chapiador ;; litxcoscu (1)

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la seda fría se hizo notar entre mis cálidos músculos en el momento en que mis ojos se abrieron y comenzaron a funcionar propiamente mis sentidos. una exajeración de color blanco invadio mi vista y, acto seguido, la conciencia de estar en mi habitación, rodeado de dólares con números altos entre sábanas suaves y puras impactó contra mi. el olor a pancakes y capucchino llegó hasta mis fosas nasales. ¿con quién habría dormido esta vez?
—... me tiene tumbado en la cama, porque dijo que no me ama..— oh no. lamento instantáneo. ¿por qué siempre termino chupandole la pija a un chabón que cuando acabamos me dice no homo? bueno, lo vale la plata.
entonces entro martin shacoscu por la puerta francesa, flexeando sus calvin klein. envidia podría llegarle a tener por esos musculos bien formados y la piel dorada resaltando a los pies de el sol que se colaba por la ventana. mi corazón roto y su heterosexualidad no dejaban enamorarme, mucho menos yo en mi caracter de chapiador podría. enamorarse es una perdida de dinero y lo único que pasa es que salís lastimado.
— hola bonito, te traje el desayuno a la cama.— el de cabellos castaño claro habló. le sonreí, y agarré la bandeja más romántica que había visto hasta ahora. ¿ocación especial?
— ¿por qué tan romantico?— dije, desconfiado, si esto iba para el lado al que me imaginaba, sería una lastima tener que cortar el garche semanal con coscu por sentimientos encontrados.
— ya sé, te parece alta ranciada, pero hoy sentía hacerte un desayuno lindo, ayer estuviste increíble y ese culo se lo merece.—

VIAJE. TRAP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora