche, lo peor es que él sabía muy bien la única forma de acabar con aquel sentimiento tan amargo que desde hace un tiempo había llegado a su vida y que trato de tapar con cada una de las chicas con las cuales se había acostado demostrándole al mundo que él estaba bien, que su vida era mejor ahora que estaba solo pero aunque intentara engañar al mundo y realmente lo lograra, él no podía engañarse a sí mismo. Se paro del asiento dejando a la chica que tenía al lado sorprendida y miro a sus amigos -Me voy- dijo para luego hacer una seña con la mano y salir de allí mientras llamaba a alguien, esa noche había mandado a la mierda todo eso que tanto hablaba que le hacía tanto bien: el alcohol, las mujeres y las fiestas...Mandaba todo al demonio por un minuto junto a ella. Sus amigos no dijeron nada pues intuían que haría el chico, sabían que toda esa pose de hombre duro acabaría porque nadie podía soportar mantenerse despierto todo el fin de semana para no tener que pensar en ella.

Acabo con la llamada ¿por que no contestas? Penso, quizás porque estuviera durmiendo o sencillamente no quería hablarle y si era la segunda opción la respuesta se lo tenía bien merecido lo sabía sin embargo aquello lo estaba matando porque eso era lo que estaba sucediendo con él, se estaba matando a si mismo sino la tenía a su lado en cambio ella comparado con él le estaba yendo bien. Estaba más hermosa que nunca y poco a poco sus sueños comenzaban a realizarse, así era ahora Estefanía era dueña de una tienda de moda que además vendía ropa y accesorios que diseñaba así que...¿A quién estaba mejor de los dos?, la respuesta era fácil...Ella parecía feliz sin él.

-¡Maldita sea!, contesta- exclamo asustando así al taxista el cual, por suerte, no duro mucho en dejarlo en donde el chico le había señalado. Era algo estúpido sin embargo sentía nervios y miedo, el que no tenía temor a nada, que estaba dispuesto a arriesgar su vida por la de sus seres queridos tenía miedo al ver a los ojos a la chica que mas habia amado y lastimado al mismo tiempo. Porque el por más que quisiera no podía negar que él tuvo toda la culpa de que su relación terminara por haberle engañado con cuanta chica se le puso en frente. No pudo más y tomo todo el valor que le quedaba y toco a la puerta de la chica esperando que esta por lo menos le diera la oportunidad de hablar y de esa forma quizás arreglar las cosas o por lo menos desahogarse porque lo necesitaba, solo ella era capaz de hacerle sentir que a pesar de las malas decisiones que tomaba era una buena persona, ella era la única que poseia la capacidad de darle algo de paz a sus demonios internos.

Volvió a tocar su puerta sin embargo no obtenía ninguna respuesta lo cual lo estaba volviendo mas loco de lo que ya estaba. Vio como la luz de la sala se prendía y supo que ya ella estaba despierta pero ella no abrió la puerta por unos minutos se debatía si marcharse o no. Esa noche le haría caso a su corazón ya que estaba demostrado hacerle caso a su cabeza y su pene nunca resultaba beneficioso para el, así que volvió a tocar, pero esta vez no fue tan impetuoso como la ultima vez sino tratando de mostrarse apacible y no pudo evitar susurrar -Por favor- mientras un nudo se formaba en su garganta porque nunca pensó que llegarían a este punto donde ella no deseara verle, donde el dejaba de ser el negri y ella la flaqui.

Up all nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora