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Bélgica estaba desesperada, entró corriendo al hospital hasta que se topó con la recepcionista y justo cuando se disponía a hablarle, se quedó estática cuando vio a la madre de su exnovio salir de una habitación contigua al escritorio. Corrió hasta ella y la tomó de las manos con el rostro desencajado, estaba sorprendida y sobre todo preocupada por la salud del que en algún momento fue su pareja.
¿Qué pasó? -preguntó acongojada, la mayor solo la abrazo y dejo salir algunas lágrimas.
Lo hizo otra vez Bélgica –dijo mientras aferraba las manos hechas puños a su abrigo, se despegó de su cuerpo lo suficiente para que la escuchase - toque en repetidas ocasiones la puerta de su alcoba y no respondía, ¡estaba desesperada! - relataba mirando hacia la nada y moviendo su cabeza como si estuviese reviviendo la escena- utilicé la llave y en cuanto abrí, allí estaba tirado en un charco de sangre.
Bélgica estaba asustada y luego de tranquilizar a la madre del muchacho tomó el pomo de la puerta para entrar, pensó mil maneras de encontrar el valor necesario para volver a verlo. Estaba inquieta y sobre todo desesperada por hallar una respuesta a todo lo que había ocurrido, imaginaba cada palabra, a él y a su madre enfrentando totalmente aterrada aquel hallazgo.
Antes de entrar le hablo la señora con voz cortada- Por favor Bélgica, no peleen más.
No se preocupe –susurró está mirándola de manera pacífica- solo quiero ver como se encuentra- giro la perilla e ingreso a la habitación, la misma escena se estaba repitiendo ante sus ojos. Las mismas luces tenues, las mismas cuatro paredes y seguramente el mismo escenario, su mirada se nublo por las lágrimas contenidas. A lado de él yacían la bolsita colgada con suero, en esta ocasión sus muñecas estaban vendadas y al otro extremo estaba un purificador de aire, al verlo allí tan lleno de paz, le recordó el día que se conocieron.
Balbuceó tu nombre cuando los sedantes dejaron de hacer efecto y pidió que te llamáramos –acotó nerviosa, sacándola del trance- trátalo con delicadeza-suplicó.
Madre, no se preocupe. Aquella palabra la había tomado por sorpresa, después de que terminasen su noviazgo, sonaba incoherente darle ese título a la señora, pero la relación que ellas tenían había sido bastante independiente de los problemas que se suscitaban entre ambos. La muchacha le tomó nuevamente la mano entre las suyas y esta asintió.
¿Sería mucho pedir que te quedaras solo algunos minutos a su lado?, tengo que ir por algunos medicamentos que le recetaron a la farmacia del hospital –susurró para no despertar al moreno que parecía dormir.
Vaya sin cuidado, me quedaré con él – contestó para luego verla irse con algo de pena.
Soltó un suspiro y el sabor de la boca de nueva cuenta era amargo. Desde que había salido con él, este lo había intentado en tres oportunidades y lógicamente sin conseguir éxito, ahora se sentía mucho peor, la última pelea había sido muy brusca y jamás habría predicho que terminaría de esta manera.
