«El primer día»

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May:

Mamá gritaba tan alto que mis tímpanos palpitaban.

Estaba segura de que me hablaba a mi. Dado que desde mi habitación podía escuchar a mi hermano, silbando bajo la ducha, algún intento de BELIVER (Imagine Dragons).

¿Era lunes?-olvidé por completo que el inicio del año escolar, y mi madre tres veces más estresada que de costumbre. No son para nada una buena combinación.

Automáticamente después que esas conexiones fueron hechas en mi cabeza. Me levanté y mi mano fué directamente dónde descansaba mi celular.

Tengo la mala costumbre de poner la alarma antes de la hora, apagarla y seguir durmiendo. Luego de calcular los minutos necesarios de pereza, empiezo mi día.
Debo admitir, que me funciona 9.5/10.

Un efecto secundario de tal hazaña, es por supuesto que mi mamá se despierta por el ruido. Y casi nunca le entra la ansiedad de las desconfianzas, ya que soy bastante responsable. Pero hoy es uno de esos días. Un lunes de Histeria.

Prendo la pantalla dónde un hermoso 100% de carga me avisa que son las 6:00 am. Reviso alegremente mi WhatsApp. Esperando pacientemente que mis mensajes carguen y se acomoden.

6:05 am

Hace frío, es temprano, y la flojera se complementa con el calorcito de la cama. A pesar de esos pequeños detalles, tomo valor.
Me baño, cambio y repaso mi aspecto en el espejo. Según yo, es lo mejor que puedo lograr, es sólo un día más.

Tal vez un poco de maquillaje arreglaría lo que llamo cara-Le digo por el altavoz a Vic, mi mejor amiga.

Empieza a reírse y su risa me da seguridad. Es algo que suele hacer.

-Por favor May, ya hemos hablado de esto- contesta Vic.

- ¿Estás lista?- le pregunto viendo la hora en la pantalla.

-No, pero comienza la operación Alfa mega Delta y nos vemos dónde siempre en 3,2,1. Gogogo.- dice y la escucho correr por lo que imagino que se está vistiendo. Al menos, ruego por eso. Esperar en el frío, por mucho que me guste el invierno, no es cosa de chiste.

Me tomo unos nanosegundos para apreciar mi impermeable que es de color verde. Ese color tan familiar, me da aún más seguridad. Es algo que no puedo explicar. Por alguna razón, el verde; me recuerda la vida, la esperanza, y aunque parezca loco, de alguna forma me recuerda el amor.

Vuelvo a mirar el reloj y tan sólo son 6:47 am.

Desde que tuvimos la edad aprobada por nuestros padres, Vic y yo nos encontramos religiosamente cada mañana a las 6:55 am en la parada del autobús, es parte de la rutina. Hasta podría llamarse ritual.

Hacer ciertas cosas diariamente te da una base. Lo cuál aparte parecerme divertido, me daba tiempo de sacar mi desayuno y mi "Kit diario" del refri, antes de darle el encuentro.

Admitiré que soy bastante precavida con muchas cosas. La mochila pesa mucho, para algunas personas (mi mamá, por ejemplo).
Tengo tips anti-robos, tengo el "kit de emergencia femenina". En fin, cómo dato personal, soy la niña loca que tiene de todo en la mochila.

Bajo a la cocina, esperando encontrar a mi mamá cocinando o curioseando lo de mis "kits". Pero encuentro la otra versión de ella "Mi favorita".

Tiene tal concentración en un libro, en inglés por supuesto. Siempre tan perfecta sin una pizca de esfuerzo.
A veces soñaba con ser como mi mamá.
La amo y admiro. Sin embargo, otras muchas veces quiero meterla en un baúl con dirección a México.

EL PACTO DE UNAS ALAS «REESCRIBIENDO»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora