Recuerdo mi primer día de clases, emocionada por empezar algo nuevo, algo que nunca imaginé que cambiaría mi vida por completo.
Ahí estaba yo, sentada en una de los primeros asientos de mi salón de clases, sí, ella, la niña que vestía con una colita de caballo la cual me hacía mi madre, a mí me encantaba. Era una niña muy tranquila, no me gustaba interactuar tan rápido con mis compañeros de salón, siempre me he caracterizado por ser una persona la cual; antes de hablar con otra; primero la escucho, entro en contacto con su mundo y luego empiezo a interactuar con ellos. Y así fue en todos los grados que he estudiado. Mi primera mejor amiga de inicial, la recuerdo como si fuera ayer cuando la conocí, cuando me habló por primera vez y yo no decía nada, siempre me preguntaba si yo tenía algo porque casi nunca hablaba cuando ella me decía algo, y yo solo decía que no, que estaba todo bien. Rosse era la persona que cambiaría mi vida por completo, que estaría conmigo siempre preguntándome cómo me iba, si estaba bien, o si me había pasado algo en mi casa. Todo iba muy bien hasta que pasé a primero de primaria, los quehaceres y las tareas del colegio aumentaban cada día más y más, pero siempre me he caracterizado también por sonreír en todo momento, así este pasando por algo realmente malo. Un día me encontré con mi mejor amiga de inicial, estuve tan emocionada de verla después de tanto tiempo, si efectivamente en ese tiempo para mí las vacaciones eran una eternidad, a mi me encantaba ir al colegio y nunca lloré cuando mi mamá me dejó por primera vez en este. Ese día que nos encontramos la ví algo distinta a lo que solía verla siempre en inicial. Le pregunté que pasaba con ella, así como ella me solía preguntar siempre porque no hablaba mucho. Me dijo que no pasaba nada, que estaba muy bien y que sólo quería estar sola, me sentí fatal cuando me dijo eso, porque sentí que le había fallado como mejor amiga. Cuando me dijo eso le dije que cualquier cosa que ella quisiera podía contar conmigo y que siempre iba a estar con ella para lo que sea, en las buenas, malas y peores y que cualquier cosa que quisiera contarme lo hiciese. Cuando estaba a punto de irme me dijo -espera- yo voltié a verla -dime- le contesté -creo que mis padres se irán a vivir a otro lugar y por supuesto yo iré con ellos...
Se me partió el alma cuando me dijo eso...