El día en que Rosse me dijo que se iba a ir de viaje con sus padres me quedé muda sin poder decirle nada, era mi mejor amiga la cual quería demasiado, como una hermana, la hermana que nunca tuve, quería apoyarla en todo, pero también quería quedarme con ella para toda la vida, así como lo habíamos prometido en inicial cuando la conocí, llegar a ser grandes profesionales y seguir juntas, llegar a ser viejitas y seguir con los chismes, y todo lo que prometimos hace un año atrás.
Yo sólo la abracé fuerte para que se sintiera mejor, le dije -todo va a estar bien, pase lo que pase yo voy a estar contigo siempre- , aunque yo estaba pensando que jamás la volvería a ver y que nunca más hablaría con ella. Rosse se sintió mejor, -gracias amiga, por todo lo que me dices y por estar siempre conmigo, perdona por lo que te dije antes de contarte esto, pero no sabía cómo decírtelo y no sabía cómo ibas a reaccionar cuando te dijera esto-, -quiero que siempre cuentes conmigo, somos mejores amigas y no quisiera perderte nunca-. Después de recreo fuimos a nuestras aulas, la profesora estaba sentada en la silla junto a su escritorio, cuando entramos para ubicarnos en nuestro lugar llegó Oscar, uno de nuestros compañeros de salón.Se nos acercó y le preguntó a Rosse si le pasaba algo ya que había estado callada en los bloques anteriores de clase y ella siempre ha sido la que más hablaba en el salón, ella respondió que estaba todo bien, pero justo en ese momento se le llenaron sus ojos de lágrimas y la maestra la vió, -que pasa Rosse, por qué lloras?-, -mi amiga solo quiere desahogarse llorando, ya que ha pasado por algo en su casa, pero no es nada grave, tranquilo-, -saben que cualquier cosa que necesiten pueden contar conmigo para lo que sea, incluso pueden pedirme lo que sea-, -gracias por apoyarme amigo, pero ahora quiero estar un momento sola, no me siento bien- Rosse se paro de la silla y fue donde la maestra para pedirle permiso para ir al baño, ella dijo que no había ningún problema. Cuando regresó del baño se le notó a leguas que se había puesto a llorar allá, porque llegó con los ojos hinchados y super rojos de tanto llorar, su nariz estaba roja y estaba sudando un poco. La maestra se nos acercó y nos preguntó que era lo que había pasado, pero Rosse no quería hablar para nada, ella sólo quería llorar y llorar, pero la profesora le dijo que tenía que hablar con ella...