En cuanto pudimos nos fuimos, aprovechando que el abuelo se fue a dormir la siesta y que a la abuela se le acabaron los temas de conversación nos despedimos y salimos casi corriendo de allí. Yo no paro de mirar a Harry para ver si esta enojado pero él parece tranquilo y muy relajado.
- ¿Qué te pasa? - me pregunta apoyándose en un codo para mirarme mejor, estamos tirados en el césped de una colina desde donde unas horas se vera el atardecer
- Nada- le respondo al final, él rueda los ojos y enarca una ceja diciéndome claramente que no me cree- esta bien… pero no te burles o algo así eh- le amenazo con el dedo, él hace como un juramento sin palabras y me incorporo seguida de él- es que… me he dado cuenta que casi no te conozco- me muerdo el labio inferior- o sea, joder ¡ni siquiera sabía que eras canadiense!- exclamo y resoplo después- estoy saliendo contigo y no te conozco. Ni tu a mi.
- No digas tonterías, pececito- se ríe- ya conoces todo lo que tienes que conocer.
- No. - niego rotundamente- no se cosas tan simples como, tu equipo de fútbol, o tu comida favorita, quien es tu mejor amigo, porque si es Roberto me mato- él ríe con fuerza y termino riendo igual- o no se, ¿gato o perro?
- Para saber todas esas gilipolleces, ya tienes mi Facebook- dice riendo.
- ¡Oye! Que hablo en serio- digo pegándole
- Yo también hablo muy en serio. - yo me quedo callada fulminándole con la mirada- esta bien, mi equipo es el Barça, lógicamente- yo pongo cara de asco- ¿Qué?
- Yo soy del Madrid- digo indignada y cruzándome de brazos le doy la espaldas, Harry se ríe y me rodea como puede por la cintura, yo me resisto pero caigo en cuanto comienza a besar mi nuca.
- Mira que ser del Madrid… te compadezco- yo me separo de él fingiendo estar ofendida.
- No me hagas hablar, que cada vez vais peor.
- ¡Venga ya! Tenemos a Messi- dice guiñándome un ojo.
- ¿Y? Messi no es nadie en comparación con Ronaldo- digo orgullosa- además es feo, ¿y has visto a Cristiano? No, ni punto de comparación- Harry explota en una gran carcajada y así dura un buen rato, e incluso se revuelca en el césped, yo solo le miro haciendo un puchero- ¿De qué te ríes, eh?
- De ti- yo le pego en el hombro con fuerza pero él ríe más- eres un caso serio.
- Es verdad lo que he dicho- digo tajante.
- Puede que el Cristiano ese sea más guapo, que tampoco le veo yo la gran cosa. Pero ¿mejor que Messi? - ríe- ¡Tus ganas! - y me revuelve el pelo como si fuese una niña pequeña yo me quejo y le empujo.
Nos tiramos de nuevo al césped, y en silencio nos dedicamos caricias y miradas, me alegro de haber venido hasta aquí, estamos solos, sin nadie alrededor. Y se pueden hacer cosas. Suelto una risita tonta sin querer y Harry para de acariciarme para mirarme.
- ¿De que ríes?
- De nada- hago una pausa y le doy un piquito- esta claro que en fútbol no coincidimos.
- Ni lo haremos nunca- sentencia y río.
- Si, si. ¿Comida? - digo haciendo una mueca.
- Espaguetis - dice seguro.
- Macarrones- digo contenta y reímos- ya es algo, es casi lo mismo.
- ¿Perro o gato?
- Ninguno… pero si elijo sería gato- digo, él pone la misma cara de asco que puse yo antes y sé que por un lado es imitándome- ¿Qué?
- Perro definitivamente - asegura.
Le miro. Se aproxima otra tonta pelea. Y me encanta. Porque luego viene la reconciliación.
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Y así... el tiburón se enamoro del pecesito. {ADAPTADA} Harry Styles & tu.
RomanceCuenta la historia que nadie puede creer. El enorme tiburón del pececito se enamoró. Muchos se preguntaron, ¿Qué fue lo que vio en el él? Y es simple, es sencillo. Lo enamoró con su sencillez. Era tan hermoso y brillante, que incluso en el abismo, o...