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Era incómodo.
Conocía el nombre de su sobrino más no el de la esposa de su hermano y le apenaba preguntárselo.

Después del incómodo momento Vegeta sugirió que mientras más apresurado abandonaran la capa de ozono, podrían visitarlos más pronto. El argumento era pobre pero dejó en claro que quería que se alejaran lo más lejos y rápido posible.
Bulma -curiosa y entrometido- insistió en que se quedasen y la pareja consideró la oferta. Discutió y fue magia para Vegeta escuchar que Gure tenía que volver en definitiva pues no estaba adaptada a un planeta como la Tierra, la tal magia se rompió cuando ella aclaró que no le molestaba si Tarble se quedaba por algunos meses más.

Y el pequeño no podía estar más a gusto.

Su casa era grande y lujosa, sabía que era una Corporación en donde vivían gracias a las letras grandes e impresas a las afueras del lugar, por ello la habitación no fue un problema y le contentaba saber que ese día, y después de mucho, podría dormir bajo el mismo techo que su hermano mayor.

-Tarble, ¿Preferirías un té o un café? -le preguntó ella mirandole con intensidad y esos ojos grandes azules.

Miró a Vegeta con duda, no sabía a qué se refería.
-Quiere un té, el café apesta.

-Oye -le reclamó ella con el rostro graciosamente arrugado- el café es delicioso y tú no tienes el paladar tan fino como para saberlo.

A Tarble le causó gracia el comentario y no fue para menos, después de todo Vegeta era un príncipe.
-Con quien crees que hablas, mujer -se burló con una notable sonrisa que nunca creyó ver.

-Quisiera probarlo.

-Estupendo -y aproximó la pequeña cafetera para verter el oscuro contenido en agua caliente.- mira, puedes tomarlo con azúcar para que el sabor no sea muy amargo, aunque en lo personal lo prefiero sin ella.

Algo extrañado sorbió el contenido y al bajar la taza las miradas curiosas no se hicieron esperar.

Hizo un gesto para saborear lo amargo y encontró un sabor agradable en ello.
-No está mal -admitió bebiendo más.

Vegeta se rindió, no lo pasaría ni con kilos de azúcar y le daba igual que dijeran los demás.
-¿Saben? Podríamos salir mañana al centro comercial, Tarble conocería la ciudad ¿Te gustaría pequeño?

Hizo un gesto torcido y con duda asintió.

-Créeme que será divertido, aprovecharé a comprarte ropa, después de todo estás en la Tierra ahora y esa armadura es muy antigua, ¿No te parece?

Estaba en lo cierto, pero no planeaba desacerse de ella ni aunque Vegeta se lo pidiera.

Era una de las primeras diseñadas luego de la conquista al planeta Plant y de esas ya ni quedaban.

-No es tan malo, Vegeta alguna vez ha usado esa clase de ropa -bromeó haciendo alusión a la linda camisa rosa y los amarillos pantalones apretados que costando su orgullo tuvo que usar.

-¡Bulma!

-¿Qué? En algún momento tenía que saberlo -rió junto a su hijo, Tarble intentaba no hacerlo cuando lo imaginaba.

Vegeta no toleró nada y amargado se retiró de la mesa.
Ninguno reprochó y cuando menos lo esperaba a la conversación se unieron anécdotas de la niñez del Principe y de su estadía en la Tierra.

-¿Mi hermano ha sido el que derrotó al gran Freezer? -preguntó sorprendido y con el orgullo al tope, sonriendo como un niño.

-Bueno, la primera vez no, pero le ha dado una golpiza cuándo el lagarto regresó a vengarse.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2018 ⏰

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