~Capítulo 5~

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Cuando la realidad se vuelve  irresistible, la ficción es un refugio. Refugio de tristes, nostálgicos y soñadores.
-Mario Vargas Llosa.

=Lune=

Salgo de la librería con una gran tristeza. No puedo seguir así, tengo que dejar de ser tan masoquista con este tema.

Las librerías "modernas" solo tienen novelas populares,Sobibor para muchos ya pasó de moda.

No creo que una lectora que ama los playboys o Badboys quieran leer un libro que fue escrito en 1942 y hable de la 2da guerra mundial.

Me dirijo a casa de mis abuelos paternos,siempre que estoy triste acudo a ellos.
Ver a mis abuelos tomados de la mano y lanzándose bromas entre ellos,me calma.

Toco la vieja puerta de la casa de mis abuelos, observo la fachada de la antigua casa y sonrió, sonrió de verdad.

A pesar de que mis abuelos tienen dinero,a ellos les gusta vivir humildemente.
Ellos dicen que no importa  el lugar o el dinero que poseen,solo pueden ser felices si tienen a la persona correcta.

Abren la puerta y observo a mi abuela, me regala una mirada dulce.
Juro que trato de contener el llanto, pero no lo logro.

Me lanza a los brazos de mi abuela y lloro,lloro desconsoladamente.
Ella no dice nada,solo me estrecha fuertemente entre sus brazos y me guía hacia dentro de la casa.

Nos sentamos en el sofá.
Pasan 10 minutos en los cuales me desahogo.

Cuando mis sollozos se vuelven más silenciosos,me separo de mi abuela y levanto mi mirada.
Mi abuela está allí, regalándome una sonrisa, no me pide que le cuente nada.

-Mi niña,ya no llores.
No me gusta verte así.
Eres alguien hermosa como para que seas igual de chillona como tu abuelo.

-Hay abuela,lo que pasa es que...

-Ya sé que es lo que te pasa. -dice interrumpiéndome - Es tu cumpleaños y volviste a ir a una librería a buscar "ese" libro, ¿no es cierto?.

No digo nada,solo asiento con la cabeza.

Mi abuela suelta un suspiro y se levanta.
Me dice que irá a prepararme un té.

Después de unos minutos escucho como la puerta se abre y veo a mi abuelo entrar a la casa.
Lleva puesto ropa de trabajo,la cual está llena de tierra.

-Viejo testarudo, sabes que no debes de hacer esfuerzo físico. - Digo fingiendo estar enojada.

-Si me sigues diciendo viejo voy a quitarme el cinturón y voy a pegarte en las nachas. - Dice acercándose a mi y me da un fuerte abrazo. - Feliz cumpleaños, concha.

Lo abrazo aún más fuerte y unas lágrimas bajan por mis mejillas.
Me separo de él y mi abuelo rápidamente me limpia las lágrimas con sus pulgares.

-Viejo,tu no usas cinturón,tu usas pantalones con tirantes.
Dices que los cinturones son para los fanfarrones.

-Y lo son,además tu abuela dice que retrasan la acción. - dice con diversión.

-¡Abuelo! - Digo llevándome mis manos a mi rostro.

Tengo que mantener mi imagen, nadie puede saber que he leído libros que redactan con detalles esa "acción".

Mi abuela que estaba detrás de nosotros y que estaba escuchando todo,llega hasta nosotros y le da un empujón juguetón a mi abuelo.

-Pronto vas a comprobarlo por ti misma y también Odiarás los cinturones.

Mi abuelo que tenía una mueca divertida cambia su semblante a uno serio y yo suelto una carcajada.

Y así me la paso el resto del día, entre pláticas con doble sentido y golpes con sartenes.
Amo a mis abuelos.

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¡Hola!

Lamento no haber actualizado la historia la otra semana.
Lo que pasa es que no soy una persona que pueda con dos cosas a la vez y entre mis estudios y la historia, como que no va muy bien la cosa.

Espero que lo entiendan y sin más, ¡Feliz lunes!.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2018 ⏰

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