Cuando quize arrancarme los ojos

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(Mañana nubosa pero clareada, Kahl despierta con una sonrisa en el rostro).

Pasé gran parte de la tiniebla nocturna paseando con Elyn, quizás ya era hoy cuando la dejé en su apartamento, a decir verdad no recuerdo lo que no es importante, todo lo que recuerdo es que me encanta la srta; la pasé genial y ni siquiera estuve dentro de ella, definitivamente tiene algo especial, algo mas allá de el talle perfecto de su silueta, algo que no puedo ver, algo que me está haciendo sentir que pierdo el tiempo acostado en sábanas de seda y mantas de lino cuando podría estar mirando su sonrisa y acariciando su mano; tengo que verla ya.

Me levanté con prontitud, vestí y calcé como de costumbre, casualmente elegante y me ahogué  en una nube de perfumes importados, arreglé mi cabello en el espejo del techo y casi me enamoro de el reflejo espectacular que yacía sobre mi, pero tristemente para el espejo, Kahl vahx ya tiene un asunto con Elyn.

Una última inspección a mi apariencia personal dejó relucir la encarnación misma de la galantería, esa chica no podrá resistirse a este encanto; si, ridículamente dije algunas de esas oraciones en voz alta, cuestión que revelò el hecho de que mi compañía en casa era mas que aire y vacio...

  -Kahl, ¿Qué diantres haces allí adentro?- La voz era femenina, sin duda se trataba de "la amiga".

  -¿Qué hago yo; tú que haces en mi casa?, se suponía que estuvieras abriendo los ojos y miraras el techo de un negro fornido que te aprisiona con su brazo mientras abraza tu desnudez en su cama o siguieras tirada de borracha en el Sweet...-

Mi molestia era en parte justificada, puesto que no me notificó de su presencia antes y no tengo idea ni recuerdo de haberla visto desde la media noche de ayer; pero en fin, eso ya no importa, soy culpable por haberle dado llave.

  -Bueno amigo, puede que tengas razón en parte, pero el techo que vi al despertar... Fue el tuyo y Doug aún sigue en el sillón, me libré de sus engrosados brazos gracias a esa flexibilidad mía que conoces para venir a ver porque saltabas y decías cosas extrañas, por un momento pensé que seguías intoxicado, pero tu apariencia y lo que decias recién indica que conociste a alguien y...-

Tuve que interrumpirla, si la dejaba seguir, terminaría en prisión por asesinato de amantes interraciales y la ira arruinaría mi imagen con arrugas que definitivamente no quiero. -Gwinette, calla, me diste mucha información indeseada en muy poco tiempo; saldré a desayunar con alguien, cuando regrese, no estarás aqui y ciertamente tampoco ese chocolate musculoso que se derrite en mi sofà; todo esto habrá sido una ilusión y volveremos a la normalidad para el medio día, ¿De acuerdo?- Mi tono de voz fue más tranquilo al decirle esto y ella pareció relajarse un poco. Se acomodó unos cabellos y dijo que todo estaba y estaría en orden, así que bajé las escaleras que atravesaban por la sala ya que era la ruta más corta a mi auto y cuando Gwin se percató de ello trató de detenerme.-Kahl quizás no quieres ir por allí, quizá no debes ir por allí, ¡Kahl espera!... Detente, vuelve.-

Me alcanzó justamente en frente de la sala, al último peldaño de las escaleras, donde me halló, atónito, estupefacto, adonadado; la escena frente a mis ojos era insólita, mi buen amigo Usher también pensó en dormir acompañado en mi casa y sin avisar, pero el enigma que plantearon frente a mis ojos era un tanto perturbador, voltee la mirada a donde Gwin, que lucía un tono rojizo en su piel y buscaba palabras, para calmarme, explicar el hecho o disculparse, no lo sé, simplemente tenía un gesto en el rostro, una expresión que combinaba un sentimiento de pena y verguenza con una risa maligna y burlona.- Giwn, tu no pasaste la noche con Doug, ¿Verdad?, mis ojos daban un mensaje tan claro que era transparente, lo que mis ojos veian era insólito.

 

-Lo siento Kahl, siento que tengas razón, pero Usher y todos estábamos muy ebrios, demasiado, lo sé, y ya sabes, las gemelas que trajo el amigo estan exquisitas y Doug está cubierto de músculos; en algún punto... debió parecernos divertido... cambiar acompañantes...-

No dije nada, mi silencio expresaba todo lo que quería decir y hacer, en mi mirada destellaba el deseo de arrancarme los ojos y maldecir a la evolución por habermelos dado, pero mi sorpresa era tal, que no pude articular palabra alguna. -Además, miralos, ¿no se ven adorables juntos?- No se porque volví la mirada a la escena, quizás una muy pequeña parte de mi queria comprobar que lo que habia visto en primera instancia era real, y así fue, el querido Usher estaba acostado de cucharita con lo que parecía un basquetbolista profesional, que lo abrazaba con sus bíceps super desarrollados y una mantita los protegía de realmente nada, pues estaba tirada; mis ojos hubieran comenzado a arder como el infierno de no ser por la escena de las hermanas, ellas rescataron mi capacidad para dormir, de lo contrario nunca más hubiera vuelto a pegar el ojo a la almohada, o a mi cabeza.

 

-Bien, esto es lo que va a pasar, por la dignidad de mi amigo y el respeto hacia su persona, vas a drogarlo, detrás de Mona Lisa en mi estudio hay una caja fuerte, la combinación es mi año de nacimiento falso, allí encontrarás el sedante que necesites, investiga en internet como llevar a cabo la acción sin matarlo, en cuanto lo logres, te deshaces de el tal "Doug" y no lo volveremos a ver jamás, en cuanto a las gemelas, págales lo que sea necesario para que callen y estén a su lado cuando despierte; y escucha cuidadosamente Gwinette Kastle Gin, si mi voluntad no es llevada a cabo, habrá consecuencias para ti. ¿Nos entendemos? ¿Si? Que buena chica eres, ahora me iré a desayunar, probablemente no vuelva sino hasta que el sol este pronto a ocultarse, así que tiempo es lo que tienes, mas te vale vestirte y comenzar a laborar. -Una mirada severa, un rostro frio y la voz de hombre fueron los recursos que empeñé para dar las instrucciones a mi amiga, que simplemente asintió con la cabeza y se quedó pálida mientras le hablaba. -Asi lo dices y así será hecho mi amigo, déjalo en mis manos y ve a tu desayuno, aunque, Kahl tengo que preguntarte algo; ¿Tuviste sexo anoche?- La duda me extraño un poco pero ella ya conocía la respuesta y sin embargo planeaba utilizar sus habilidases psicoanalíticas para decifrar que me estaba sucediendo, así que solo sonreí con los labios mirando al suelo y luego le dije a los ojos: -Ya sabes lo que he de decir Gwin, y te ahorraré todos los rodeos que puedes dar para obtener datos sobre mi conducta actual; estoy en... A...lcoholicos anónimos, adios. -Por un momento consideré decirle la verdad, pero mentí inconscientemente.

-Eso es basura, nunca reconocerás tu problema y vas muy arreglado y perfumado como para sentarte a contarle tu historia a otros bebedores, se trata de una mujer, lo sé; pero recuerda Kahl, tu no eres alguien que se deja atar, así que cuidate. - Gwinette me miró a los ojos al decirlo, y parecía en serio, así que pretendí tomarla a juego y abrí la puerta frontal para acercarme al vehiculo. - Vaya, de no ser psicoanalista diría que eres detective.- Ella dejó su rostro de seriedad y rió sutilmente, se acercó al marco de la puerta y antes de cerrarla me dijo: -La presa llamó a tu fijo mientras brincoteabas y decias estupidez y media frente al espejo, tomé el mensaje y te esperará en Croissant's Palace a las 10; apenas comenzé los estudios que mencionas, y no sería tan buena detective, ¡suerte campeón!- Después de decirlo rió y cerró la puerta asi que, solo me queda decir "demonios", reir y manejar directo a donde mi chica espera.

Kahl VahxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora