Sweet Sins

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(Oscuridad natural, iluminación citadina nocturna, los tres amigos llegan en el auto de Kahl al 'Sweet Sins').

Desde el exterior podía oir los bajos retumbantes de la estridente música al interior, conforme nos aproximàbamos a la puerta, se incrementaba el olor a tabaco, las luces disminuían y los traseros femeninos deseosos de ser estocados al son de la música aumentaban progresivamente, una orgía de carne en algarabía nos aguardaba en el interior, se sentía como estar en casa, un hogar paradísico.

Sweet Sins se compone de 4 pisos, la fachada y otros 3 niveles subterráneos; el primer piso está diseñado para beber con moderación, bailar y poder llevar a cabo una conversación; si se busca un poco de más intensidad, debes descender al nivel dos, las chicas de allí ya se encuentran con más copas encima que la propia barra de alcohol, la música tiene un nivel bastante superior y los tragos tienen más potencia, básicamente es un área para conocer nuevas lenguas y tocar traseros y senos hasta el hartazgo; en el nivel 3, que suelo frecuentar mayormente, es un lugar plenamente sexual, la casa invita las y los desnudistas, las restricciones son nulas, así como las prendas de ropa en muchas ocasiones, este nivel requiere una economía bastante bien cimentada, pues los servicios y beneficios son hasta que el cuerpo aguante, y es aquí donde puedes encontar lo mejor de la ciudad, las mejores mujeres, las más hermosas y voluptuosas máquinas de estrógeno ardiente para fornicar por horas; finalmente, el cuarto nivel, es exactamente una zona de prostitutas y gigolos, hay alcohol de gama alta y habitaciones de lujo con diferentes tipos de fantasías, usualmente no me gusta ese lugar, pues se puede tener sexo con cualquier otra chica alcoholizada a la que logres seducir, claro, las rameras de Sweet Sins son en su mayoría modelos que fracasaron con la ropa y decidieron que era más placentero y redituable quitársela para los niños ricos...

  -Bien, este es el plan: Empezamos en el nivel uno y nos dividiremos según la acción que cada uno busque. - Les dije antes de bajarnos del auto, en cuanto acabé, nos dirigimos a la entrada, donde un viejo conocido aguardaba por mi llegada.

  -Kahl Vahx, ¿Cuánto tiempo sin verte, dos días?- Dijo Anderson, el guardia regular del pòrtico mientras preparaba el escáner de tarjetas y los sellos. -Así es mi estimado, hace dos lunas que no paso por aquí, pero mi amiga, ésta hermosura que ves aquí, acaba de regresar de Europa y eso hay que festejarlo ¿No crees?- Le contesté preparando la tarjeta.- Ya lo creo Kahl, entonces tres pases SS, ¿Es correcto?-  Dijo Anderson tomando la tarjeta y deslizándola en su instrumento. -Afirmativo, nos vemos cuando te vea.- Me despedí de el tipo con un ademán y finalnente entramos a las fauces de satanás.

Gwinette se acercó a mi oido y dijo: -En vista de que buscarás carne nueva y de que todos mis gastos corren a tu cuenta, me iré de una vez al nivel tres; adios K, cuida de Usher.- Ella tenía razón, esta ocasión no era para estar juntos habiendo tantos cuerpos distintos por explorar, así que se fue directo al descensor y no supe más de ella esa noche. Usher y yo nos fuimos directo a la barra del nivel uno y en no mas de una hora mi amigo estaba listo para el nivel dos, así como un par de gemelas hermosas, las cuales degustaban sus labios por turnos, mientras una lo besaba sin pausa, la otra no dejaba de tocarle el miembro y él mantenía sus dedos ocupados bajo las minifaldas de ambas.

Mientras bebía solo, esperaba que entrase la ganadora de la noche, ingresaron al lugar al menos cincuenta mujeres diferentes que casi considero, pero de las diez que trataron de hablarme, ninguna encendió mi lujuria, ni siquiera las llegué a besar, claramente algo andaba mal, pero no podía saber que era, así que estuve a punto de considerar la opción de las sexoservidoras y justo cuando comenzaba a perder la esperanza de pasar la noche con alguna desconocida, ocurrió algo inaudito, se abrió la puerta y un grupo de amigas universitarias se aproximó a la barra, todas tenían una retaguardia formidable y su busto lucía espléndido, pero de entre todas, mis ojos se maravillaron al ver a la última de ellas, en la mirada de su rostro brillaba una inocencia pura que me hizo sentir el demonio mismo, su faz era... Divina, perfecta, simétricamente sensacional, sus labios despertaron en mi el deseo, la necesidad de hablarle, las medidas de su cuerpo no podían ser mejores; asi que no perdí mi tiempo, y me dispuse a buscar palabra con ella, aunque eso significara tener que alejarla de la jauría de sus amigas.

Se dirigìan al descensor, era el momento idóneo de interceptarla; me aproximé a ella con una copa en mano y comenzé mi labor....

"Accidentalmente" derramé mi bebida sobre el busto de su blusa, logrando transparentar sutilmente sus prendas íntimas y que hermosuras acompañaban a la señorita, sin embargo aún no era el momento de actuar del líbido.

 

-Disculpa, soy un idiota y parece que he arruinado tu noche y tus prendas... Permíteme compensarlo.- Finjí estar un poco alcoholizado mientras llevaba a cabo mis artimañas, bueno, si tenía unos tragos encima, pero la cantidad era mínima como para hacer algún efecto briago en mi, todo era a consciencia.

  Una de sus amigas le susurró algo inintelegible al oido de la srta. y la dejaron a merced mia, se retiraron mientras que la mirada de la joven reflejaba una angustia combinada con el interés misterioso de quedar a solas con un desconocido, pero finalmente quedó sola con mi compañía, tragó saliva y me dijo con una voz temblorosa de nervios:

-No te preocupes, después de todo no es mi blusa preferida, aunque si planeo aceptar tu compensación...- La chica lucía ruborizada, insegura y nerviosa, pero apesar de ello, no desistió en continuar interactuando conmigo, hecho que me dió la confianza de seguir adelante; así que la conduje a un lugar mas cercano a la salida donde puediera oirme sin necesidad de elevar la voz. -De acuerdo, ¿se puede saber el nombre de la señorita a la que estoy a punto de besar?- Apenas lo dije,  mis labios se aproximaron a los suyos y mi mano acarició su tersa mejilla mientras completaba un lento ósculo labial, pues la dama no mostró intención de hacerlo al estilo francés en primera instancia, sin embargo no la forcé, no estaba disgusto con el ritmo que planteaba la mujer y seguimos por ese sendero...

Suavemente separé mis labios de su boca al mismo tiempo que abría los ojos poco a poco, la miré sonriente y entablé palabras de nueva cuenta con ella. -Me llamo Kahl por cierto, ¿Cuál es el nombre de la dama con tan buena habilidad para besar?, si me permite preguntar de nuevo y excusa mi previa interrupción- Ella también comenzó a sonreir y sus mejillas se tornaron rosas. -Gusto en conocerte Kahl, yo soy Elyn... -Algo extraño me estaba sucediendo, no podía dejar de mirarla y solo deseaba poder estar con ella, solo queria estar a su lado y poder verla sonreir y ser el motivo de esa alegría; el sexo por esta noche estaba totalmente descartado, Elyn claramente no pensaba en ello, su pureza e intenciones honestas eran crisralinas a través de sus ojos y en su mirada pude apreciar millardos de emociones genuinas hacia mi y nuestro breve encuentro, la peculiar manera de llegar a ella había sido con el propósito inicial de ver bajo su ropa, pero esos pensamientos fueron disipados por algo mas fuerte que el simple deseo sexual, la química cerebral de lo que ocurría en mi mente era un tanto más complicada, se trataba de algo que nunca había sentido en carne propia, de un mito legendario tan viejo como el primer hombre que vio a una mujer; traté de negarme al principio, pero Elyn es bellísima en sentidos más importantes de lo que los ojos físicos pueden observar, ella me hizo sentir algo en lo que no solía creer, algo que llaman... Enamorarse.

La noche estaba en cénit, aún podian hacerse más cosas que beber con extraños, cosas que decidí hacer con la srta., comenzando por abandonar Sweet Sins, y dejando de lado lado el interés carnal por la mujer con la que salí de allí, esta situción tuve que dejarla en manos de mi corazón, renunciando  la lógica y la razón, caí en la trampa de enamorarme con pasión.

Kahl VahxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora