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A pesar de haber estado viviendo solo por un año, el departamento de WooHyun se sintió increíblemente vacío cuando se dio cuenta de que SungGyu se había ido. Buscó en la cocina, en el baño, en todos lados, y con decepción se tumbó en la cama al darse cuenta de que no había señales del chico. Aunque no le gustaba admitirlo, WooHyun estaba molesto porque SungGyu se había ido sin decir adiós.

Los recuerdos de la noche anterior estaban claros y vívidos en la mente de WooHyun. Aún podía sentir la caliente respiración en su cuello, el roce de sus pestañas y los pequeños ruidos que SungGyu hacía al dormir. En las numerosas fantasías que había tenido sobre estar con Do SungGyu, ninguna se había acercado a lo que había sucedido la noche anterior. Y ninguna había sido así de satisfactoria, se había dado cuenta de que no se necesitaba sexo para sentirse bien al lado del pelirrojo. 

Haberlo visto en ese estado era completamente pésimo. Se había sentido realmente preocupado acerca del chico, pero se decía a sí mismo que no tenía por qué hacerlo, SungGyu le había dejado muy claro que no quería nada con él. 

Sin embargo, lo había ido a buscar. 

¿Por qué? 

La pregunta lo atormentaba, hasta que llegó a la conclusión de que él no era importante para SungGyu, simplemente había necesitado un lugar para quedarse y WooHyun había sido una opción fácil. Pero ¿a qué se refería con lo de «un recordatorio de lo que no puedo tener»? La duda seguía dentro del moreno, hasta que se encontró bañado, cambiado y peinado, caminando hacia la puerta. 

Tenía en mente ir a comprar alimentos para su refrigerador, pero cuando estaba sentado en el autobús, se dio cuenta de que se dirigía al lado completamente opuesto de la ciudad. 

Tal vez podría solo, pasar por el edificio de SungGyu y preguntarle a alguien si lo habían visto llegar en la mañana o algo así. 

Porque, ¿qué tal si necesitaba atención médica? ¿O qué tal si estaba tirado en algún lado del camino, muriendo desangrado? La imagen mental mandó un temblor a la espina de WooHyun. SungGyu era un adulto y podía cuidarse solo. 

WooHyun sabía que el chico sabía cuidarse, sin embargo en el fondo se preguntaba... Si él no velaba por SungGyu, ¿quién lo haría? 

Se quedó parado en la banqueta, indeciso. No sabía si ir, pero había algo sobre el pelirrojo que se había quedado con él y que no lo dejaba en paz. 

Sus pies comenzaron a avanzar más rápido de lo que su cerebro pudo captar. 

Solo pasaría por el edificio, se aseguraría de que SungGyu no estuviera muerto o tirado en la carretera. Solo se aseguraría de que estuviera a salvo. 

Se detuvo media cuadra antes del edificio y ahí se dio cuenta de que las calles lucían muy diferentes en el día. Había varias tiendas abiertas y mucha gente caminando. 

Su teléfono vibró en sus pantalones y vio en el identificador que era SungYeol. Suspiró. SungYeol tenía la habilidad de saber cuándo ocultaba algo, tendría que terminar contándolo todo. Lo de la noche anterior y en donde se encontraba justo ahora. 

—¿Bueno? —contestó. 

—Hey, estoy en tu departamento, ¿en dónde estás? 

—Estoy, eh... No en casa. 

—¿Y en dónde te encuentras entonces, animal? 

—Eh... Caminando. Salí a caminar. 

—WooHyun —remarcó SungYeol—. Eres el peor mentiroso del mundo. ¿Dónde estás? De verdad. 

❥For angels to fly | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora