Beyond Gods✔ | BTS

CAPÍTULO 2: Namjoon.

¡Bienvenidos al segundo capítulo!

Hoy no tengo mucho que decir, sólo que éste es un capítulo relajado y con mucha información, así que leed con atención 👀

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Despierto en un pequeño habitáculo de suelo rocoso y oscuro.
Estaba tendida en el suelo y este había enfriado mi piel.
Todo estaba oscuro, excepto por la poca luz que proyectaba una vela colgada en la pared.
Todo apuntaba a que me encontraba en un calabozo.

Mi estómago rugía por la falta de alimento en un día completo.
Intenté ponerme de pie para encontrar alguna forma de escapar.
Fue en vano, porque apenas me puse en pie volví a caer al suelo con un fuerte golpe.
No había forma de escapar de allí.
Me resigné a quedarme en el suelo esperando alguna señal de mis captores.

Unas horas mas tarde, escuché los pasos de varias personas bajar unas escaleras.
Podía escuchar su conversación desde la celda.

- No tengo tiempo para cosas como esta. Estoy muy ocupado y lo sabes.
- Es la primera vez que pasa esto, ¿no deberías preocuparte un poco más?
- Es verdad que es la primera vez que alquien se revela contra mí... Pero puedo acabar con el problema fácilmente.
- ¿Vas a dejarla encerrada para siempre?
- Si no obedece, sí.

Los pasos se escuchaban cada vez más cerca. Era evidente que hablaban de mi.

- Ya casi estamos, es esa de ahí.

Dos personas se acercaron a las rejas de mi celda. Me desplacé a el punto mas oscuro de la celda para evitar sus miradas.

- Es ella. -Dijo el hombre más alto. Era Namjoon.

- Está demasiado oscuro... -Dijo el hombre a su lado. Era a penas mas bajo que Namjoon. Se trataba de un hombre hermoso, con facciones tan finas como las de una mujer, pero un aura masculina a la vez. -¿Es mi imaginación, o su pelo es rojo?
- Quería que lo vieras por ti mismo. Es la primera vez que veo cabello de ese color, ¿crees que es peligrosa?
- No. -Namjoon se cruzó de brazos. -Por ahora todo lo que ha hecho es tratar de escapar y, como puedes notar, está demasiado débil como para intentarlo de nuevo.
- Al menos deberías darle algo de comer... Eh tú, toma. -Dijo mientras extendía una bandeja con pan, sopa y algo de carne.

Miré el plato con la tentación de tomar el pan. Deseaba comer, pero mi orgullo no me lo permitía. Prefería morir a tener que quedarme encerrada en aquella celda toda la eternidad.

-Parece que se niega a comer...
-Déjala. Si lo que quiere es morir de hambre, que así sea.
-De verdad que puedes ser muy malo. ¿No te da lástima?
-No necesito darle lástima a nadie. -Contesté con una voz temblorosa y débil.
-¿Ves? Si quiere morir, que muera. Tengo cosas más importantes que hacer. -Dijo Namjoon mientras se alejaba. - Adiós.
- Eh, espera. -Dijo el hombre mientras Namjoon se alejaba. - ¿De verdad vas a dejar que muera aquí?
- ... - Namjoon no dijo una palabra y siguió alejándose en dirección a las escaleras.

Dirigí la mirada a el hombre que me había ofrecido comida. Tenía una expresión de preocupación mientras observaba a Namjoon alejarse. Cuando éste desapareció de su vista, giró la cabeza para mirar en mi dirección.

-En realidad no es tan malo como pensarás ahora... Es solo que es la primera vez que una humana se revela y se niega a obeceder -Dijo mientras se sentaba en el suelo.
- ¿Y porqué debería obeceder? -Contesté.
- Verás, este mundo está dedicado a las almas que, en su vida anterior, han realizado actos no muy... aceptables. Debido a esto, no pueden reencarnar en la Tierra y son desterrados aquí. Cada alma toma una forma distinta y se destina a uno de los reinos de este mundo, y a ti te fue asignado éste. El dios que controla cada reino tiene el deber de proteger a las almas que reencarnan en él. Mientras tienes su protección eres prácticamente inmortal, aunque eso no significa que no te puedas hacer daño. Pero, si no tienes su protección y te ocurre algo, morirás y tu alma desaparecerá para siempre. -Explicó. - Y eso es lo que te ocurrirá si no obedeces y comes.
- Espera un momento... ¿Significa eso que estoy muerta? -Pregunté.
- Si, ¿no te lo ha explicado Namjoon? -Preguntó él con el ceño fruncido.
- Puede que si, pero estaba demasiado ocupada pensando como escapar de él. Si de verdad estoy muerta, ¿No puedo volver a mi mundo? -Pregunté. Había estado tan distraída que me había olvidado de mi propia muerte.
- Sinceramente nunca he oído que nadie lo haya siquiera intentado. Puede que sea posible volver... O no. -Dijo mirando hacia las escaleras dubitativo.
- Ahora que lo pienso, ¿Quién eres tú? - Ni siquiera sabía el nombre del tipo que se encontraba delante de mi.
- ¿Yo? ¿Qué persona de este mundo más que yo podría tener esta cara tan atractiva? - Dijo mientas posaba la mano con el dedo gordo y el índice en su barbilla.
- No lo sé, ¿porqué **** debería saberlo? - Me estaba empezando hacer enfadar.

- Es la primera vez que me hablan así de mal, pero bueno, te digo mi nombre yo mismo. Soy el Dios de la belleza, o como más se me conoce, Seokjin. -Dijo extendiendo su mano en forma de saludo. - Bienvenida a este mundo Lesis.