Lunes 5 de agosto de 2013.
Bariloche, Argentina.Emilia
—Vayan a dejar las cosas en sus habitaciones y en veinte minutos los esperamos acá para contarles qué vamos a hacer hoy— dijo el coordinador y todos le hicimos caso.
Con mis amigas nos dirigimos a nuestra habitación designada, la cual quedaba en el quinto piso del hotel.
—Pido la cama de al lado de la ventana— dijo María Paz, una de mis mejores amigas, mientras subíamos por el ascensor con nuestras valijas.
—Yo una de las del medio— dije rápidamente antes de que alguna de las otras dos dijeran algo.
Llegamos a la habitación y dejamos las valijas al lado de nuestras respectivas camas.
—¿A dónde saldremos hoy?— preguntó Lucía.
—Ojalá que a Grisú— le respondió Juliana.
Minutos más tarde bajamos hasta el lobby del hotel en donde nos esperaban los coordinadores. Eramos aproximadamente veinticinco de mi curso, pero ahí había otros, aproximadamente, treinta egresados.
—Bueno, me presento bien, yo soy Manu su coordinador, y él es Mati— señaló a otro chico de aproximadamente veinticinco años. Ambos estaban vestidos con la camisa de la empresa— como van a estar los mismos días, decidimos juntar los dos colegios para ir juntos a las excursiones y boliches, ¿qué les parece?—todos levantamos los hombros en señal de "nos da igual" y él coordinador asintió.
Una de mis compañeras levantó la mano.
—¿Si?— le dijo el coordinador.
—¿A donde vamos a salir hoy?
Algunos rieron.
—Ya sabemos quien es la fiestera de la banda— bromeó— a Grisú—. Yo miré a Juliana quien sonrió ya que era el boliche que ella tenía más ganas de conocer— pero por ahora vamos a almorzar y después a la primera excursión.
(...)
La primera excursión de nuestro viaje de egresados era algo así como un tour por la ciudad en el que íbamos en el micro, hasta llegar a la llamada Bahía López, según nos dijo uno de nuestros coordinadores.
—Bueno chicos, empieza su famoso viaje de egresados— habló Mati, uno de nuestros dos coordinadores y todos soltamos un grito de felicidad.
Después de eso, todos nos empezamos a sacar fotos con nuestros amigos y compañeros. Como que entre las dos escuelas no había mucho diálogo todavía, pero supongo que es cuestión de tiempo.
Cuando con mis amigas nos estábamos sacando una selfie, sentimos una voz dirigiéndose a nosotras.
—Perdón que las joda pero, ¿alguna nos puede sacar una foto?— las cuatro miramos a nuestra derecha, de donde había provenido la voz y nos encontramos con cuatro chicos.
—Si, si— dijo María Paz y tomó el celular de uno de los chicos. Los cuatro posaron con el lago y unas montañas de fondo. Las sonrisas plasmadas en su cara, como todo egresado.
—Gracias— dijeron ellos.
—¿De dónde son?— nos preguntó uno de los chicos.
—De San Nicolás— respondimos las cuatro al unísono.
—Ah, cerquita, nosotros somos de Rosario.
—Díganme que son de Central y no de Newell's— preguntó María Paz, quien no hace falta aclarar de qué equipo es hincha.
—Obvio.
—Uh, pensé que era porque estábamos en Bariloche el frío, pero no, eran ustedes— bromeé.
—¿De qué sos?— me miró uno de los chicos con las cejas levantadas.
—De Boca, obvio— Dos de los rosarios sonrieron con mi respuesta.
—Uh, todo mal— dijo el dueño del celular negando con la cabeza— Soy Santiago, ¿ustedes?
—Yo soy Emilia, ellas son María Paz, Juliana y Lucía.
—Octavio, Joaquín y Giovani— los señaló Santiago uno por uno.
(...)
Horas más tarde, una vez que llegamos al hotel las cuatro nos apuramos en usar el ascensor. Entramos a la habitación y mientras Juliana iba al baño, las tres restantes organizábamos que íbamos a comprar para tomar en la previa de la noche.
—Hacemos así, piedra papel o tijera y las dos que ganan se bañan primero y las otras dos van a comprar el alcohol, ¿quieren?
Esperamos a que Juliana salga del baño e hicimos el famoso piedra, papel o tijera. Lucía y María Paz ganaron, por lo que me nos tocaba a Juliana y a mí ir a comprar el vodka y el jugo. Ambas nos pusimos una campera abrigada ya que hacía bastante frío y salimos de la habitación.
—Eu, vecinas— nos saludó Santiago, el chico que nos pidió hoy que le saquemos la foto.
—Jodeme que están en la pieza de enfrente de nosotras— rió mi amiga.
—Así parece, ¿salían?
—Si, vamos a comprar el alcohol para la noche— se encogió de hombros Juliana.
—Nosotros también— habló esta vez Giovani.
Nos subimos los cuatro al ascensor y marcamos planta baja. Salimos del hotel no sin antes avisarle al coordinador que volvíamos en unos minutos.
íbamos caminando por las calles de la hermosa ciudad de Bariloche. Porque eso era, una ciudad hermosa y especial para todos los egresados.
—Es ahí— mi amiga señaló un kiosco que estaba en la calle de enfrente.
Los cuatro entramos en dicho kiosco y pedimos lo que queríamos, los chicos compraron un fernet y una coca, mientras que a mi amiga y a mi nunca nos podía faltar el vodka con jugo antes de una salida.
Una vez ya de vuelta en el hotel, cuando bajamos del ascensor los chicos se dirigieron a su habitación y nosotros a la nuestra. Igualmente, quedaban enfrentadas.
—¿Hacemos previa hoy?— nos preguntó Santiago. Con mi amiga nos miramos y después asentimos.
Al entrar a la habitación sentimos el ruido de la ducha y vimos a Mapi acostada con una toalla en su cabeza.
—Ya conseguimos previa— informó Juliana.
—Esaaa, ¿con quienes?
—¿Viste los chicos que nos pidieron hoy que les saquemos la foto? bueno, son nuestros vecinos de enfrente.
—Ah, genial. Me cayeron bien los rosarinos.
Noche número uno de Bariloche, vamos por vos...
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Can't help falling in love with you | Lo Celso
Fanfiction"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper"