¿Por qué sólo una estación?

Capítulo 22

Me encontraba felizmente disfrutando de mi calientita y cómoda cama hasta que siento unos pequeños golpecitos en mi puerta.

-¡Buen día querida cumpleañera!

Mi padre entra a mi habitación con una sonrisa radiante y aprovecho de estirar mi mano para coger mi teléfono.

-Buen día querido padre- le sonrío y él se sienta a mi lado, me abraza y me besa en la frente.

Reviso mis redes sociales de inmediato, ya quiero ver los mensajes que me han dejado mis amigos y familia, pero...

-¿Qué sucede hija?

-No he recibido ni un sólo mensaje, Papá- frunzo el ceño y luego vuelvo a comprobar mis mensajes -¡Ni siquiera me han escrito los gemelos, ni mi tía Noelia, ni los chicos!

-Qué extraño, Julie y Cris siempre son los primeros en escribirte, pero seguro que luego lo harán.

-Eso espero.

-Así será. Ahora ven aquí pequeña.

Me lanzo sobre él y me abraza fuertemente.

-No puedo creer que mi bebé tenga diecisiete años.

-¡Papá!- chillo -Ya no soy un bebé.

Reímos y presiento que será un buen día.

-¡ANDREW BAJEN RÁPIDO!

-Creo que tu madre está emocionada por darte tu regalo.

-¿Regalo?

-Así es- confirma levantándose de la cama y luego se acerca a tomar uno de mis tantos pañuelos de colores -Pero como todo buen regalo, es una sorpresa.

-¡Que emoción!

¡Amo las sorpresas!

Me sacudo un poco el cabello y me pongo mi bata de dormir.

Mi padre me cubre los ojos y me guía fuera de la habitación.
Mientras caminamos lentamente hacia las escaleras, me pregunto cuál será mi sorpresa de cumpleaños...
¿Un perrito? ¿Patines nuevos? ¿Pizza? ¿Thomas?

Thomas...

-¿Lista Hija?- pregunta mi padre.

-¡SÍ!- doy un saltito emocionada.

-¿Segura?, No quiero que te desmayes de la impresión- comenta un Tyler burlón desde algún lado del salón.

-¡Segurísima! Y no te preocupes Ty-Ty, sabes que soy difícil de impresionar.

Pero en cuanto mi vista es descubierta siento que es otro de mis sueños, mu respiración es descontrolada y mi corazón está latiendo a mil por segundo.

Creo que me desmayaré en cualquier segundo.

Maldito Tyler.

-Oh no...

Bajo las escaleras lo más rápido que puedo y en cuanto abrazo a Juliette ya estoy llorando desconsoladamente.

-No lo puedo creer- sollozo

Cristopher se une al abrazo y yo me siento completamente feliz y llena de amor.

Seco mis lágrimas y volteo, ahí están mi tía favorita y como no mis queridos primos; los gemelos Chad y Brad, Zed y la pequeña Gave.

-¿Y para nosotros no hay abrazo?- inquiere Brad.

Automáticamente me lanzo a sus brazos y el me da un par de vueltas en el aire.