capitulo 7

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Ese invierno se presentó muy crudo. El tiempo tormentoso fue seguido de granizo y nieve y luego de

una helada fuerte que duró hasta mediados de febrero. Los animales se arreglaron como pudieron para

la reconstitución del molino, pues sabían bien que el mundo exterior les estaba observando y que

los envidiosos seres humanos se regocijarían y obtendrían el triunfo si no terminaban la obra a tiempo.

Rencorosos, los seres humanos, pretendieron no creer que fue Snowball quien había destruido el molino;

afirmaron que se derrumbó porque las paredes eran demasiado delgadas. Los animales sabían

que eso no era cierto. A pesar de ello, se decidió esta vez construir las paredes de un metro de espesor

en lugar de medio metro como antes, lo que implicaba juntar una cantidad mucho mayor de piedras.

Durante largo tiempo la cantera estuvo totalmente cubierta por una capa de nieve y no se pudo

hacer nada. Se progresó algo durante el período seco y frío que vino después, pero era un trabajo

cruel y los animales no podían sentirse optimistas como la vez anterior. Siempre tenían frío y generalmente

también hambre. Únicamente Boxer y Clover jamás perdieron el ánimo. Squealer pronunció

discursos magníficos referentes al placer del servicio y la dignidad del trabajo, pero los otros animales

encontraron más inspiración en la fuerza de Boxer y su infalible grito: “¡Trabajaré más fuerte!”

En enero escaseó la comida. La ración de maíz fue reducida drásticamente y se anunció que, en compensación,

se iba a otorgar una ración suplementaria de papas. Pero luego se descubrió que la mayor

parte de la cosecha de papas se había helado por no haber sido cubierta suficientemente. Los tubérculos

se habían ablandado, descolorido, muy pocos eran comibles. Durante días enteros los animales

no tuvieron con qué alimentarse, excepto paja y remolacha. El espectro del hambre parecía mirarlos

cara a cara.

Era fundamentalmente necesario ocultar eso al mundo exterior. Alentados por el derrumbamiento del

molino, los seres humanos estaban inventando nuevas mentiras respecto a Granja Animal. Otra vez se

decía que todos los animales se estaban muriendo de hambre y enfermedades, que se peleaban continuamente

entre sí y habían caído en el canibalismo y el infanticidio. Napoleón conocía bien las desastrosas

consecuencias que acarrearía el descubrimiento de la verdadera situación alimentaria, y decidió

utilizar al señor Whymper para difundir una impresión contraria. Hasta entonces los animales tuvieron

poco o ningún contacto con Whymper en sus visitas semanales; ahora, sin embargo, unas cuantas

bestias seleccionadas, en su mayor parte ovejas, fueron instruidas para que comentaran casualmente,

al alcance de su oído que las raciones habían sido aumentadas. Además, Napoleón ordenó que se llenaran

hasta el tope con arena los depósitos casi vacíos de los cobertizos y luego fueran cubiertos con

La Granja de los Animales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora