Capítulo 1

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Era verano. El día estaba brillante, eran aproximadamente las cinco de la tarde, era el momento ideal para salir, jugar en el jardín o relajarse bajo la acogedora sombra de un árbol. Esto lo hubiera hecho cualquier niño muggle sin embargo el verano era distinto para Harry, Ron y Hermione porque ellos no eran niños muggles, ellos habían finalizado el cuarto curso en Hogwarts la escuela de Magia y Hechicería. En este lugar habían pasado cosas magníficas y aterradoras, la escuela fue sede del torneo de los tres magos en el cual había sido asesinado un hufflepuff muy valiente llamado Cedric Diggory. Cedric fue asesinado a manos de un mago, pero no cualquier mago este era el más temido de todos los tiempos: Lord Voldemort. Sí aquel-que-no-debe-ser-nombrado había regresado. Pero solo Harry lo había visto y no había prueba alguna así que todos le decían mentiroso incluso el diario “El Profeta”.  Harry en las noches despertaba sobresaltado y sudando al tener pesadillas con Voldemort, así que esa noche Harry al despertarse decidió escribirle a Sirius, su padrino. Al terminar la carta se la dio a Hedwig para que la llevara, mientras tanto en la casa de los Granger, la señora preparaba té y el señor leía el periódico en la sala. Hermione estaba en su cuarto de paredes lavanda decoradas con motivos de libros, los cuales eran la pasión de Hermione, ella estaba escribiéndole a Harry, Ron y Viktor Krum. En ese momento Hedwig entró por la ventana y tomó las cartas, pico cariñosamente a Hermione en el dedo y se fue. Hermione pensativa se sentó en la orilla de la cama preguntándose porque Viktor Krum, el chico de Dumstrang se había fijado en ella y el porqué no respondía sus cartas al estar sumida en ese pensamiento su madre la llamó diciéndole que ya era la hora del té  a lo que Hermione contestó débilmente: -En un momento estoy ahí mamá-. Hermione se levantó y con los ojos humedecidos caminó por la habitación, al llegar a la puerta se secó las lágrimas que empezaban a correr por sus mejillas con la manga de su suéter rojo, bajó las escaleras y llegó al comedor donde sus padres la esperaban sentados a la mesa, había un pastel de queso con zarzamora en el centro junto a esta había una tetera que sacaba vapor al lado había 3 tazas y 3 platos. Hermione se sentó y sirvió el té en las tazas luego partió 3 rebanadas de pastel, las puso en los platos y le dio una a cada quien. Comieron  el pastel y tomaron el té silenciosamente. Al finalizar Hermione dijo: - Gracias por el pastel y el té mamá estuvo delicioso- y subió a su habitación cabizbaja. Mientras tanto en la Madriguera, la casa de los Weasley,  Ron peleaba con Ginny ya que Ron sabía que a Ginny le gustaba Harry y por lo que en el cuarto de Ron se sacó a flote el tema.  –A ver cuándo le dices a Harry- dijo pícaramente el pelirrojo. –Eso no es de tu incumbencia tonto-respondió agresivamente Ginny. –Cálmate no dije nada- respondió algo enojado Ron. –Lo lamento Ron, y si quieres yo te ayudo con Luna- comentó la chica con una risita.                                

Amor de extraños: Una historia DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora