Miércoles 7 de agosto de 2013.
Bariloche, Argentina.Emilia
Llegamos al Cerro Catedral. La verdad no sé cuánto habrá durado el camino hasta acá porque me dormí apenas salimos del hotel. Ayer habíamos cerrado boliche en Roket. Y por "ayer" me refiero a hace cinco horas atrás.
Bajamos todos del micro que nos había llevado y seguimos a los coordinadores hacia la fila para subir a la aerosilla. Esperamos unos minutos mientras la fila avanzaba y llegó nuestro turno con Juliana.
La vista una vez que ibas subiendo al Cerro era impactante. Ver el lago, los arboles todos pintados de blanco gracias a la nieve. Mirás para abajo y ¿que hay? más blanco. Es hermoso, todo esto.
—No me quiero volver más a mi casa— comentó mi amiga.
—Yo tampoco quiero— dije aún mirando el paisaje.
—¿No les da miedo caerse?—sentimos un grito detrás de nosotras, nos giramos y vimos que a unos metros nuestro venían sentados Giovani y Joaquín.
—No... ¿a ustedes?
—Para nada.
—Mirá, Emi, debe haber muchos hinchas de Boca acá, ¿no?—me dijo Giovani. Lo miré confundida.
—¿Por qué lo decís?
—Por el frío que hace...
—¿Joaquín no me hacés el favor de tirar a tu amigo?
—Era joda che—me respondió Giovani.
—Pero vos no me podes ni joder, sos de Central.
—¿Eh, que te pasa con Central?
—¿Y a vos con Boca?
—Esto para mí lo arreglan con una guerra de nieve cuando bajemos —opinó Joaquín.
—No le tengo miedo—le dije desafiante y después sonreí, Giovani también.
Minutos más tarde Juliana y yo nos tuvimos que bajar de la aerosilla y un momento más tarde lo mismo hicieron los rosarinos con los que teníamos una guerra de nieve pendiente.
—Esperen, todavía no—les advertí. Ellos asintieron.
Esperamos a que llegaran nuestras otras amigas y ellos a sus amigos. Los coordinadores nos dividieron en grupos para que sea más fácil guiarnos hasta el teleférico que tenemos que subirnos después, por lo que nos sentamos todos un rato a esperar que los del otro grupo llegaran.
—Bueno, esperamos unos minutos. Tengan en cuenta que esto no es nieve solamente, hay hielo acá también así que no hagan gue...—estaba diciendo el coordinador, pero fue lo último que escuché antes de sentir un impacto frío en mi cara.
—Perdón bostera—me dijo Giovani y me guiñó un ojo.
—¡Te voy a matar!—dije, y sin hacerle caso a las anteriores palabras del coordinador, tomé un poco de nieve y le tiré al rosarino.
Poco a poco nuestros amigos se fueron sumando y volaban bolas de nieve por todos lados. El coordinador negó riendo y se sentó resignado al ver que era imposible que le hagamos caso.
En un momento, Giovani se acercó a mi.
—Ya está, ¿tregua?
—Si no te metés más con Boca, si—lo miré.
—Mm, no te prometo nada.
(...)
Era el momento de la merienda por lo que nos encontrábamos todos adentro de un lugar que tenía la empresa de viajes para nosotros para resguardarnos un rato del frío y darnos chocolate caliente y alfajores.
Las mesas eran de ocho, por lo que con mis amigas nos sentamos junto a los rosarinos. Nuestros amigos de la escuela nos miraron medio mal, pero no le dimos importancia.
—Eu, hoy está la fiesta del estudiante en ByPass— dijo Santiago.
—¿Hacemos previa y cerramos boliche?—preguntó Lucia.
—Previa seguro, pero cerrar boliche no sé, tengo un cansancio—dije y tanto Giovani como Juliana me dieron la razón— Pero bueno, vemos.
—Hagamos un grupo en Whatsapp nosotros, así es más fácil organizar.
—Yo lo hago, tengo sus números en el otro grupo— dijo María Paz. Sacó su teléfono de la mochila y un momento después el grupo ya estaba creado.
—"¿Las mejores y los comegatos?"—Octavio leyó y la miró negando con la cabeza.
—Y bueno, los rosarinos tienen esa fama—bromeó la creadora del grupo.
—Sh, nosotros somos lo mejor que le pasó a Rosario.
—Ya quisieras. Lo mejor que le pasó a Rosario es que Messi haya nacido ahí—dije yo.
—Creo que te amo—me dijo Octavio y yo reí.
(...)
Eran las diez de la noche y ya nos habíamos bañado y habíamos cenado, por lo que simplemente con mis amigas nos tiramos en nuestras camas a descansar un poco el cuerpo y a hablar de todo lo que nos estaba pasando.
Las ganas de quedarme durmiendo no faltaban, pero no podía quedarme en el hotel. Estoy en Bariloche, en mi viaje de egresados, tengo que disfrutar en todo momento.
Los chicos de Rosario nos habían mandado para hacer previa pero antes también lo habían hecho nuestros amigos del colegio, por lo que fuimos con los últimos nombrados.
—Unas que nos cambian poco...— dijo Felipe apenas nos vio en su habitación.
—Uh dale Feli, no jodas. Nos vemos todos los días en la escuela.
—Y si, y a la primera que pueden nos cambian.
—No de nuevo decía—me dijo Juliana por lo bajo a mi y yo reí.
Bautista hizo como si Felipe no hubiese dicho nada y nos preparó tragos, aunque nosotras también habíamos traído para darles a ellos.
Un rato más tarde, cuando teníamos que bajar al lobby del hotel para irnos, bajamos junto con nuestros amigos. Ellos se sentaron en unos sillones mientras que nosotras nos acercamos a los chicos de Rosario.
Mientras que Maria Paz y Joaquín intentaban posar para una foto sin que los demás se metieran, Giovani se quedó a mi lado mientras ambos veíamos a "nuestro grupo".
—Che...
—¿Qué?—lo miré.
—¿Me estás cambiando por Felipe ya?—hizo una exagerada cara triste y yo sonreí.
—¿Tomaste mucho?
—No estoy borracho—negó con la cabeza.
—Yo un poco si—confesé.
—Bueno, en el boliche yo te cuido.
—No es necesario, no estoy tan mal che—reí.
—Bueno, hagamos de cuenta que si y me das una excusa para cuidarte—me sonrió, con las manos en el bolsillo.
Por alguna razón me sonrojé. Pero sonreí, asintiendo levemente con la cabeza.
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Can't help falling in love with you | Lo Celso
Fanfiction"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper"